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Argentina pierde US$30 millones por erosión

Cerca del 26% del país, equivalente a 72 millones de hectáreas, tiene niveles de degradación hídrica que afectan el rendimiento anual de soja, maíz y trigo.
Martes, 26 de diciembre de 2017 15:36

La pérdida de suelo es el principal problema que compromete la sustentabilidad de todos los sistemas productivos del país, con un impacto económico sobre el rendimiento anual de los cultivos estimado en US$29,9 millones. Esta pérdida, calculada para soja, maíz y trigo, es acumulativa y, por lo tanto, ascendería a US$1.645 millones en una década.
Los valores surgen del libro “Estimación de la pérdida de suelo por erosión hídrica en la República Argentina”, que llevaron a cabo especialistas el Instituto de Suelos del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA. Se trata de la primera investigación realizada a escala nacional en los últimos 30 años, con la finalidad de contribuir al ordenamiento y manejo sustentable de los suelos.
Según este estudio científico, alrededor del 26 % del territorio argentino, equivalente a 72 millones de hectáreas, presenta niveles de erosión hídrica que superan las tasas tolerables, es decir, que afectan la salud de los ecosistemas. Esto indica un agravamiento del problema, ya que el último estudio efectuado en 1988 estimó que la superficie afectada era de 25 millones de hectáreas, 47 millones de hectáreas menos respecto de la actualidad.
La consecuencia inmediata de la erosión del suelo “es una disminución de la productividad agrícola, debido a la pérdida de nutrientes, a su deterioro físico y a la pérdida de profundidad”, indicó Juan Gaitán, especialista del Instituto de Suelos del INTA y uno de los autores del trabajo, quien puntualizó: “En casos extremos, puede implicar la pérdida total del suelo”.
De acuerdo con el estudio, la tasa media de erosión actual de los suelos, que considera todo el territorio nacional, equivale a seis toneladas por hectárea al año. Esto representa aproximadamente una capa de 0,5 milímetros de espesor que se pierden al año.
En tanto, los especialistas reconocen que existen fuertes diferencias entre las regiones del país. Cerca del 60% del país presenta bajas tasas de erosión, menores a dos toneladas por hectárea por año, sobre todo en regiones con alta cobertura vegetal de pastizales naturales, bosques y selvas. Por su parte, alrededor de un 12 % del territorio presenta tasas de erosión mayores a 10 toneladas por hectárea por año, principalmente en las regiones áridas y semiáridas con fuertes pendientes y baja cobertura vegetal.
En cuanto a las pérdidas económicas por disminución de los rendimientos de los cultivos, “son relativamente bajas, si se toma el promedio del área agrícola nacional por hectárea, pero hay zonas puntuales de la pampa ondulada o del área serrana de Buenos Aires, Córdoba, San Luis, Salta y Tucumán que están muy afectadas, donde el perjuicio económico es ascendente”, destacó Patricia Carfagno, especialista del instituto e integrante del estudio.
Según el trabajo científico, que demandó dos años de investigación, en la Argentina la tasa media de erosión hídrica en el área de cultivos agrícolas equivale a 3,91 toneladas por hectárea por año. En tal sentido, se toma como referencia una densidad aparente media de 1,2 toneladas por metro cúbico para toda el área agrícola valor considerado para región Pampeana, por lo que esta tasa se correspondería con la pérdida de una capa de 0,33 milímetros de suelo por año.
La investigación reconoce que, además de la pérdida de rendimiento de los cultivos, la erosión provoca otros costos que “no son valorizados en números” y corresponden a “costos ambientales”, causados por la pérdida o disminución de los servicios ecosistémicos que brindan los suelos.
Según María Fabiana Navarro, especialista de la misma unidad del INTA y coautora del libro, “es muy difícil establecer los costos ambientales”. Por ejemplo, en el proceso de erosión, cuando el agua se lleva partículas del suelo, también se lleva partículas de contaminantes asociadas que, al llegar a los cursos de los ríos, contaminan los cuerpos de agua.
Las provincias con mayor tasa de erosión hídrica son Neuquén, Misiones y Santa Cruz. En el caso de Neuquén, la tasa media es de 22,8 toneladas por hectárea por año y constituye, aproximadamente, la pérdida de una capa de 2 milímetros de suelo por año.
Asimismo, las mayores tasas de erosión ocurren en el norte de esa provincia donde, simultáneamente, se registran fuertes pendientes, precipitaciones de moderadas a altas y una fuerte degradación de la cobertura vegetal, principalmente debido al sobrepastoreo. En tanto, las provincias con menores tasas de erosión hídrica son La Pampa, Formosa y Santiago del Estero.

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La pérdida de suelo es el principal problema que compromete la sustentabilidad de todos los sistemas productivos del país, con un impacto económico sobre el rendimiento anual de los cultivos estimado en US$29,9 millones. Esta pérdida, calculada para soja, maíz y trigo, es acumulativa y, por lo tanto, ascendería a US$1.645 millones en una década.
Los valores surgen del libro “Estimación de la pérdida de suelo por erosión hídrica en la República Argentina”, que llevaron a cabo especialistas el Instituto de Suelos del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA. Se trata de la primera investigación realizada a escala nacional en los últimos 30 años, con la finalidad de contribuir al ordenamiento y manejo sustentable de los suelos.
Según este estudio científico, alrededor del 26 % del territorio argentino, equivalente a 72 millones de hectáreas, presenta niveles de erosión hídrica que superan las tasas tolerables, es decir, que afectan la salud de los ecosistemas. Esto indica un agravamiento del problema, ya que el último estudio efectuado en 1988 estimó que la superficie afectada era de 25 millones de hectáreas, 47 millones de hectáreas menos respecto de la actualidad.
La consecuencia inmediata de la erosión del suelo “es una disminución de la productividad agrícola, debido a la pérdida de nutrientes, a su deterioro físico y a la pérdida de profundidad”, indicó Juan Gaitán, especialista del Instituto de Suelos del INTA y uno de los autores del trabajo, quien puntualizó: “En casos extremos, puede implicar la pérdida total del suelo”.
De acuerdo con el estudio, la tasa media de erosión actual de los suelos, que considera todo el territorio nacional, equivale a seis toneladas por hectárea al año. Esto representa aproximadamente una capa de 0,5 milímetros de espesor que se pierden al año.
En tanto, los especialistas reconocen que existen fuertes diferencias entre las regiones del país. Cerca del 60% del país presenta bajas tasas de erosión, menores a dos toneladas por hectárea por año, sobre todo en regiones con alta cobertura vegetal de pastizales naturales, bosques y selvas. Por su parte, alrededor de un 12 % del territorio presenta tasas de erosión mayores a 10 toneladas por hectárea por año, principalmente en las regiones áridas y semiáridas con fuertes pendientes y baja cobertura vegetal.
En cuanto a las pérdidas económicas por disminución de los rendimientos de los cultivos, “son relativamente bajas, si se toma el promedio del área agrícola nacional por hectárea, pero hay zonas puntuales de la pampa ondulada o del área serrana de Buenos Aires, Córdoba, San Luis, Salta y Tucumán que están muy afectadas, donde el perjuicio económico es ascendente”, destacó Patricia Carfagno, especialista del instituto e integrante del estudio.
Según el trabajo científico, que demandó dos años de investigación, en la Argentina la tasa media de erosión hídrica en el área de cultivos agrícolas equivale a 3,91 toneladas por hectárea por año. En tal sentido, se toma como referencia una densidad aparente media de 1,2 toneladas por metro cúbico para toda el área agrícola valor considerado para región Pampeana, por lo que esta tasa se correspondería con la pérdida de una capa de 0,33 milímetros de suelo por año.
La investigación reconoce que, además de la pérdida de rendimiento de los cultivos, la erosión provoca otros costos que “no son valorizados en números” y corresponden a “costos ambientales”, causados por la pérdida o disminución de los servicios ecosistémicos que brindan los suelos.
Según María Fabiana Navarro, especialista de la misma unidad del INTA y coautora del libro, “es muy difícil establecer los costos ambientales”. Por ejemplo, en el proceso de erosión, cuando el agua se lleva partículas del suelo, también se lleva partículas de contaminantes asociadas que, al llegar a los cursos de los ríos, contaminan los cuerpos de agua.
Las provincias con mayor tasa de erosión hídrica son Neuquén, Misiones y Santa Cruz. En el caso de Neuquén, la tasa media es de 22,8 toneladas por hectárea por año y constituye, aproximadamente, la pérdida de una capa de 2 milímetros de suelo por año.
Asimismo, las mayores tasas de erosión ocurren en el norte de esa provincia donde, simultáneamente, se registran fuertes pendientes, precipitaciones de moderadas a altas y una fuerte degradación de la cobertura vegetal, principalmente debido al sobrepastoreo. En tanto, las provincias con menores tasas de erosión hídrica son La Pampa, Formosa y Santiago del Estero.

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