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23 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Llenar el tanque de nafta en Salta cuesta cerca de $1.700 desde ayer

Aumentaron un 5% el precio de los combustibles y en lo que va del año la suba acumulada en las estaciones de servicio es del 18%. El litro de nafta súper sale $30,69.
Lunes, 02 de julio de 2018 00:00

El negocio de venta de combustibles aplicó ayer el séptimo aumento en el año, esta vez del 5%. De esa manera, la suba acumulada de los precios en las naftas y el gasoil llegó al 18% en lo que va de 2018.

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El negocio de venta de combustibles aplicó ayer el séptimo aumento en el año, esta vez del 5%. De esa manera, la suba acumulada de los precios en las naftas y el gasoil llegó al 18% en lo que va de 2018.

En la ciudad de Salta, los carteles de las estaciones de servicio con bandera de YPF exhibían, desde la madrugada de ayer, los nuevos valores por litro: la nafta súper fue remarcada a $30,69; la Infinia, $35,63; el diésel, $26,70 y el diésel Infinia llegó a $30,46.

Llenar el tanque de nafta de un auto, con una capacidad de 55 litros, cuesta ahora $1.688 en la capital salteña

La petrolera estatal fue la que impulsó la actualización en los precios de los combustibles, que, en principio, iba a ser del 3%, pero, por el descalabro cambiario que atraviesa el país, se subió otros dos puntos porcentuales. El anterior incremento se impuso el 1 de junio pasado y fue del 5%.

Según la Confederación de Entidad del Comercio de Hidrocarburos (Cecha), las naftas y el gasoil en la Argentina todavía tiene un atraso del 30% y es el sexto más bajo de los valores de comercialización entre los países de la región.

Desde el organismo sostienen que existe ese desajuste a partir de un informe que realizaron en octubre pasado sobre la base del precio del barril de petróleo Brent, que se toma de referencia en la Argentina, y el tipo de cambio de ese momento.

El petróleo, que representa un 80% del costo de los combustibles, tiene precio en dólares, es por eso que las compañías que lo importan y procesan están entre las más perjudicadas por los movimientos de la divisa norteamericana.

El mes pasado, el entonces ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren, explicó que trataba de llegar a un acuerdo con las petroleras y refinadoras para atenuar el impacto del incremento en los costos de la industria, la tasa de cambio y el valor de los biocombustibles.

Se pretendía una suba paulatina en los precios de los surtidores, pero la devaluación de la moneda local trastocó esos planes y el nuevo titular de Energía, Javier Iguacel, debe barajar y dar de nuevo en la negociación con las petroleras, que insisten en que el aumento en el precio de los hidrocarburos debe ser mayor.

En el mercado de los combustibles, Aranguren había prometido un congelamiento tarifario entre mayo y julio.

Lo había hablado con las principales petroleras locales, pero ese entendimiento se realizó cuando el dólar estaba en alrededor de los $22 y fue de imposible cumplimiento cuando se acercó a los $25.

Las subas en los combustibles afecta de manera directa e indirecta en la mayoría de las actividades y en una provincia que se encuentra a gran distancia de los puertos, como es Salta, el impacto es aún mayor.

Además de la incidencia en los costos del transporte de las producciones agrarias locales, los productos de la canasta básica de alimentos también se ven afectados por la modificación en los valores de los combustibles. Se estima que la logística para trasladar esos elementos influye en un 35% en su precios finales.

GNC, lo que sigue

Uno los sectores más perjudicados por el aumento de precio de los combustibles es el de los taxistas. Ya curtido por las constantes subas en los costos, Gerardo Vaso, secretario general de la Asociación de Taximetristas de Salta, dijo a El Tribuno que, normalmente, cuando se incrementan los valores de las naftas, el GNC sigue por ese camino al poco tiempo.

“En no más de 15 días siempre remarcan el precio después de subir los otros combustibles”, dijo el representante gremial de los conductores profesionales, que tienen como principal insumo para poder trabajar al gas natural comprimido (GNC) con el que funcionan sus vehículos.

Vaso adelantó que insistirá en el pedido a la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMT) para que se autorice una readecuación tarifaria para los taxis y remises. 

Explicó que lo que busca es que suba el valor de la ficha, pero que se mantenga el de la bajada de bandera. Dijo que debe haber una relación del 10% entre esos dos parámetros de cobro, de manera que si la bajada de bandera diurna hoy cuesta $20,39, la ficha debería salir $20 y no $1,48 como es el precio actual.
 

 

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