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Vida y obra de Néstor H. Palma

Lunes, 09 de julio de 2018 00:00

El martes 26 de junio de 2018 falleció, a los 93 años, el renombrado antropólogo argentino Néstor Homero Palma. Nacido en la Plata en 1924 y radicado en Salta desde la instauración de la Universidad Nacional de Salta, fue uno de los factótum en la creación de la carrera de Antropología de la Facultad de Humanidades de la universidad local.

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El martes 26 de junio de 2018 falleció, a los 93 años, el renombrado antropólogo argentino Néstor Homero Palma. Nacido en la Plata en 1924 y radicado en Salta desde la instauración de la Universidad Nacional de Salta, fue uno de los factótum en la creación de la carrera de Antropología de la Facultad de Humanidades de la universidad local.

Palma estudió en la Universidad Nacional de La Plata en una época de gran esplendor científico cuando descollaban allí figuras notables del mundo de las ciencias naturales como Frenguelli, Groeber, Keidel, Cabrera, Cigliano, Márquez Miranda, Mac Donagh, Vignati, Vivante, Rex González y Pagés Larraya, entre muchos otros. Se graduó como licenciado en Antropología y más tarde como doctor en Ciencias Naturales.

Volcó sus investigaciones hacia el campo de la Antropología Médica, especialmente en la región andina de Salta y Jujuy. Investigó las problemáticas sociales y culturales de los habitantes de la Puna argentina.

Otra mirada sobre la Puna

Abordó cuestiones sobre patologías puneñas, etiologías místicas, enfermedades de la tierra, violación de los tabúes, etiologías no místicas o naturales, concepto templario, lo cálido y lo fresco, el "médico" o curandero, la farmacopea, folklore animológico, culto al cráneo, lavatorio, obstetricia puneña, antropofagia, eclipse de luna, ahorcadura de los muertos, curaciones ancestrales, mitos y religiosidad popular.

Sobre el tema publicó decenas de artículos científicos y libros que son hoy clásicos en la literatura antropológica. Fue profesor de la Universidad Nacional de la Plata donde ocupó además distintos cargos de gestión. Trabajó en el plan de estudios de la carrera de esa universidad lo que le ocasionó severos conflictos, entre ellos un histórico enfrentamiento con Jorge Kilmurray. Sufrió las consecuencias de los vaivenes de la política argentina trasladados a la política universitaria. Todo ello producto de una fuerte y combativa personalidad que lo acompañó toda la vida.

Palma era un hombre de blancos y negros, pero nada de grises. Era hombre de grandes amigos y grandes enemigos, estos últimos la mayoría de las veces gratuitos, por simples discusiones intelectuales o por malos entendidos.

Nunca renegó de sus creencias y convicciones. Inclinado a la investigación científica en el área de la antropología médica participó en las comisiones de trabajo en el Conicet. Allí le tocó departir y compartir con quien sería un amigo de toda la vida, el prestigioso antropólogo y arqueólogo Alfredo Tomasini, siempre recordado por sus trabajos en la excavación de las dos viejas ciudades de Esteco.

También de esa época data su férrea amistad con el Dr. Armando Vivante con quién escribió numerosos libros y artículos sobre la temática de la medicina tradicional. Más tarde Palma ingresó como Investigador de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC).

Allí se desempeñó muchos años y continuó su obra referente a cuestiones de la medicina tradicional y religiosidad popular, tanto en sus estudios en el noroeste argentino como en el cinturón del Gran Buenos Aires adonde llegaban las oleadas migratorias del interior.

En Tastil

En la década de 1960 comenzó a acompañar a Salta a Eduardo M. Cigliano, junto a otros investigadores de La Plata, para investigar la ciudad prehispánica de Tastil. Este importante complejo urbanístico está emplazado en unas serranías graníticas de la localidad homónima. El yacimiento arqueológico fue señalado en 1903 por el sueco Eric Boman y salvo citas aisladas no había recibido un estudio de fondo.

Cigliano, Palma, Raffino y otros se dedicaron a estudiar distintos aspectos de esa ciudad que debió existir entre los años 1340 y 1440, aproximadamente. Abundan allí los petroglifos en rocas negras fonolíticas llamadas cornubianitas o hornfels. El poblado, a 3.200 m sobre el nivel del mar, cubre un área de 12 hectáreas y está compuesto por unas 450 viviendas donde se calcula que habitaron unos 2.000 indígenas.

Las construcciones están compuestas por bloques sueltos de granito rosado y se aprecian calles o senderos, zonas de basurales y se han encontrado cerámicas, puntas de flechas, objetos metálicos, tejidos, instrumentos domésticos en hueso, madera y en distintas variedades de rocas.

Resurrecciones

Entre las curiosidades se hallaron semillas de achiras que fueron hechas germinar 500 años después. En un jardín de una casa de La Plata se conservaban hasta hace algunos años esas achiras resucitadas de la ciudad prehispánica salteña.

Como producto de dichas investigaciones, el equipo de científicos dio a conocer un libro que se ha convertido en un clásico de la literatura arqueológica titulado: "Tastil, una ciudad preincaica argentina", publicado en 1973 en la Universidad Nacional de La Plata bajo la autoría de Eduardo Mario Cigliano (694 páginas, más fotos y láminas, La Plata).

Los sucesivos viajes de estudios antropológicos y arqueológicos a Salta lo llevaron a aquerenciarse en la provincia. Con la creación de la UNSa buscó radicarse en Salta trabajando en la organización de la carrera de Antropología que había iniciado en su momento el profesor Amadeo Rodolfo Sirolli (1900-1981).

En La Plata conoció a la antropóloga salteña Graciela Torres quien sería su compañera inseparable de la última mitad de su vida. Juntos crearon el Instituto de Investigaciones en Antropología Médica y Nutricional, del cual el Dr. Palma era su director. Torres abordó la temática de los pueblos indígenas del Chaco salteño, especialmente el wichi, sobre los cuales publicó junto a sus colegas Mirta Santoni, Liliana Madrid de Zito Fontán y otros autores, numerosos trabajos sobre la realidad social y nutricional. Además de su actividad de investigación y académica, Palma fue nombrado director del Museo Antropológico del Norte "Juan Martín Leguizamón".

Durante su gestión llevó a cabo numerosas exposiciones, entre ellas la recordada muestra de momias egipcias prestadas de forma itinerante por el Museo de La Plata.

Un legado imperecedero 

En 1994 comenzó a publicar en Salta la revista Kallawaya (Nueva Serie, La Plata-Salta), para dar a conocer las investigaciones científicas relacionadas con la medicina tradicional y la nutrición, especialmente de los pueblos originarios. La revista se publicó hasta 2010 con una salida de 17 números, el último de los cuales estuvo dedicado a la problemática y costumbrismo de la hoja de coca y el coqueo en el Noroeste Argentino. 
El suscripto publicó allí artículos sobre la práctica de la geofagia y otro sobre el quimismo de la yista (utilizada en el coqueo), en colaboración con el Dr. Carlos Sorentino (Sídney, Australia). 
Los últimos 20 años de su vida, Palma los dedicó al estudio de la cuestión del aborto, sobre la cual había escrito un voluminoso tratado de más de mil páginas abordando la temática desde múltiples enfoques (bioética, medicina, biología, antropología, psicología, filosofía, religión, etcétera).
El legado bibliográfico del Dr. Palma es muy amplio y hoy sus libros, mayormente agotados, se consiguen como rarezas en los portales de internet.
Entre sus obras más celebradas se cuentan: “La medicina popular en el Noroeste Argentino”, “Estudio Antropológico de la medicina popular de la Puna Argentina”, “Daño y Muerte por Imágenes”, “Tiempo de sosiego: La medicina folclórica de la Puna Argentina”, entre otros escritos donde se aborda la cosmovisión holística del hombre andino. Su última obra fue un “Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Andina”, que tuve el gusto de prologar y que fuera publicado en 2009 por la Editorial Mundo Gráfico (286 p., Salta). 
En el campo de la historia de la ciencia Palma escribió junto a Eduardo Cigliano un trabajo sobre los ‘Cien Años de Antropología en el Museo de La Plata‘, con motivo del aniversario de esa institución en 1977. Tenía en gran estima al antropólogo y etnógrafo Armando Vivante (1910-1996), con quien publicó “El daño mediante imágenes en la Sociedad Argentina” (Editorial Cabargón, 1971, Buenos Aires). Palma fue uno de los últimos grandes maestros de la antropología argentina. Su legado científico será imperecedero.
 

 

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