El economista y sociólogo Bernardo Kliksberg estuvo en Salta, donde brindó la conferencia magistral “Hacia dónde va el mundo. Interrogantes y tendencias claves para entenderlo y avanzar hacia un mundo mejor”.
Durante su exposición, planteó nueve temas centrales como los desafíos a los que se enfrenta la humanidad y que “van a definir el perfil del mundo que vamos a tener dentro de las próximas dos décadas”. Estos desafíos tienen que ver con la tecnología, crisis de valores, la pobreza, ecología, el rol de la mujer, la infancia, la desigualdad, los nuevos actores del mundo y la sed de ética.
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El economista y sociólogo Bernardo Kliksberg estuvo en Salta, donde brindó la conferencia magistral “Hacia dónde va el mundo. Interrogantes y tendencias claves para entenderlo y avanzar hacia un mundo mejor”.
Durante su exposición, planteó nueve temas centrales como los desafíos a los que se enfrenta la humanidad y que “van a definir el perfil del mundo que vamos a tener dentro de las próximas dos décadas”. Estos desafíos tienen que ver con la tecnología, crisis de valores, la pobreza, ecología, el rol de la mujer, la infancia, la desigualdad, los nuevos actores del mundo y la sed de ética.
Usted plantea el desafío de aprovechar la revolución tecnológica para mejorar el mundo...
La revolución tecnológica, que se da en tantos campos al mismo tiempo y que tiene tantas expresiones virtuosas que ayudan a mejorar la comunicación, la información, la producción en general, a prolongar la esperanza de vida, plantea a su vez una agenda ética muy desafiante. Aparecen temas como la irrupción de los hackers, las fakes news, la infiltración de sistemas como el de Facebook que llega a más de dos mil millones de personas con mensajes al servicio de grupos criminales o que quieren subvertir la democracia.
Está también la necesidad de regular la inteligencia artificial según lo están pidiendo los propios creadores de esta tecnología, de cómo conducir las tecnologías con la ética, de cómo conducir este movimiento tan positivo que nos trae la tecnología desde la ética.
Hablando de ética, también hace hincapié en la crisis de valores actual...
Es una crisis profunda y, como dice el filósofo Charles Taylor, el problema es que no estamos discutiendo sobre los fines últimos del género humano, como lo planteó la filosofía en la antigüedad, sino que estamos discutiendo sobre mediaciones. Estamos en una época donde hay un vacío de reflexión ética profundo.
La pobreza es otro de los desafíos que expuso en la conferencia...
La pobreza sigue acompañando al mundo y está muy concentrada actualmente en los niños: el porcentaje de niños pobres es mucho mayor que el de pobres.
En América Latina se estima que más del 60% de los niños están por debajo de la línea de la pobreza. La región tiene un problema serio de pobreza porque, según la Cepal, el 30,4% de la población está por debajo de la línea de la pobreza pero, en el caso de los niños, los datos son peores, casi el doble.
¿Cuál es el camino para revertir esta situación?
Ese es uno de los desafíos centrales que tenemos: los niños deben ser lo primero y los niños actualmente sufren de una serie de problemas que van desde el tráfico de niños, pasando por la utilización del niño en los circuitos de la droga, hasta el hecho concreto de que, según las últimas cifras de Unicef, mueren 15.000 niños cada día por causas totalmente evitables, básicamente el hambre, la desnutrición, la falta de instalaciones sanitarias adecuadas, y la falta de agua potable.
Destacó la importancia del rol de la mujer...
La condición de la mujer es otro tema central. La rebelión actual de las mujeres en Hollywood, encabezada por las grandes actrices en contra del acoso, es una de las partes de un descontento mucho mayor de la mitad del género humano ante la condición de discriminación al que han sido relegadas. Ese es un desafío fenomenal en el que se ha avanzado mucho pero queda mucho aún por seguir avanzando.
También marcó las dificultades por la enorme desigualdad en el mundo...
La desigualdad ha alcanzado niveles que crean todo tipo de disfuncionalidades. El Fondo Monetario ha llamado la atención en que las economías con altas desigualdades no pueden tener crecimiento estable, en el mejor de los casos tienen crecimiento totalmente volátil. En cambio, la realidad demuestra que los países que han trabajado mejor este tema y que han logrado inclusión universal de su población, como los nórdicos (Noruega, Finlandia, Suecia, Dinamarca), que tienen el más bajo coeficiente de desigualdad del planeta son absolutamente exitosos porque son sociedades llenas de oportunidades para todos, con educación y salud gratuitas y de altísima calidad para todos. En cambio, países de extrema desigualdad, claramente se caracterizan por dificultades muy serias para avanzar en el plano económico y por niveles de violencia y de falta de cohesión social que impiden los progresos.
¿Qué importancia le da a la ecología en este contexto?
Es fundamental. Realmente está en juego la posibilidad de llegar a desequilibrios que afecten la vida de buena parte de la población del planeta.
El calentamiento global, al mismo tiempo que deshiela grandes extensiones del planeta, lleva a un desborde de los mares y genera del otro lado sequías y desertificación; la combinación de ambas cosas está incidiendo en el éxodo masivo de poblaciones migrantes de África y de Asia particularmente y también ha tenido un impacto muy grande en el Caribe latinoamericano. Además hay actores económicos que presionan para que no se controlen las prácticas contaminantes del planeta.
¿Hay algún indicio que permita vislumbrar un futuro optimista?
Sí, es la irrupción de los nuevos actores sociales que han emergido. Entre ellos están los jóvenes, que piden un mundo mejor por todas las vías posibles. Los jóvenes, en cuanto se les ofrece trabajo voluntario, lo toman ávidamente. Los jóvenes buscan soluciones para la sociedad, están en búsqueda del camino del bien común.
Otro actor nuevo es la mujer; esta rebelión de la mujer recién comienza, las mujeres se están rebelando contra el acoso pero además están pidiendo un rol igualitario; la potencia de la mujer ha sido totalmente subutilizada. La realidad nos muestra permanentemente que la mujer tiene una inclinación muy importante altruista.
El potencial de la mujer es enorme y recién se está exteriorizando al levantar la barrera de la discriminación y de la violencia contra la mujer.
Otro nuevo actor es el empresario con responsabilidad social, que es un actor muy significativo y que está encabezado por empresarios prominentes. La Fundación Gates dona 5.000 millones de dólares anuales para proyectos inteligentes sobre la salud de los más pobres, sobre la malaria, está trabajando sobre vacunación masiva de niños; han salvado millones de vidas de chicos en alianza estratégica con la Organización Mundial de la Salud, con políticas públicas y convocando a otras empresas privadas a colaborar.
Otra figura del paisaje del Siglo XXI es el emprendedor social, y algunos emprendedores sociales como el premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, han revolucionado el mundo. Yunus es el creador del microcrédito que ha mejorado la vida de más de 500 millones de personas.
Otra esperanza para el género humano es el crecimiento de los movimientos económicos solidarios y el cooperativismo en general.
Todos estos actores nuevos, con fuerza creciente, están buscando afanosamente soluciones para todos los problemas que mencioné anteriormente. Un desafío estratégico es fortalecerlos.
¿Qué panorama ve para el futuro mediano?
Gran parte de la población del planeta tiene sed de ética, o sea quiere un mundo más ético, donde haya diversidad cultural, inclusión masiva, oportunidades para todos, donde se pueda desarrollar la libre iniciativa, la pequeña y mediana empresa, todas las formas de oportunidades y que tenga como uno de sus ejes centrales la educación, que es una de las vías estratégicas para mejorar el mundo actual.
La sed de ética nos da un punto de arranque fenomenal para llegar al mundo ideal.
Nelson Mandela condensó muy bien todo este llamado a un mundo mejor en la siguiente expresión: “Ningún ser humano nace odiando o discriminando a otros seres humanos, considerándolos inferiores por el color de su piel, o por su pertenencia social, o su origen nacional. El racismo, la xenofobia y la discriminación son productos de determinados tipos de educación. Y si los seres humanos pueden ser educados -dijo Mandela- para el racismo, la xenofobia y la discriminación, pueden ser educados para lo contrario: para el amor al prójimo, para la solidaridad, para la igualdad y para la libertad.