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Damián Huergo: "Los cuentos coquetean con la muerte para subrayar y potenciar la vida"

Entrevista a Damián Huergo, periodista y escritor.
Lunes, 11 de noviembre de 2019 16:08

Las historias que construye en Biografía y ficción bordean los límites territoriales, temáticos y de personajes que se mueven entre la adicción a las drogas, la develación de secretos familiares, los viajes, así como la perplejidad que rodea a la figura de los desaparecidos.
El límite también se extiende al narrador en primera persona que domina los relatos y lleva al lector a preguntarse hasta dónde los cuentos son retazos de la biografía del autor y hasta dónde son una invención.
Huergo, que además de escritor es periodista y sociólogo, dialogó con Télam acerca de estos cuentos, editados por Notanpüan, que obtuvieron el primer premio del Fondo Nacional de las Artes en 2017.

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Las historias que construye en Biografía y ficción bordean los límites territoriales, temáticos y de personajes que se mueven entre la adicción a las drogas, la develación de secretos familiares, los viajes, así como la perplejidad que rodea a la figura de los desaparecidos.
El límite también se extiende al narrador en primera persona que domina los relatos y lleva al lector a preguntarse hasta dónde los cuentos son retazos de la biografía del autor y hasta dónde son una invención.
Huergo, que además de escritor es periodista y sociólogo, dialogó con Télam acerca de estos cuentos, editados por Notanpüan, que obtuvieron el primer premio del Fondo Nacional de las Artes en 2017.

¿Cuánto hay de biografía y cuánto de ficción en estos cuentos? 

El título Biografía y ficción fue el último descubrimiento del libro. Incluso, creo que es lo que terminó armándolo. Hasta su aparición los pensaba como cuentos dispersos, sueltos, que fui escribiendo en los bordes de otros proyectos de largo aliento. Sin embargo, cuando los junté para enviarlos al concurso del FNA, los leí de un tirón y noté que tenían una alquimia similar entre lo biográfico y lo ficticio en donde lo que menos importaba era cuánto había de real y cuánto de invención en su forma.

¿A raíz de qué experiencia surgió el cuento Namenlos que remite a los desaparecidos de Austria, México y la Argentina?

Las ciudades y escenarios que aparecen en Namenlos son territorios que alguna vez pisé, que caminé, que olí, en los que también, de algún modo, me desesperé y fui feliz. Desde chico, cada vez que puedo, viajo. Siempre, sin mucha originalidad en este asunto, asocié a la literatura con los viajes, como si ambos movimientos fuesen posibilidades de ampliar la vida. Lo que sucede en el relato de Stephan puede ser leído como la hipótesis de una vida que no fue.

¿De dónde salen esos cuerpos que aparecen flotando en el Danubio y por qué los llaman namenlos?

Namenlos en alemán significa “sin nombre”. Así bautizan a los cuerpos que no tienen identidad. En Viena, un amigo me contó que el Danubio, debajo de sus valsecitos y de su imaginario celestiales, aún continúa arrastrando cuerpos y huesos de las guerras del siglo XX. Hay varias historias de dónde provienen esos cuerpos. Algunos nombran campos de concentración específicos o los asocian a hambrunas marcadas por crisis económicas. De todas las historias que escuché -y fueron muchas- me quedé con la del párroco Prengel. La que se nombra en el cuento, más allá de si es verdad o mentira, me interesó porque me ayudó a construir un lugar único y extraño en la periferia de Viena.

Los personajes adictos y con vidas al límite o lindantes con el delito están presentes en varios de los cuentos...

No fue una elección consciente, programática. Son parte de mi universo, de mis lecturas, de mi imaginación, también de mi trabajo, por lo tanto no los veo como algo ajeno a mi escritura. Sobre todo si tenemos en cuenta que la literatura, entre muchas cosas, también es un modo de relacionarnos con lo real, con lo que nos rodea. Por otro lado, desde la obra de Lowry hasta la de Bolaño, pasando por Luis Gusmán, siempre me interesó esa zona donde conviven personajes al límite, radicalizados en su cotidianidad, incluso estallados en el interior de su normalización. A diferencia de los lenguajes mediáticos, la literatura me permite encontrar en estos personajes la convivencia entre la ternura y el dolor, entre la euforia y la desesperación, entre lo vital y lo que se va apagando adentro suyo. 

La muerte es otra de las temáticas presentes en los cuentos, así como los viajes y traslados como una forma de desaparición de los lugares.

A diferencia de la noción de memento mori, como recuerdo de muerte, siento que estos cuentos, quizás, coquetean con la muerte para subrayar y potenciar la vida. Hago una salvedad: irse de los lugares establecidos no es borrarse, o buscar desaparecer, creo. En el libro, los personajes que se fugan, lo hacen de situaciones que no pueden o no les interesa sostener. Me interesa, por ejemplo, la figura del raje que aparece en libros como Redondos. Biografía de Patricio Rey. Los personajes rajan para no legitimar con su presencia lo que huele mal, para elaborar otros mundos con lo que encuentran a su paso, ahí cerca o a miles de kilómetros.

El contexto socioeconómico y la política aparecen en varios cuentos como en el de Raymundo Ongaro. ¿Fue real ese encuentro?

Cuando terminé la carrera de Sociología integré un equipo de investigación sobre cooperativas y empresas recuperadas. Nos juntábamos en la Federación Gráfica. Era habitual ver a Raymundo Ongaro deambulando por los pasillos. Para mí era y es una figura mítica, que siempre ligué a Rodolfo Walsh y a un accionar vital. Como me suele suceder, nunca pensé que ese encuentro iba a terminar transformado en literatura. x
 

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