Se habló mucho este año de los constantes aumentos de precios que se aplicaron a la ancestral hoja de coca, pero en los últimos días adquirir un puñado de este producto andino se ha vuelto prácticamente prohibitivo para el bolsillo de la clase obrera.
Martín, un habitué de los kioscos de la zona del mercado Cofruthos, no salía del asombro cuando esta mañana le cobraron $1.000 el cuarto de “sele” (hojas seleccionadas). Es decir, que el kilo acariciaría los $4.000. Se trata de la medida que consume más o menos un salteño que “presuma” de llamarse “coquero”. “La semana pasada (un proveedor) quiso cobrarme $5.000 el kilo. No le compré, porque ¿a qué precio tendría que cobrarla yo?”, se quejó una kiosquera.
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Se habló mucho este año de los constantes aumentos de precios que se aplicaron a la ancestral hoja de coca, pero en los últimos días adquirir un puñado de este producto andino se ha vuelto prácticamente prohibitivo para el bolsillo de la clase obrera.
Martín, un habitué de los kioscos de la zona del mercado Cofruthos, no salía del asombro cuando esta mañana le cobraron $1.000 el cuarto de “sele” (hojas seleccionadas). Es decir, que el kilo acariciaría los $4.000. Se trata de la medida que consume más o menos un salteño que “presuma” de llamarse “coquero”. “La semana pasada (un proveedor) quiso cobrarme $5.000 el kilo. No le compré, porque ¿a qué precio tendría que cobrarla yo?”, se quejó una kiosquera.
Los fundamentos a lo largo de 2019 fueron de los más variados. A los aumentos de combustibles se sumaron la cotización del dólar, los índices de inflación, costo de vida, la incertidumbre pre y post electoral en Bolivia, y ahora la profunda crisis social y política que vive el país vecino. Pero lo cierto es que las remarcaciones no cesan.
La suba alcanza también a la “guarnición” que acompaña al “acullico”, como el chamabico (saborizante) que cotiza por los $ 15 y el bica (bicarbonato de sodio) a $10, promedio.
El “kit andino” se ha vuelto a todas luces inalcanzable. Hasta hay quienes proponen sumarlo al Black Friday.
“No le ‘bua’ pagar esa barbaridad. Hace una semana que no compro. Prefiero coquear hojas de ligustro antes que dejar el sueldo en la coca. ‘Tan’ locos. Eso deberíamos hacer todos”, expresó David, un excoquero de Bº 2 de Abril notablemente ofuscado por la situación.
Federico, de zona sur, se quejó: "Hay kioscos que aún mantienen el precio de hace unos días, pero le bajaron cantidad de hojas a la bolsita, es decir que si antes tenía 50 g hoy tiene 40 g o menos todavía".