Con motivo de la sexta edición del torneo "Copa Salta La Linda", más de 300 mujeres de diferentes puntos del país se congregan este fin de semana largo en la cancha del estadio Padre Ernesto Martearena.
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Con motivo de la sexta edición del torneo "Copa Salta La Linda", más de 300 mujeres de diferentes puntos del país se congregan este fin de semana largo en la cancha del estadio Padre Ernesto Martearena.
Si bien el último mundial de fútbol femenino se celebró paralelamente a la Copa América, lo que opacó en cierta medida el desempeño de las mujeres en este deporte, por otro lado se logró cierta visibilización y que se pusieran los ojos en el deporte que estuvo relegado históricamente a los hombres y que aún es amateur en su selección femenina.
En Salta, la Asociación Salteña de Fútbol Femenino, con su poco más de un año de nacimiento, es una muestra del avance que han logrado algunas futbolistas salteñas que trabajan hace años para sortear las vallas que impone la practica de un deporte amateur.
Belén Morelli, presidenta de la Asociación, también es una muestra de ello. Es jugadora de Central Norte y directora técnica. Alguna vez terminó dirigiendo un partido con el bebé de una de sus jugadoras en brazos. "Una termina siendo psicóloga, madre, amiga. De todo tenés que ser, pero así es el fútbol femenino", aseguró Morelli, quien organiza desde sus inicios el cada vez más convocante torneo.
"El fútbol permite trabajar estos vínculos de sororidad entre las mujeres. El jugar en equipo, saber que no estoy sola y encontrar en mi compañera la ayuda que necesito", resaltó Rosaura Gareca, subsecretaria de Políticas de Género del Ministerio de Gobierno, Derechos Humanos y Justicia. El torneo "Copa Salta La Linda" y sus más de 300 mujeres participantes es un atractivo para el organismo oficial, que, por segunda vez y por pedido de la ONU Mujeres, que también apoya la iniciativa, instalarán un estand de prevención, sensibilización y asesoramiento contra la violencia de género.
"El año pasado, luego de las charlas nos vinimos con un montón de relatos. Me acuerdo de una madre de Cerrillos que en su barrio tenía situaciones de violencia y allí luego hicimos capacitaciones", relató la funcionaria.
Según contó Morelli, más allá de las exigencias físicas, las canchas se vuelven un lugar de esparcimiento y de escape de otras situaciones: "Tuvimos muchos casos en el club de chicas con problemas de adicción, alcohol, violencia, que tienen muchos hermanitos y los padres los abandonan. Pero llegan al club y la pasan bien, llegan con una sonrisa, más allá de las exigencias del entrenamiento y el cansancio. Luego se juntan, charlan y pasan un lindo momento".
Falta de apoyo
Más allá de las posibilidades que le permite el deporte a las mujeres, las jugadoras deben enfrentarse a otros sinsabores, como la falta de apoyo. "Hay clubes en los que se pagan altas cuotas y no les dan lugar para entrenar adentro y entrenan en el Campo de la Cruz", denunció Morelli, al mismo tiempo que pidió más apoyo y puso como ejemplo el caso de las jugadoras de Trancas (Tucumán), que no pudieron participar del torneo salteño por falta de fondos.
"Siempre hay diferencia entre lo que se aporta para el fútbol femenino y el masculino. En indumentaria y transporte se ve mucho la diferencia. Hay que trabajar con los dirigentes para que cambien", advirtió Morelli, quién logró con su equipo salir dos veces subcampeonas de los juegos nacionales Evita.
"Nosotros reivindicamos el trabajo como el que hace Belén porque trabaja contra viento y marea, y el Estado debe apoyar. Que la mujer ingrese al fútbol significa que puede participar en condiciones de igualdad, ni más ni menos que con los varones. Significa que pueden hacer lo que les gusta, desarrollarse lejos de los estereotipos, que se pueda cambiar la visión para que la mujer lo practique libremente. Es también inclusión, trabajo en equipo, prevención de un montón de otras cosas, como adiciones y violencias", remarcó Gareca.
Sobre los estereotipos, Morelli aseguró que se está logrando dejar de lado la "nena marimacho" (definición muchas veces utilizada para calificar a la niña que le gustan las actividades asignadas históricamente al varón).
"Tenemos escuelitas de fútbol para niñas que están funcionando muy bien", destacó la jugadora.