La jueza de Garantías Edith Rodríguez no hizo lugar al pedido de prisión preventiva para los cuatro acusados por la muerte de Ezequiel Gallardo, solicitado oportunamente por la fiscal penal actuante, y trocó esta solicitud en una orden de arresto domiciliario y a cargo y con garantías de los propios familiares de los imputados por homicidio.
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La jueza de Garantías Edith Rodríguez no hizo lugar al pedido de prisión preventiva para los cuatro acusados por la muerte de Ezequiel Gallardo, solicitado oportunamente por la fiscal penal actuante, y trocó esta solicitud en una orden de arresto domiciliario y a cargo y con garantías de los propios familiares de los imputados por homicidio.
De esta manera los cuatro policías serán trasladados desde su lugar de arresto hacia sus propios domicilios en las próximas horas.
También se hizo público que la jueza en la misma resolución no hizo lugar a un inadmisible pedido de sobreseimiento de los imputados por homicidio que realizó el defensor de los cuatro acusados, un abogado penalista perteneciente a la fuerza policial, cuando la causa recién se está investigando.
La medida beneficia a los uniformados Ricardo José Antonio Llaves, Jorge Antonio Olea, Ricardo Ezequiel López, y Lucas Maximiliano Ozuna.
La medida se fundamenta, según lo expuesto por los defensores que buscaron ese fallo, en que la prisión preventiva afectaría el cuidado de sus respectivas familias; aseguran que no existe peligro de fuga porque los mismos cuentan con arraigo, trabajo estable y familias constituidas, además sustentan que los mismos no cuentan con medios económicos para una eventual o posible fuga, y valorando prematuramente una futura condena asegura que tampoco se avizora una pena grave, ya que la carátula del caso es, por el momento, "homicidio culposo".
Aseguran además que a los policías no se les puede atribuir comportamiento evasivo, porque asegura que han estado a disposición de la Justicia desde el primer día.
El fallo dice además que no advierten peligro de entorpecimiento de la investigación ni que destruirán o modificarán elementos de prueba, todo esto en grado de certeza. Al igual que asegura que no influenciarán o intimidarán a testigos.
Con solo ver las declaraciones del enfermero que halló a Gallardo sin vida, el ángulo de las certezas parece achicarse: "El enfermero dijo que lo hicieron entrar por otro portón, no coincidiendo la escena con el llamado por una dificultad respiratoria. Luego aclaró que llamó la atención la cianosis (azulado por falta de oxigeno) y la lividez del cuerpo ().
Habló de la ansiedad de los policías y de la cantidad de uniformados que había en el lugar. Esas pequeñas declaraciones son una muestra del momento y la suerte corrida por Gallardo.