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Un primer tiempo que puede costar el Mundial

Sabado, 21 de septiembre de 2019 07:52

Todavía se siente la electricidad en el Tokio Stadium. Fue lo que se supuso que iba a ser: una final. Tuvo todos los ingredientes y la caída de los Pumas huele a dolor porque la victoria estuvo cerca, sobre todo por la fenomenal remontada en el segundo tiempo, lapso en el cual fueron superiores a Francia. Pero el triunfo quedó del lado de los europeos porque cuando parecía que estaban sin posibilidades encontraron una falla ajena (una pelota perdida en la salida tras haber pasado al frente) y el golpe de suerte que se necesita en este tipo de enfrentamientos: el drop de Camille Lopez entró tan con lo justo que el árbitro Angus Gardner tardó unos eternos segundos en levantar el brazo para convalidarlo.

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Todavía se siente la electricidad en el Tokio Stadium. Fue lo que se supuso que iba a ser: una final. Tuvo todos los ingredientes y la caída de los Pumas huele a dolor porque la victoria estuvo cerca, sobre todo por la fenomenal remontada en el segundo tiempo, lapso en el cual fueron superiores a Francia. Pero el triunfo quedó del lado de los europeos porque cuando parecía que estaban sin posibilidades encontraron una falla ajena (una pelota perdida en la salida tras haber pasado al frente) y el golpe de suerte que se necesita en este tipo de enfrentamientos: el drop de Camille Lopez entró tan con lo justo que el árbitro Angus Gardner tardó unos eternos segundos en levantar el brazo para convalidarlo.

Fue una auténtica batalla deportiva. Se golpearon, dejaron todo en cada pelota y ambos equipos compartieron virtudes y errores en medio de un trajín que tuvo en éxtasis de principio a fin a las 44.004 personas que prácticamente colmaron el estadio que un día antes abrió la Copa del Mundo de Japón. Ahora, los Pumas deberán ganar los tres partidos que le restan (Tonga, la opulenta Inglaterra y Estados Unidos) y aún así tendrán que esperar el resultado de Francia-Inglaterra para ver si avanzan hasta los cuartos de final o se vuelven al término de la primera rueda.

Para ganar este partido había que jugar sin fallas los 80 minutos. Los Pumas prácticamente regalaron los primeros 35 y eso, al hacer las cuentas, les dio déficit. Francia aprovechó ese lapso sin piedad. Le encajó dos tries en 4 minutos y le hizo pagar caro cada error argentino. Sin un Nicolás Sánchez preciso y determinante como se lo necesitaba hoy, los argentinos tuvieron errores en la defensa y en el control de la pelota. Pese a prevalecer en el scrum, del cual sacaron penales a favor, y de tener una secuencia de lines y scrums producto de infracciones de los europeos en los últimos metros, no supieron cómo marcar. Tampoco contribuyó el australiano Gardner, sancionando un cuestionable penal cuando eran los argentinos los que dominaban la formación. Esa primera parte estuvo lejos de lo esperado y salvo Petti (el mejor Puma) y Moroni, el resto dejó una pálida imagen que se transformó en una amplia diferencia 20-3. Fuente: La Nación
 

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