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El hospital solo atiende casos de vida o muerte, a puertas cerradas

El jueves, vecinos atacaron al personal del hospital por la muerte de Belén y Milton. Los mató la ambulancia en un choque. Piden justicia y rechazan la gerencia de Quispe.
Sabado, 25 de enero de 2020 00:56

Desde el pasado 10 de diciembre, cuando la ambulancia del hospital de Santa Victoria Este conducida por Carlos Miguel Romero chocó con la moto en la que viajaban Belén Barbier y Milton Corbalán, quienes perdieron la vida, hay una herida abierta en el Chaco salteño, una promesa de venganza, un pedido de justicia que se hace imperativo, que arremete con dolor y con violencia sobre los derechos de todos los demás. Es que la sensación de injusticia genera comportamientos laberínticos, inexplicables... irracionales.

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Desde el pasado 10 de diciembre, cuando la ambulancia del hospital de Santa Victoria Este conducida por Carlos Miguel Romero chocó con la moto en la que viajaban Belén Barbier y Milton Corbalán, quienes perdieron la vida, hay una herida abierta en el Chaco salteño, una promesa de venganza, un pedido de justicia que se hace imperativo, que arremete con dolor y con violencia sobre los derechos de todos los demás. Es que la sensación de injusticia genera comportamientos laberínticos, inexplicables... irracionales.

Desde aquel trágico suceso pasaron muchas cosas en el hospital de Santa Victoria Este, que por estos días está cerrado "por miedo", y solo atiende casos de vida o muerte.

Entre las cosas que pasaron, renunció el gerente del nosocomio, el médico Pablo Casabella, quien cumplió una ardua labor en el inhóspito lugar, y volvió a ese puesto Marcela Quispe, una médica más aceptada por algunas comunidades victoreñas por su raíz indígena. Pero lo peor que pasó en esta comuna desde que se inició el 2020 es la muerte de cinco niños con una salud debilitada, vulnerables al extremo por las condiciones de pobreza general, indigencia (mejor dicho), que padecen como una triste y crónica costumbre la inmensa mayoría de los habitantes de Santa Victoria Este, especialmente los wichis.

La ambulancia, tras el choque en el que murieron Milton y Belén

El escándalo se desató en el hospital el jueves, cuando el cacique Gervasio Barbier con su familia y miembros de su comunidad entraron al hospital y violentaron al personal, golpearon a la gerente Marcela Quispe y atacaron su vivienda particular. La médica fue muy cuestionada por este grupo de vecinos, que la responsabilizaron por la muerte de Belén Barbier y Milton Corbalán, quienes eran pareja. Familiares de las víctimas entendieron que desde el Ministerio de Salud no se aplicó ninguna sanción y descargaron su ira en contra de Quispe. Justo en esos momentos caóticos hubo una emergencia en el hospital, que también muestra otro rasgo duro de la vulnerabilidad que viven las mujeres en las comunidades: una niña de 13 años, embarazada de gemelos, quien tenía presión alta, debía ser trasladada de urgencia en vuelo sanitario al hospital Perón de Tartagal.

El secretario de Salud de la Provincia, Antonio de los Ríos, dijo al respecto: "Fue dramático, no podíamos hacer lo que debíamos porque Barbier había irrumpido con mucha agresividad en el hospital, golpeó al personal, a la doctora Quispe y a una enfermera, que hicieron la denuncia y no pueden trabajar con normalidad hasta tanto se les den las garantías de seguridad que necesitan y que corresponde".

El funcionario contó que "mientras todo este episodio ocurría, no se pudo asistir como es debido en el hospital a una niña de 13 años con un embarazo gemelar con preeclampsia, para quien destinamos un vuelo sanitario y afortunadamente está siendo estabilizada en el hospital de Tartagal".

Por este comportamiento sin ley, por estas condiciones de injusticia para unos y para otros, es que médicos, enfermeros y agentes sanitarios de Santa Victoria Este paralizaron su labor quizás en el peor momento que vive la comunidad victoreña, que va perdiendo cinco niños en menos de un mes. "Paro por miedo", dice el cartel en la mesa de entrada del hospital. "Atención solo con riesgo de vida. No hay médico", dice otro pegado en la puerta con fecha 23 de enero.

Roberto González, de la comunidad wichi Kilómetro Uno, ya había anticipado el caos en un whatsapp: "Les informo que por el caso de mi sobrina Belén Barbier, que falleció con su marido cerca de Pozo El Tigre en diciembre y todo quedó en la nada, con toda la familia iremos al hospital a protestar porque vuelve la doctora Quispe y se va el doctor Casabella. Muchos quieren que todo siga mal en Santa Victoria y espero que nos entiendan que reclamamos por dos vidas, y buscaremos a toda costa que se haga justicia. Nos mintieron desde el Ministerio poniendo a Quispe de nuevo y eso está muy mal".

 

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