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El río Bermejo, una fuente de vida que en el norte quieren reactivar

La pandemia y la veda pararon todas las actividades en el río que está a pocos kilómetros de Embarcación. Pescadores, funcionarios y empresarios piden y saben que es vital reactivarlo porque el beneficio podría llegar a miles de personas.
Domingo, 01 de noviembre de 2020 23:11

Es un ícono de la naturaleza subtropical por los bellos paisajes que esculpió con sus aguas. Es origen de la historia de ciudades y pueblos a lo largo de su trayecto. Y es una fuente vital para quienes encuentran en sus profundidades y meandros, alimentos y trabajo. El río Bermejo era hasta antes del Covid-19, el lugar donde decenas de familias desarrollaban una actividad económica para subsistir, y donde cientos o miles hallaban distracción. La cuarentena cortó todo eso y ahora que se acerca el verano, pescadores, pequeños comerciantes y hasta la Municipalidad de Embarcación esperan no solo la reapertura sino también un impulso al desarrollo de un recurso natural generoso.

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Es un ícono de la naturaleza subtropical por los bellos paisajes que esculpió con sus aguas. Es origen de la historia de ciudades y pueblos a lo largo de su trayecto. Y es una fuente vital para quienes encuentran en sus profundidades y meandros, alimentos y trabajo. El río Bermejo era hasta antes del Covid-19, el lugar donde decenas de familias desarrollaban una actividad económica para subsistir, y donde cientos o miles hallaban distracción. La cuarentena cortó todo eso y ahora que se acerca el verano, pescadores, pequeños comerciantes y hasta la Municipalidad de Embarcación esperan no solo la reapertura sino también un impulso al desarrollo de un recurso natural generoso.


Los habitantes del paraje La Quena, ubicado sobre el extremo norte del puente -ya en jurisdicción de Embarcación- viven casi exclusivamente de la pesca. Pero en estos momentos, tras más de siete meses de aislamiento por la pandemia, de los ocho comedores que allí funcionaban solo cuatro siguen trabajando aunque de manera irregular.
“Son pocas las personas que llegan al comedor tanto por la crisis económica como por el miedo al contagio”, relató José Berón, un pescador que conoce tramo a tramo el Bermejo y dueño de uno de los comedores que están en La Quena.
Tanto él como otro conocido pescador de Embarcación, Edgardo Sarmiento, no solo trabajan en el río (Sarmiento vende pescados en su casa de la ciudad, y prepara comidas para llevar los fines de semana), sino que el Bermejo es uno de sus amores de vida.
En este momento, al miedo al virus y a las restricciones para salir se suma que desde el 15 de septiembre rige la veda y, por lo tanto, nadie puede ir a “tirar el gancho”. En las rojizas aguas viven surubíes, dorados, pacúes, bagres, bogas y sábalos, que en estos meses se reproducen, por lo que se prohíbe su extracción.

El turismo, una deuda

En el norte salteño nadie duda de que el río Bermejo tiene todo para ser un destino turístico. Pero para llevarlo a ese nivel no alcanza solo con su imponente belleza. Muchas son las ideas que dieron y dan vueltas, algunas incluso tomaron forma de proyecto, pero ninguna pasó más allá del papel.


“Jamás ningún gobierno, ni provincial, ni municipal, apoyó a algo tan importante. Ya estamos cansados de pedir que alguna vez le den la importancia que se merece el Bermejo”, se quejó Berón.
“La gente ribereña, los pescadores que nacimos practicando este deporte -suma Sarmiento-, amamos al río desde lo más profundo y tenemos como anhelo, en primer lugar, cuidarlo”. Y a partir de esta mirada se quejó que quienes viven del río, sin apoyo oficial, carecen de posibilidades para desarrollar actividades alternativas a la pesca.
“Aquí se pueden hacer muchas cosas. Desde mountain bike a deportes como el canotaje. Todo esto reflotaría el turismo. El problema siempre es que vienen, nos ‘palmean’ el hombro y se van, dejándonos esperando que los objetivos alguna vez se cumplan. Pero eso nunca sucede”, agregó Sarmiento.


Ambos pescadores se quejaron de la disparidad que hay en el apoyo gubernamental al turismo en el norte y en los Valles Calchaquíes.
“Nosotros estamos olvidados por el Gobierno.Lo sabemos y es una lástima. No queremos que nos regalen nada, sino trabajar con lo que nos gusta. Faltan las herramientas y nuestras autoridades deben apoyarnos”, insistió.
Sarmiento trabaja, además, como “guía de pesca” y por ello conoce en detalle no solo la zona, sino a sus habitantes y los problemas que los aquejan.


“Tenemos el bosque más seco de América y no hacemos nada por recorrerlo. Los wichis se mueren por falta de agua, falta de todo, y miramos para el costado. En 2018 había mortandad de peces, que bajaban por el San Francisco. Dijeron que tiraron dinamitas, pero realmente la culpa es de los ingenios que provocan falta de oxígeno en el agua. En estos meses donde está bajo el río, el agua viene tan contaminada y eso provoca enfermedad en los niños. Por todo esto es que nuestro anhelo es que el gobernador y sus funcionarios se ocupen de esta problemática”, describió.

En proyecto

En la Municipalidad de Embarcación, el ojo cambia de perspectiva y la mirada se posa en qué hacer en el río. La directora de la Casa de la Cultura y Turismo, Margarita Nieva de Gómez dijo que a principios de este año habían pensado en “hacer un concurso de pesca a nivel provincial, que finalice el día de la peregrinación náutica”. También aspiraban a reeditar el Festival del Bermejo.


“Todo el lanzamiento iba a ser promocionado por el Ministerio de Turismo; eso se había hablando en febrero con la gente del Gobierno. Pero no se pudo hacer debido a la pandemia. Hoy es un sueño y esperamos que sea una realidad”, explicó.
También mencionó otras actividades como paseos en canoa, kayak y actividades culturales como exposición y venta de artesanías de las comunidades aborígenes que viven en Embarcación.
“Cada vez visita más gente el río y la idea es lanzar un programa a nivel provincial”, sostuvo la funcionaria municipal.
Desde el sector privado, hay un puñado de empresarios de Embarcación dispuestos a llevar adelante proyectos similares. Uno de ellos es Marcelo Ibáñez, quien también es fundador del proyecto a futuro para el río.
Ibáñez mencionó la construcción de cabañas y de una minicosta de madera para caminatas, la ciclovía entre Embarcación y La Quena, y una ruta alternativa -“por atrás de la ciudad”- para los pescadores siguiendo la traza de la vieja ruta.
Siguiendo la mirada de la directora de Cultura y Turismo y del empresario, los proyectos no faltan. Lo que falta es ejecutarlos y para eso ni los pescadores ni Embarcación pueden solos.
 

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