Apresurada por la pandemia, Paola Campbell puso en marcha un proyecto que se venía gestando desde 2012.
En aquel momento la idea de armar un sitio de presentación y crear una red de conexión entre productores y empresarios dedicados a los agroalimentos, había quedado en el tintero por falta de tiempo y luego por una enfermedad a la que tuvo que darle lucha durante 5 años.
Este año, la crisis de los productores, debido a la falta de espacios para la venta, le dio el último empujó que necesitaba y llegó a la gran nube: E-levenC.
“Esta idea surgió en 2012. En aquel momento, algunos de mis familiares que se dedican al transporte de agroalimentos tuvieron serios problemas. Cerraron las importaciones para promover el mercado interno. Yo trabajaba en la informatización de circuitos intrahospitalarios. Estaba en una empresa dedicada a la informatización y a conectar la red intrahospitalaria”, recordó Campbell, contando la historia de cómo surge este espacio.
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Apresurada por la pandemia, Paola Campbell puso en marcha un proyecto que se venía gestando desde 2012.
En aquel momento la idea de armar un sitio de presentación y crear una red de conexión entre productores y empresarios dedicados a los agroalimentos, había quedado en el tintero por falta de tiempo y luego por una enfermedad a la que tuvo que darle lucha durante 5 años.
Este año, la crisis de los productores, debido a la falta de espacios para la venta, le dio el último empujó que necesitaba y llegó a la gran nube: E-levenC.
“Esta idea surgió en 2012. En aquel momento, algunos de mis familiares que se dedican al transporte de agroalimentos tuvieron serios problemas. Cerraron las importaciones para promover el mercado interno. Yo trabajaba en la informatización de circuitos intrahospitalarios. Estaba en una empresa dedicada a la informatización y a conectar la red intrahospitalaria”, recordó Campbell, contando la historia de cómo surge este espacio.
Tecnología y herramienta
La creadora de E-levenC destacó que siempre apoyó el uso de la tecnología para resolver situaciones en espacios vulnerables.
“En este andar y de recorrer los hospitales, me di cuenta el uso real de la tecnología para salvar vidas. Trasladando esta idea, fue que comencé con mi empresa. Amo el emprendedurismo y el trabajo que hay detrás de un proyecto”, destacó.
Detrás de cada proyecto, siempre hay todo un equipo que acompaña, no solo de quienes son parte de la idea sino de aquellos que están ligada a esta. Estas conexiones son las que crean, lo que Paula denomina “cadena de favores”. Donde una mano se conecta con la otra y juntas hacen el camino del crecimiento.
“Esta pandemia mostró las empresas cerrando y también las empresas que trabajaron a puertas cerradas”, recordó Campbell, volviendo el tiempo atrás.
No muy lejos, hace apenas un par de meses. Y así como cientos de argentinos quedaron sin empleo, esta situación también tocó la puerta de esta emprendedora.
“Posta que pasó y me quedé desempleada. Entonces, me jugué por este proyecto para el que no había tenido tiempo por mi empleo, y después por enfermedad”, declaró con la misma fuerza que mantiene hasta el día de hoy, promoviendo este espacio de producción y venta.
El proceso productivo
Cada productor, según su potencial, atrae inversores. Si bien el turismo, por sí solo ya es una herramienta, la población también puede intercontectarse.
“Por ejemplo, un productor de mermeladas de frutilla cómo hace para saber donde está el productor de su materia prima. Ese empresario tiene que salir a recorrer la provincia para encontrar ese productor, y este productor cómo hace para vender su producto”, se preguntó Paola que recordó que el primer instrumento tecnológico que se tiene para vender es el celular.
En la actualidad este es un canal de venta.
Esta página de oferta de productor no solo ofrece materia prima sino el valor agregado del productor, para toda la franja de consumidores, desde el doméstico, familiar e industrial.
“Hoy es tal la tecnología que si estoy viajando, puedo ofrecer desde el celular, si estás en Cachi te ofrezco los quesillos de tal productor”, advierte Campbell, mostrando el alcance que se puede llegar a tener y las herramientas para potenciar la producción.
El nombre del sitio surge de la idea “empecemos a tomar conciencia”.
La creadora de esta sitio en la nube destaca que cada persona debe tomar conciencia del rol que le toca en la sociedad y ver que en esta no subsistimos todos sino no formamos una cadena de favores.
En la actualidad la página cuenta una espacio para pequeños y medianos productores y se cobra un abono representativo.
Sin embargo, desde E-elevenC se apunta a buscar acuerdo con espacios de producción e impulso oficiales para que productores, empresarios, emprendedores y la comunidad general logren generar puestos de trabajo.
Para poder sumarse, los productores eligen su perfil de acuerdo al producto que quieren mostrar.
Se pueden sumar de manera directa o con una manera guiada. La última es un estadío que tiene una ficha de registro que ayuda a subir el producto.
La manera directa es sin asistencia. Solo se loguea y se sube el producto.
Todos aquellos que quieran sumarse o conocer la página pueden hacerlo, desde sus dispositivos, a la dirección https:/ /www.e-levenc.com/.