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El periodismo, clave para frenar la pandemia

Lunes, 16 de marzo de 2020 02:05

El gobierno de Jujuy, a través de una publicidad oficial rotulada como "quédate en casa", demostró ayer que no comprende el mensaje de la Organización Mundial de la Salud. En el posteo el Gobierno jujeño sugiere diferenciar "los hechos de los rumores". Para eso, propone consultar siempre "fuentes oficiales de información" e invita a que "pensemos en lo que está pasando sin dar lugar a lo que podría pasar". Y en el párrafo siguiente -difundido en las redes con el rostro de un sonriente gobernador Gerardo Morales- recomienda evitar "el consumo de medios masivos de comunicación y redes sociales".

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El gobierno de Jujuy, a través de una publicidad oficial rotulada como "quédate en casa", demostró ayer que no comprende el mensaje de la Organización Mundial de la Salud. En el posteo el Gobierno jujeño sugiere diferenciar "los hechos de los rumores". Para eso, propone consultar siempre "fuentes oficiales de información" e invita a que "pensemos en lo que está pasando sin dar lugar a lo que podría pasar". Y en el párrafo siguiente -difundido en las redes con el rostro de un sonriente gobernador Gerardo Morales- recomienda evitar "el consumo de medios masivos de comunicación y redes sociales".

La propaganda jujeña no solo es ilógica, también desconoce el rol de la prensa profesional. Justamente, la diferencia entre el periodismo profesional y los rumores es que el primero se afirma en los hechos.

Es probable que Morales no se haya dado cuenta, pero esta descalificación de los diarios, la radio y la televisión evoca a los relatos de todos los gobiernos autoritarios, del castrismo a Donald Trump, para devaluar al periodismo como componente esencial de la vida democrática.

Tal como lo señalan constantemente la SIP y Adepa, desgastar al periodismo profesional es un recurso para que los gobiernos antidemocráticos puedan instalar noticias falsas. Sea o no la intención de Morales, es un vicio muy instalado en nuestra cultura. Con su sugerencia, pone en el mismo nivel al periodismo con los rumores que circulan por las redes sociales. Si un gobernador no nota la diferencia, evidencia que no entiende la dimensión de la crisis sanitaria.

En esta "aldea global", donde los virus circulan en aviones, la información lo hace a la velocidad de la luz y, para frenar la pandemia y evitar los desbordes del miedo, es imprescindible la profesionalidad en la comunicación institucional y en el periodismo. Cuando no hay información correcta, se viene la noche.

Así lo entendió a OMS cuando el miércoles su director, Tedros Adhanom, advirtió: "Pandemia" no es una palabra que deba utilizarse a la ligera o de forma imprudente. Es una palabra que, usada de forma inadecuada, puede provocar un miedo irracional o dar pie a la idea injustificada de que la lucha ha terminado, y causar como resultado sufrimientos y muertes innecesarias".

Los medios han permitido vislumbrar, en estos días, la diferencia entre el fundamento científico de una opinión y la chabacanería de las peroratas de café. Por eso, aunque por momentos resulte cansadora la información, el periodismo profesional apeló a la experiencia y la formación al seleccionar fuentes. Eso es el rasgo propio de un medio serio.

La actual pandemia tomó al mundo por sorpresa, por más que algún humorista divulgue falsas profecías de Nostradamus y que las autoridades sanitarias mundiales no hayan tomado demasiado en serio investigaciones que hablaban hace cinco años de una mutación de coronavirus en murciélagos.

Más allá de muchos errores políticos percibidos especialmente en Italia, Irán y Estados Unidos, la irrupción de una nueva peste permite mostrar la diferencia entre el dato que surge del laboratorio y aquellas versiones nacidas del miedo, del oportunismo, de las visiones milenaristas o, simplemente, de la irresponsabilidad.

La conducta de los gobernantes es clave a estas horas.

La estrategia sanitaria para frenar la pandemia exige que millones de personas cambien su conducta. La reacción violenta del rugbier que agredió salvajemente a un vigilador que le recordó que debía permanecer aislado muestra que la persuasión no será fácil. Probablemente, ese agresor sea sometido compulsivamente a la reclusión, pero el presidente, los gobernadores y los intendentes deben convencer con la verdad y el ejemplo.

La sola idea de quedarnos encerrados en casa, con los chicos, tratando de evitar que los mayores no vayan a contagiarse, el temor de que pueda haber desabastecimiento, de que los sistemas de salud se saturen, altera a cualquier familia. Pero como dice la sabiduría popular "siempre es peor pensarla que pasarla".

Pedir a la gente que no recurra a los medios de comunicación, no solo es un mal consejo, sino que parece hasta una broma de mal gusto.

Como en la ciencia

En todo el planeta comienza a manifestarse una preocupada reacción ante movimientos supersticiosos, como el los que se oponen a las vacunas, que ya generó un brote de sarampión en el mundo. En tiempos en que abundan conductas, ideologizadas, que se inspiran en visiones mesiánicas, se debe tener claro el peso de la ciencia. La medicina lleva siglos mejorando la calidad de vida de la gente. Y eso ocurre porque se sustenta en datos y no en creencias o mitos, así como ocurre con el periodismo profesional, cualquiera sea su línea, y con los políticos cuando, eventualmente, dejan de lado las fantasías ideológicas y toman el     toro por las astas.
 

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