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Hace un siglo, por la gripe española, el fútbol argentino no paró

La pandemia que castigó al mundo entre 1918 y 1919 dejó 40 millones de muertos en todo el planeta. Racing fue séxtuple campeón. River, segundo.
Viernes, 27 de marzo de 2020 02:11

Entre las historias de las pandemias que afectaron al mundo hubo una que quedó marcada con tinta imborrable en los libros de nuestro país y de la práctica más popular de todo el planeta.
El fútbol argentino no detuvo su actividad durante el lapso de 10 meses, entre octubre de 1918 y agosto de 1919, en el que el país fue parte de la pandemia de “gripe española” que provocó en el país 14.997 muertes oficiales, aunque se especula que la cifra fue mayor.
Esa gripe, que hoy se sabe fue un brote de influenza virus A, del subtipo H1N1, se denominó “española” debido a que España, país neutral en la Primera Guerra Mundial, fue la primera nación que se hizo eco del problema, con ocho millones de afectados y 300.000 fallecidos.
La gripe española, cuyos síntomas eran fiebre, dolor de oídos, cansancio corporal y diarrea, fue tomada por parte de la sociedad a la ligera, restándole importancia y pensando que era “un mal europeo” originado por la guerra y miseria de ese continente.
En la Argentina de inicios del siglo XX las preocupaciones sanitarias tenían como foco a la sífilis, la peste bubónica y tuberculosis, y no una “simple gripe” que azotaba a los europeos.
Pero la gripe española llegó y lo hizo en gran parte con los inmigrantes arribados en barcos desde Europa, ocasionando la suspensión de la clases y espectáculos como los circos y cines, la prohibición de velatorios y el cierre de los templos.
No obstante, esta gripe, que infectó al 50 o 60 por ciento de la población mundial y arrojó 40 millones de muertos en todo el planeta y pudo tener su punto de origen en Francia, China y Estados Unidos, no detuvo al fútbol de esa época.
La etapa final Torneo de Primera División, organizado por a la Asociación Argentina de fútbol siguió jugándose porque las autoridades, bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen, determinaron que no valía la pena suspenderlo porque era “una actividad al aire libre”.
Los hinchas siguieron yendo a la cancha, pese a que Brasil a causa de la pandemia decidió postergar el Campeonato Sudamericano, hoy denominado Copa América, que debió organizar en 1918.
El torneo 1918 lo ganó Racing, el sexto consecutivo, de manera invicta seguido por River y en 1919 se jugaron solo nueve fechas de marzo a agosto, el puntero era Independiente, porque el campeonato se suspendió a causa de la escisión que provocó la creación de la Asociación Amateur de Fútbol.
También se jugaron en 1918 la Copa de Honor, que Independiente le ganó a Platense, y la Copa Competencia, que Porteño le ganó a River Plate.
En aquella fue motivo de queja la especulación alrededor del precio de ciertos productos con los cuales uno se preservaba de la gripe, como las pastillas de alcanfor, los laxantes y sales de quinina, que aumentaron su valor 10 veces, casi como acontece hoy con el alcohol en gel.
De octubre de 1918 al invierno de 1919 se extendió la pandemia de gripe española en Argentina y se llevó la vida de 14.997 personas, en un país cuya población apenas alcanzaba los 9.000.000 de habitantes.
Fueron dos oleadas, la primera en 1918 con 2.237 muertes y golpeó en Buenos Aires y el centro del país, y la segunda en el invierno de 1919 con 12.760 fallecidos con casos en su mayoría en las provincias norteñas, con un recorrido de norte a sur con poblaciones menos protegidas.
La pandemia desnudó falencias de un estado que estaba en conformación, impotencia de su medicina que no era garante de salud y el desequilibrio económico y geográfico de la sociedad. 

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Entre las historias de las pandemias que afectaron al mundo hubo una que quedó marcada con tinta imborrable en los libros de nuestro país y de la práctica más popular de todo el planeta.
El fútbol argentino no detuvo su actividad durante el lapso de 10 meses, entre octubre de 1918 y agosto de 1919, en el que el país fue parte de la pandemia de “gripe española” que provocó en el país 14.997 muertes oficiales, aunque se especula que la cifra fue mayor.
Esa gripe, que hoy se sabe fue un brote de influenza virus A, del subtipo H1N1, se denominó “española” debido a que España, país neutral en la Primera Guerra Mundial, fue la primera nación que se hizo eco del problema, con ocho millones de afectados y 300.000 fallecidos.
La gripe española, cuyos síntomas eran fiebre, dolor de oídos, cansancio corporal y diarrea, fue tomada por parte de la sociedad a la ligera, restándole importancia y pensando que era “un mal europeo” originado por la guerra y miseria de ese continente.
En la Argentina de inicios del siglo XX las preocupaciones sanitarias tenían como foco a la sífilis, la peste bubónica y tuberculosis, y no una “simple gripe” que azotaba a los europeos.
Pero la gripe española llegó y lo hizo en gran parte con los inmigrantes arribados en barcos desde Europa, ocasionando la suspensión de la clases y espectáculos como los circos y cines, la prohibición de velatorios y el cierre de los templos.
No obstante, esta gripe, que infectó al 50 o 60 por ciento de la población mundial y arrojó 40 millones de muertos en todo el planeta y pudo tener su punto de origen en Francia, China y Estados Unidos, no detuvo al fútbol de esa época.
La etapa final Torneo de Primera División, organizado por a la Asociación Argentina de fútbol siguió jugándose porque las autoridades, bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen, determinaron que no valía la pena suspenderlo porque era “una actividad al aire libre”.
Los hinchas siguieron yendo a la cancha, pese a que Brasil a causa de la pandemia decidió postergar el Campeonato Sudamericano, hoy denominado Copa América, que debió organizar en 1918.
El torneo 1918 lo ganó Racing, el sexto consecutivo, de manera invicta seguido por River y en 1919 se jugaron solo nueve fechas de marzo a agosto, el puntero era Independiente, porque el campeonato se suspendió a causa de la escisión que provocó la creación de la Asociación Amateur de Fútbol.
También se jugaron en 1918 la Copa de Honor, que Independiente le ganó a Platense, y la Copa Competencia, que Porteño le ganó a River Plate.
En aquella fue motivo de queja la especulación alrededor del precio de ciertos productos con los cuales uno se preservaba de la gripe, como las pastillas de alcanfor, los laxantes y sales de quinina, que aumentaron su valor 10 veces, casi como acontece hoy con el alcohol en gel.
De octubre de 1918 al invierno de 1919 se extendió la pandemia de gripe española en Argentina y se llevó la vida de 14.997 personas, en un país cuya población apenas alcanzaba los 9.000.000 de habitantes.
Fueron dos oleadas, la primera en 1918 con 2.237 muertes y golpeó en Buenos Aires y el centro del país, y la segunda en el invierno de 1919 con 12.760 fallecidos con casos en su mayoría en las provincias norteñas, con un recorrido de norte a sur con poblaciones menos protegidas.
La pandemia desnudó falencias de un estado que estaba en conformación, impotencia de su medicina que no era garante de salud y el desequilibrio económico y geográfico de la sociedad. 

 

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