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14 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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El Papa oró por los "santos" que enfrentan la pandemia

En una Basílica vacía, destacó a sacerdotes, médicos y enfermeros.
Viernes, 10 de abril de 2020 00:00

El papa Francisco honró ayer a los "santos" que combaten el coronavirus, sacerdotes servidores o médicos y enfermeros, en una inusual misa de Jueves Santo en la basílica de San Pedro, prácticamente vacía para evitar contagios.

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El papa Francisco honró ayer a los "santos" que combaten el coronavirus, sacerdotes servidores o médicos y enfermeros, en una inusual misa de Jueves Santo en la basílica de San Pedro, prácticamente vacía para evitar contagios.

"Hoy querría expresar cercanía a todos los sacerdotes, desde el más reciente ordenado hasta el papa, porque todos somos sacerdotes", empezó el pontífice, en un templo se diría que espectral.

Francisco basó su homilía improvisada en el concepto del servicio y, por ello, empezó recordado a los sacerdotes muertos por asistir a los enfermos con el virus, que cifró en más de sesenta en Italia, pero también a los médicos y enfermeros que han perdido la vida.

Son, como ha repetido en otras ocasiones, "los santos de la puerta de al lado", apegados a la sociedad a la que sirven.

Francisco además habló de los sacerdotes que son "calumniados" y que muchas veces "ni siquiera pueden ir por la calle" porque les insultan por los escándalos que han salpicado a la Iglesia, en alusión a los casos de pederastia, aunque no lo citó expresamente.

Y tuvo palabras para los misioneros en tierras lejanas, caídos en las pestes, o los curas que asisten en las cárceles o en el entorno rural. Por eso se dirigió a todos ellos para defender la importancia del "perdón" porque, dijo, "todos somos pecadores", y les aseguró que el Señor está con ellos.

El Papa ofició esta misa de Jueves Santo, que conmemora la Última Cena e inaugura el triduo pascual, prácticamente en solitario dentro de la basílica de San Pedro del Vaticano, debido a las restricciones impuestas para evitar la propagación del coronavirus.

No celebró el tradicional rito del lavado de pies, que en los años anteriores realizó fuera del Vaticano, en prisiones, reformatorios de menores, con discapacitados o ante refugiados.

Ni siquiera se ha podido realizar la misa crismal, en la que se bendicen los santos óleos para impartir los sacramentos y que quiere celebrar después del Domingo de Pentecostés, el 31 de mayo, aunque si no es posible, dijo, habrá que esperar ya al 2021.

 

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