¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

13°
19 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

El contraste del fútbol argentino, también en la pandemia

Mientras la consecuencia de la crisis para los popes del fútbol argentino será considerable, para otros será devastadora. 
Domingo, 05 de abril de 2020 02:19

La pandemia del coronavirus nos cambió la vida a todos los habitantes del mundo entero, y el alicaído, a veces devaluado y altamente contrastante fútbol argentino tampoco es la excepción.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La pandemia del coronavirus nos cambió la vida a todos los habitantes del mundo entero, y el alicaído, a veces devaluado y altamente contrastante fútbol argentino tampoco es la excepción.

Con este panorama que asoma desolador, sin competencias, sin recaudaciones, sin ingresos publicitarios ni televisivos, y con deserciones de socios que alimentaban las arcas de las instituciones con sus cuotas societarias, no habrá rico ni pobre que no termine por sufrir las consecuencias devastadoras de una paralización de la actividad que aún tiene fecha incierta de cese.

Sin embargo, en caso de decretarse e imponerse en todos los clubes y estratos del fútbol argentino profesional y semiprofesional los lógicos y anunciados recortes por el acecho del COVID-19 en salarios de futbolistas, serán sin dudas los proletarios de la pelota de la Primera Nacional, las categorías de ascenso metropolitanas, el Federal A y el Regional Amateur los que terminarán padeciendo los embates del parate, ya que muchos de ellos, en una actividad considerada eventual y de “corta vida” no tienen un porvenir asegurado y sus salarios, en muchos casos, solo sirven para paliar el día a día.

Y para darse cuenta de esto basta solo con revisar la enorme brecha presupuestaria entre los millonarios clubes del fútbol argentino, siendo Boca y River los que concentran los mayores ingresos, con los considerados “mortales” de la Superliga, y aún la brecha entre estos y los jugadores de la segunda categoría, y ni que hablar los de las divisionales metropolitanas de ascenso con los clubes indirectamente afiliados a AFA, los que no alcanzan a arañar ni la décima migaja de la pequeña y modesta torta que se reparten por ingresos subsidiados los que habitan del otro lado de la Panamericana, contraste que existió siempre, con o sin pandemia. Y en este sentido, si bien este virus, lastimosamente, llegó para “igualar” urgencias, las brechas siguen siendo las mismas.

Pero en este contexto mundial desfavorable, en Argentina se impone y se impondrá una premisa que alcanzará a todos por igual, al burgués y al descamisado del fútbol: el recorte, que empezará por los principales animadores, los futbolistas, sin distinción de clase ni de categorías, poniendo otra vez en manos de los obreros de la pelota el destino económico de los clubes, como el factor que alterará las pérdidas y equilibrará las cuentas.

Racing fue el primero en tomar la posta, al anunciar una medida histórica y que sienta un precedente en el fútbol argentino: una reducción salarial importante sobre los ingresos contractuales de los jugadores y cuerpo técnico partir del mes en curso, que ronda el 30 por ciento de descuento en materia de sueldos y premios, copiando, salvando las distancias, los pasos de gigantes como el Barcelona y la Juventus.

Talleres imitó a la academia con una reducción importante de haberes y en los próximos días los seguirán Independiente (en los próximos meses, el Rojo deberá pagar 9.830.000 dólares que debe de los pases de Cecilio Domínguez, Silvio Romero, Gastón Silva, Carlos Benavídez, Pablo Hernández, Francisco Silva y Fernando Amorebieta) y Boca (el presidente Jorge Amor Ameal anunció que se les abonará el 100 % de los sueldos a los empleados dadas sus urgencias, mientras que con los futbolistas del plantel profesional se reunirán para acordar un ajuste o flexibilización de sueldos). 

Contrariamente a lo expresado por el ídolo xeneize Carlos Tevez, no cualquier futbolista de este medio puede vivir seis sin cobrar, porque la urgencia y la realidad son distintas.

Si nos remitimos a los dos popes del fútbol argentino, Boca y River, sus presupuestos mensuales totales, antes de la pandemia, oscilaban entre los 400 y los 500 millones de pesos; mientras que una entidad con realidad más “austera”, como Central Córdoba de Santiago del Estero, no supera los 18 millones mensuales. 

Por el contrario, una entidad con apetencias de ascenso de la Primera Nacional puede manejar un presupuesto de 6 o 7 millones por mes; y ni que hablar un club de Federal A (entre uno y dos millones).
 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD