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Las empresas y el Estado ante el desafío de una enorme crisis

Domingo, 17 de mayo de 2020 01:26

La cuarentena preventiva está dando buenos resultados -hasta ahora- para evitar los contagios masivos de COVID 19, pero ya empiezan a sentirse devastadores efectos económicos y sociales, previsibles en este contexto de inactividad generalizada.

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La cuarentena preventiva está dando buenos resultados -hasta ahora- para evitar los contagios masivos de COVID 19, pero ya empiezan a sentirse devastadores efectos económicos y sociales, previsibles en este contexto de inactividad generalizada.

Por lo pronto, muchas empresas se encuentran cerca de colapsar y esta realidad, que compromete el empleo y la paz social, exige del Estado un esfuerzo superlativo. Sin empresas no hay trabajo, desarrollo humano ni financiamiento genuino del gasto público. Es imprescindible que los gobiernos de la Nación y de la provincia esbocen objetivos de desarrollo para el largo plazo.

En un contexto global tan difícil, los empresarios salteños proponen la creación de un fondo de garantías, a cargo del Gobierno y del Banco Macro, como agente financiero de la Provincia.

La iniciativa tuvo una buena recepción en la Legislatura. El diputado Carlos Zapata junto con legisladores de todo el espectro parlamentario se comprometieron a impulsar un proyecto que ayude al sector productivo a salir de la cuarentena y recuperar todo su potencial.

Los empresarios salteños tienen cadenas de pago cortadas, deben seguir pagando sueldos, impuestos y servicios, y la enorme mayoría no puede acceder al financiamiento bancario. Se acude al Banco Macro, ya que desde el comienzo de su actividad en Salta tiene la función de financiar soluciones en términos accesibles cuando se producen cuellos de botella como el actual.

Es necesario asumir que vivimos una situación extrema, en Salta y en el país.

Las medidas de emergencia se financiaron con una fuerte emisión monetaria y la cotización del dólar se desdobló, pero en el mercado informal ya duplicó su valor de diciembre y se acerca a los 140 pesos. Aunque la inflación de abril fue algo menos del 2 %, (2.6 % en el NOA) los expertos señalan que el relevamiento del Indec también está condicionado por el aislamiento y, por otra parte, ponen de relieve la fuerte caída del consumo en estos dos meses. El escenario del segundo semestre se proyecta fuertemente inflacionario.

Las perspectivas de la economía mundial son sombrías. El Fondo Monetario Internacional pronostica para 2020 una caída del 3.4 % del PBI del planeta, con fuerte incidencia en Europa y Estados Unidos (oscilando entre el 5 % y el 8 %) y de entre 5 % y 7 % en México, Brasil y Argentina. En tanto, la Cepal anticipa el recrudecimiento de la pobreza y el desempleo en América latina.

En la Argentina, el Ministerio de Trabajo dio a conocer una estimación tan dramática como elocuente: el empleo atraviesa su peor crisis desde 2002. Y la AFIP lo corroboró: mientras que en marzo 2019 había 8.045.060 empleados en relación de dependencia, en marzo de este año fueron 7.880.585. Y no se debe a despidos, sino a la caída de la incorporación de personal, especialmente, en rubros muy sensibles como la construcción.

Las pymes, que son pieza clave para el empleo genuino, están al borde del abismo. Se trata de un universo que reúne a unas 600 mil empresas, las que generan el 70 % del empleo formal y gran parte del empleo informal. Hoy, 61 mil de estas empresas evalúan cerrar. Según la Fundación Observatorio Pyme las empresas ya gastaron sus ahorros porque el sector empresarial se empobreció y descapitalizó en las últimas décadas y ahora enfrenta la posibilidad de no poder pagar salarios. La flexibilización acordada con los empleados y las ayudas del Tesoro no alcanzan.

La pandemia pone a prueba la capacidad de reacción del país frente a una crisis extrema. Aquí no hay margen para mezquindades ni grietas. Por el virus, los gravísimos problemas acumulados por décadas llegan a una situación límite. La dirigencia debe adecuar hábitos y desempeñar un protagonismo idóneo y transparente, como el que le impone el momento histórico.

Aunque la emergencia puede servir para encubrir limitaciones, es en los momentos de crisis cuando los auténticos hombres y mujeres de Estado muestran una mirada lúcida hacia el futuro.

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