Tras siete meses acaparando las noticias locales y nacionales, el coronavirus dejó de ser al menos por unas horas el centro de atención tanto de los medios de comunicación, como del público en general.
La pandemia fue desplazada a segundo plano a causa del escándalo sexual protagonizado por el exdiputado Juan Ameri y su pareja, en plena sesión de la Cámara de Diputados de la Nación.
Se trata de una situación insólita que concentró el hastío de una sociedad cansada de las ineptitudes y el desparpajo de algunos personajes de la clase política, de la tensión que conlleva en sí misma la atención puesta durante días semanas y meses en la evolución del Covid 19, que se cobra día a día cientos de vidas, y el morbo implícito en el propio e indecoroso comportamiento en plena tarea legislativa, en vivo y en directo a través de Zoom.
Por curioso, insólito y desdeñable, el escándalo no tardó en ser replicado por los principales portales de América y Europa.
Es así que el “caso Ameri” se ha convertido por su alcance y su impacto en un punto de inflexión que parece no tolerar más fotos para simular que se participa de una sesión, “deslices” sexuales, improductividad de la clase dirigente, inoperancia y desaciertos de gestión.
Tal vez sea resultado de la pandemia, pero lo cierto es que la gente va perdiendo la paciencia.
inicia sesión o regístrate.
Tras siete meses acaparando las noticias locales y nacionales, el coronavirus dejó de ser al menos por unas horas el centro de atención tanto de los medios de comunicación, como del público en general.
La pandemia fue desplazada a segundo plano a causa del escándalo sexual protagonizado por el exdiputado Juan Ameri y su pareja, en plena sesión de la Cámara de Diputados de la Nación.
Se trata de una situación insólita que concentró el hastío de una sociedad cansada de las ineptitudes y el desparpajo de algunos personajes de la clase política, de la tensión que conlleva en sí misma la atención puesta durante días semanas y meses en la evolución del Covid 19, que se cobra día a día cientos de vidas, y el morbo implícito en el propio e indecoroso comportamiento en plena tarea legislativa, en vivo y en directo a través de Zoom.
Por curioso, insólito y desdeñable, el escándalo no tardó en ser replicado por los principales portales de América y Europa.
Es así que el “caso Ameri” se ha convertido por su alcance y su impacto en un punto de inflexión que parece no tolerar más fotos para simular que se participa de una sesión, “deslices” sexuales, improductividad de la clase dirigente, inoperancia y desaciertos de gestión.
Tal vez sea resultado de la pandemia, pero lo cierto es que la gente va perdiendo la paciencia.