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"A los artistas no nos quedó otra que adaptarnos a mostrar nuestro trabajo en las redes”

La artista plástica Loly Rodríguez dará una conferencia, hoy a las 20, en el canal de YouTube de Pro Cultura Salta. 
Jueves, 18 de febrero de 2021 01:09

En el marco del ciclo de verano “En primera persona”, organizado por Pro Cultura Salta (Mitre 331), la artista plástica radicada en Salta Loly Rodríguez dará una conferencia que se transmitirá hoy, a las 20, en el canal de Pro Cultura en YouTube. Loly cursó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes Tomás Cabrera y numerosos seminarios, clínicas y talleres particulares con destacados maestros. Realizó además un gran número de muestras individuales y colectivas en Salta, Buenos Aires, Uruguay, Nueva York (Estados Unidos) y París (Francia). A lo largo de su carrera recibió diferentes premios y distinciones como la mención en Pintura en el XXXIX Salón Provincial de Artes Visuales de Salta por su obra “Encuentros con Francisca” (2019), el Segundo Premio al Poema Ilustrado “Los payasos no envejecen”, del Salón Provincial de Poema Ilustrado Walter Adet (2014), y el Primer Premio especialidad Grabado en el XXXII Salón Provincial de Artes Visuales de Salta (2012).

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En el marco del ciclo de verano “En primera persona”, organizado por Pro Cultura Salta (Mitre 331), la artista plástica radicada en Salta Loly Rodríguez dará una conferencia que se transmitirá hoy, a las 20, en el canal de Pro Cultura en YouTube. Loly cursó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes Tomás Cabrera y numerosos seminarios, clínicas y talleres particulares con destacados maestros. Realizó además un gran número de muestras individuales y colectivas en Salta, Buenos Aires, Uruguay, Nueva York (Estados Unidos) y París (Francia). A lo largo de su carrera recibió diferentes premios y distinciones como la mención en Pintura en el XXXIX Salón Provincial de Artes Visuales de Salta por su obra “Encuentros con Francisca” (2019), el Segundo Premio al Poema Ilustrado “Los payasos no envejecen”, del Salón Provincial de Poema Ilustrado Walter Adet (2014), y el Primer Premio especialidad Grabado en el XXXII Salón Provincial de Artes Visuales de Salta (2012).

¿Cuál fue su experiencia durante el tiempo de zozobra que nos deparó la pandemia?

Me sucedieron muchas cosas. Al comienzo de la pandemia fue un bloqueo tremendo, un stand by, un detenerme. Venía trabajando muchísimo para mi muestra “Impulso vital”, que se iba a realizar en el Museo de Bellas Artes y en el marco del Abril Cultural Salteño. Durante el verano había estado trabajando muchísimo en esas obras -y lo venía haciendo desde 2017- y justo a mediados de marzo empezó la cuarentena. Es un proyecto del que participan y colaboran mis hijos: Rodrigo (contador y músico) y Guadalupe Hadad (diseñadora industrial y profesora de danza) y que involucra a un equipo muy grande. Es una serie que para mí es importantísima, porque es poner de manifiesto toda mi experiencia no solo desde el punto de vista plástico, del dibujo en sus diferentes manifestaciones, sino también mi experiencia de vida, es por ello una muestra especial. 

¿Esa muestra iba a ser una experimentación fuerte para el espectador?
Habla de que el universo está compuesto de energía que está constantemente en movimiento. Nosotros somos energía vibrando y transformándose constantemente. Trata sobre la energía del universo presente en todas las cosas, en todos los lugares y accesible a todos los seres de la creación, los pensamientos y las emociones son energía. Esta muestra lleva al espectador a sentir, a percibir y a vivir todo eso. 

¿Sumó alguna obra a esta serie durante la pandemia?
Por supuesto que esta situación de pandemia nunca esperada ni imaginada me llevó a detenerme y a observar más que nunca lo que sucedía en el exterior y lo que estaba sucediendo en mi interior también. Luego de este bloqueo inicial sentí más que nunca la necesidad de que naciera una nueva obra que iba a sumarse a esta serie. En el mientras tanto espero las condiciones para exponer y sigo viviendo el día al día. En esto de detenerme a observar lo que sucede a mi alrededor sentí la necesidad de conectar con la naturaleza, con lo más cercano, y así es como al caminar empecé a juntar las plumas de las aves, observar cuando caen y también los pequeños momentos y los pequeños espacios entre los trabajos de la casa, entre atender a mi madre, de 84 años, a mi suegra, de 89 años, limpiar, cocinar, cuando podía me encerraba en el taller y trabajaba con estas cosas simples y bellas que nos da la vida, y bueno... conecté con eso. Realicé trabajos con los patrones, el colorido y la belleza de la plumas. 

¿Se animó a aprender desde el otro lado de la pantalla?
No nos quedó otra. Justamente me enteré de que se dictaba un seminario en el Macba, dictado por Adriana Laurenzi, sobre geometría y abstracción, lo cual es algo que trabajé durante mucho tiempo y admiro a los artistas de esa generación. Ese seminario me servía para seguir desarrollando mi muestra. Luego hice el seminario “El arte del yo, identidad y redes sociales”, dictado por Magdalena Mastromarino. Este último me llevó a pensar en el ciberespacio, en el arte del yo hacia una comunidad interconectada. Me sirvió para mostrar lo mío y ver los trabajos y obras que otros estaban realizando.

“Festival Regional Patagonia Sur Sur. 4.132 km Ushuaia-Salta”, que se dispuso en el Museo de Arte Contemporáneo en 2018.

¿También le tocó enseñar bajo esta modalidad?
Siempre me preguntan si quiero dar clases de dibujo y pintura y la verdad es que yo trabajé diez años de mi vida para vivir dando clases de gimnasia, trabajando con mi cuerpo, con el movimiento, con la música, haciendo mis dibujitos, mis monitos de gimnasia. El arte, la pintura y el dibujo los realizo en mi taller. No solo no doy clases, sino que siento que mi taller es mi terruño y donde verdaderamente me siento feliz, con mi silencio o con mi música; es mi templo, mi lugar sagrado. Desde allí trabajo y continúo este aprendizaje, que es constante. Sigo estando en un inicio y sigo trabajando y pensando que algo nuevo más siempre va a surgir desde allí. 

¿Tomó contacto con sus colegas de aquí?
En mi casa, encerrada, estuve en poco contacto, a no ser hablando por teléfono o a través de las redes sociales. Me invitaron un grupo de una escuela de artistas plásticos de Buenos Aires a que presentara mis últimos trabajos. Yo había trabajado sobre la figura de Francisquita, una ancianita que siempre recorre las calles de la ciudad, a la cual conozco desde hace muchos años y previo a la pandemia estaban dos obras mías sobre ella expuestas en el Museo de Bellas Artes durante el XXXIX Salón de Artes Visuales y en ese marco me habían invitado en diciembre de 2019 a dar la charla abierta “Encuentros con Francisca”. Entonces hablé sobre las charlas que compartíamos con Francisquita sobre su vida, que tenía momentos tristes y también de alegría, y todo ello lo fui plasmando en dibujos y pinturas: su figura en mi taller, en el mercado o en la calle, los sitios que le son habituales. Esto lo pude contar también a través de una charla por video de Zoom y lo pude compartir con diferentes artistas. También vi que otros artistas aprovecharon la pandemia, como mi amigo Augusto Brito, que tocó en la terminal de ómnibus vacía (se refiere al proyecto “Música sin programa”, del profesor de Filosofía Hernán Ulm y el cellista Brito que intervinieron lugares públicos y de la cultura con las experiencias del arte) para transmitir su música a través de las redes sociales. Todos tuvimos que adaptar nuestra realidad a mostrar nuestro arte a través de las redes, no nos quedó otra. 

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