#TBT remite a Instagram, al acrónimo en inglés de “throwback thursday”, cuya traducción literal podría ser “jueves de volver al pasado” o “jueves del pasado”. La etiqueta suele acompañar en este red social una foto de la infancia o de un tiempo lejano del usuario que la está posteando y, estrictamente, debe ser publicada un jueves.
Así se titula la flamante muestra individual del artista plástico Federico Kirschbaum (40), quien se apropió del término de este universo en constante movimiento y cuyos códigos de comunicación interpretan millones de receptores momentáneos en el mundo, para incluir, entre las 23 obras que componen la muestra, unas piezas que datan de 2012.
A estos retratos los descubrió en la casa de Kirschbaum el creador y director de BAC Espacio de Arte, Matías Bassani, y pronto en su mente de galerista cobraron una conexión con los collages de estilo abstracto actuales del artista.
“No los iba a mostrar porque siento que no es lo que más hice y que no me representan del todo. Fueron parte de un ejercicio y, si bien me gustaban mucho, no eran parte de lo que me distinguía. Pero Matías me dijo que sí o sí quería que estuvieran en la muestra”, relató Federico.
Así empezó a verlos como “una parte de mis caras” y accedió a que el público las viera.
Federico es licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Nacional de Salta y el arte irrumpió en su vida como un “patear el tablero”. A los 29 años asistió a un taller del artista plástico cubano Francisco Cancio con un aparentemente acotado objetivo: pintar un cuadro de una flor para la sala de su departamento. Pero las restantes paredes lo provocaban con una incompletud que él remedió en el término de tres meses.
“Yo nunca había tenido un acercamiento al arte, no frecuentaba los museos. Después que había completado los cuadros de mi departamento vinieron los que ya no eran para colgar, sino que eran hechos solo por el placer de hacerlos. Y entonces llegó la parte del artista, porque no había de por medio una pretensión de que quedaran lindos ni adecuados al entorno, tampoco que a la gente le gusten, sino solo hacer por el placer mismo”, recordó.
Luego de diversas capacitaciones, un amigo al que no nombra le planteó en unas líneas que se hallaba ante la bisagra que le permitiría un giro radical. “Nunca me presentaba como artista plástico hasta que lo dijo en mi presencia un amigo y yo lo corregí, le dije que era amateur. Entonces él me preguntó: ‘¿Vos querés ser artista plástico o querés ser como mi tía que también pinta?’”. Ante su respuesta afirmativa comenzó a “pararse en la vida como artista”.
Kirschbaum participó de las muestras colectivas: “Altares”, en el Museo de Arte Contemporáneo (2018), la del Hotel Design (2018), “Altares”, en la Galería Cosmovisión (Cafayate, 2018), “Proyecto Personal: El Teatrito” (2017), la de la Legislatura de la Provincia de Salta (2016), “Delay”, en El Teatrino (2015), “Weekend”, en Procultura Salta (2014), “Sangha”, en la Casa de la Cultura Salta (2013).
También de exposiciones internacionales como “Amour, glamour, brulure”, en la Casa Argentina en París, y “Amour, glamour, brulure”, en Cabinet de Maitre Rachel Spire, ambas en París (Francia 2018).
Entre sus muestras individuales se cuentan “Principio de Partida Doble”, en el Museo de Arte Contemporáneo (2019), en el Espacio Lumiere (2018), “Sintético”, en la Casa de la Cultura (2017), “Entre Líneas”, en la Casa de la Cultura (2015) y “Baileyana”, en Pro Cultura Salta (2013).
Además, su trabajo mereció varios reconocimientos como la Beca Fondo Nacional de Las Artes (2015), una de sus obras fue seleccionada en el Salón Provincial de Artes Visuales Salta (2014) y obtuvo la Segunda Mención del Salón Provincial de Artes Visuales Salta (2012).
Puesto a mirar los colectivos artísticos a los que perteneció señaló que fue una experiencia significativa integrar el grupo de Virginia Montaldi, “Cuca” Saravia y Augusto Do Campo, con quienes compartieron talleres y una muestra conjunta en 2013 y se mantienen en vínculo a diario.
“Nos mandamos fotos de lo que vamos produciendo, intervenimos cuadros de a dos, nos mostramos los cuadros que adquirimos porque todos somos, además, coleccionistas de arte”, destacó.
También tomó parte en un colectivo organizado por Mariano Gusils y que aglutinaba a Martín Córdoba, Julien Guinet, Heber Artaza, Matías de la Guerra, Exequiel Balut y Fernando Qüerio, entre otros artistas del medio.
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#TBT remite a Instagram, al acrónimo en inglés de “throwback thursday”, cuya traducción literal podría ser “jueves de volver al pasado” o “jueves del pasado”. La etiqueta suele acompañar en este red social una foto de la infancia o de un tiempo lejano del usuario que la está posteando y, estrictamente, debe ser publicada un jueves.
Así se titula la flamante muestra individual del artista plástico Federico Kirschbaum (40), quien se apropió del término de este universo en constante movimiento y cuyos códigos de comunicación interpretan millones de receptores momentáneos en el mundo, para incluir, entre las 23 obras que componen la muestra, unas piezas que datan de 2012.
A estos retratos los descubrió en la casa de Kirschbaum el creador y director de BAC Espacio de Arte, Matías Bassani, y pronto en su mente de galerista cobraron una conexión con los collages de estilo abstracto actuales del artista.
“No los iba a mostrar porque siento que no es lo que más hice y que no me representan del todo. Fueron parte de un ejercicio y, si bien me gustaban mucho, no eran parte de lo que me distinguía. Pero Matías me dijo que sí o sí quería que estuvieran en la muestra”, relató Federico.
Así empezó a verlos como “una parte de mis caras” y accedió a que el público las viera.
Federico es licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Nacional de Salta y el arte irrumpió en su vida como un “patear el tablero”. A los 29 años asistió a un taller del artista plástico cubano Francisco Cancio con un aparentemente acotado objetivo: pintar un cuadro de una flor para la sala de su departamento. Pero las restantes paredes lo provocaban con una incompletud que él remedió en el término de tres meses.
“Yo nunca había tenido un acercamiento al arte, no frecuentaba los museos. Después que había completado los cuadros de mi departamento vinieron los que ya no eran para colgar, sino que eran hechos solo por el placer de hacerlos. Y entonces llegó la parte del artista, porque no había de por medio una pretensión de que quedaran lindos ni adecuados al entorno, tampoco que a la gente le gusten, sino solo hacer por el placer mismo”, recordó.
Luego de diversas capacitaciones, un amigo al que no nombra le planteó en unas líneas que se hallaba ante la bisagra que le permitiría un giro radical. “Nunca me presentaba como artista plástico hasta que lo dijo en mi presencia un amigo y yo lo corregí, le dije que era amateur. Entonces él me preguntó: ‘¿Vos querés ser artista plástico o querés ser como mi tía que también pinta?’”. Ante su respuesta afirmativa comenzó a “pararse en la vida como artista”.
Kirschbaum participó de las muestras colectivas: “Altares”, en el Museo de Arte Contemporáneo (2018), la del Hotel Design (2018), “Altares”, en la Galería Cosmovisión (Cafayate, 2018), “Proyecto Personal: El Teatrito” (2017), la de la Legislatura de la Provincia de Salta (2016), “Delay”, en El Teatrino (2015), “Weekend”, en Procultura Salta (2014), “Sangha”, en la Casa de la Cultura Salta (2013).
También de exposiciones internacionales como “Amour, glamour, brulure”, en la Casa Argentina en París, y “Amour, glamour, brulure”, en Cabinet de Maitre Rachel Spire, ambas en París (Francia 2018).
Entre sus muestras individuales se cuentan “Principio de Partida Doble”, en el Museo de Arte Contemporáneo (2019), en el Espacio Lumiere (2018), “Sintético”, en la Casa de la Cultura (2017), “Entre Líneas”, en la Casa de la Cultura (2015) y “Baileyana”, en Pro Cultura Salta (2013).
Además, su trabajo mereció varios reconocimientos como la Beca Fondo Nacional de Las Artes (2015), una de sus obras fue seleccionada en el Salón Provincial de Artes Visuales Salta (2014) y obtuvo la Segunda Mención del Salón Provincial de Artes Visuales Salta (2012).
Puesto a mirar los colectivos artísticos a los que perteneció señaló que fue una experiencia significativa integrar el grupo de Virginia Montaldi, “Cuca” Saravia y Augusto Do Campo, con quienes compartieron talleres y una muestra conjunta en 2013 y se mantienen en vínculo a diario.
“Nos mandamos fotos de lo que vamos produciendo, intervenimos cuadros de a dos, nos mostramos los cuadros que adquirimos porque todos somos, además, coleccionistas de arte”, destacó.
También tomó parte en un colectivo organizado por Mariano Gusils y que aglutinaba a Martín Córdoba, Julien Guinet, Heber Artaza, Matías de la Guerra, Exequiel Balut y Fernando Qüerio, entre otros artistas del medio.
El montaje de #TBT en la galería demandó toda una tarde. Walter Echazú
#TBT
En las obras de Kirschbaum hay muchas capas, un sumergirse o surgir, dependiendo de cómo se lo quiera ver y desde qué posición, también representaciones superpuestas.
Intriga al espectador saber cómo las ve su creador, porque el que se para enfrente de ellas es “invadido” por escenas “rasgadas” durante quién sabe qué búsquedas, también por imágenes que no se eliminan unas a otras, sino que se integran en un ejercicio de memoria que se manifiesta incapaz de neutralizar acontecimientos...
“Mis obras todas tienen muchas capas, ya sean collages o pinturas, porque siento que la vida es eso. Alguna vez descubrí que el Federico de 40 de ahora seguía siendo el Federico de 5 o el Federico de 15 o el Federico de 23, que era la sumatoria de todos los que había sido y de todas las experiencias que atravesé. Esa es la sumatoria de todas las capas, de todas las pinceladas. Me gusta ir tapando, pero no del todo, que se puedan entrever las capas anteriores”, describió.
Oficio de artista
También reconoció su inquietud expedicionaria hacia el pasado, su constante oficio de la memoria para el que resulta tan adecuado el collage, la técnica con la que se siente más cómodo para expresarse.
“Empecé a guardar fotos, estampillas y cosas para después ponerlas en obras de manera que no se pierdan, como los planos de mi papá, que era ingeniero, y que iban a ir a la basura porque ya no tienen ninguna finalidad, pero los rescato para convertirlos alguna vez en arte y así ponerlos en valor”, manifestó.
Dejar ir
El desprendimiento de las obras, estación final obligada para los artistas, no representa ningún conflicto para Federico.
¿Será que lo desvela o maquina dónde están alojadas sus pinturas y qué sentidos han cobrado en otros entornos lejos de su instancia de producción?
“Muchos artistas y coleccionistas tienen cuadros míos, también amigos y gente que no conozco. Las primeras personas en verlos son los integrantes del grupo de Virginia Montaldi, Cuca Saravia y Lautaro Do Campo. También Hugo Albrieu y Agustín Castellani, que es psicólogo y aficionado al arte”, relató.
La virtud del ser del artista se completa con la mirada del otro, en el preciso momento en que el otro se decide a poner el cuerpo a la experiencia de la obra, y no podía ser excepcional el caso de Federico.
“Quizás ese sea uno de los motivos por los que pinto abstracto, porque la gente empieza a navegar en estas manchas de color y a descubrir sus propias cosas. Siempre digo que la gente juega a ver al artista a través de la obra, pero en ese jugar la gente se ve a sí misma. Ellos creen que son cosas del artista, pero ven en el cuadro cosas de ellos mismos”, reflexionó.
Kirschbaum montó su taller en su casa y entre esas cuatro paredes acotó que “pierde el contacto con la realidad”.
“Siento que me abstraigo de lo que está pasando, pierdo el contacto con la realidad y cuando dejo de pintar siento que me angustio un poco, porque me conecto otra vez con las obligaciones, con las facturas a pagar, con los problemas, y cuando pinto estoy solo pintando y me dejo llevar por eso”, destacó.
Como su arte prescinde de la imitación del natural y de las referencias figurativas, puesto a analizar qué temas no lo abandonan, señaló que más bien revisitadas son en sus obras la selección de colores y las formas.
“Intento que mis obras no tengan algo concreto de mensaje, sino que la gente pueda volar con su imaginación, que no sea limitada por mí y que todo sea bastante amplio”, sintetizó.
Añadió que actualmente se encuentra experimentando con el arte textil, con cuyas técnicas tuvo ya algunos acercamientos.
Por último, señaló que tiene la disciplina y el objetivo de montar una muestra al año, para no perder el contacto con el público.
El arte abstracto es la vía de expresión de Federico Kirschbaum. Walter Echazú
Mirada de galerista
En diálogo con este medio Matías Bassani señaló: “A Federico lo vengo siguiendo desde sus primeras exposiciones cuando él se inició. Siempre me encantó su obra. Tiene un trazo muy interesante, los colores que usa también lo son. Cuando monté este espacio de arte (por BAC) era una asignatura pendiente que expusiera aquí”.
Sin embargo, la intención se vio mediada por las restricciones impuestas para frenar la propagación del coronavirus en la provincia. Aún así apenas levantadas las medidas y acordados los protocolos a seguir para este tipo de espacios #TBT pudo surgir.
“A Federico lo conocí personalmente, me hice amigo de él y vi en su taller unas obras, muy personales de él, que él nunca había mostrado. Son unas caras que cobran sentido y lógica en el conjunto de los collages. Todos tienen una coherencia que el público podrá captar cuando visite la muestra”, invitó.
Para conocer #TBT hay que dirigirse a la avenida Uruguay 808, de lunes a viernes de 18 a 20.30 y los sábados, de 10.30 a 13.