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Reclamaron seguridad y contención para una mujer

Los vecinos de un barrio de la ciudad de Güemes están dispuestos a realizar marchas públicas para pedir atención adecuada para una mujer que atacó a otra a cuchilladas.
Sabado, 06 de marzo de 2021 01:13

Brenda Miraval fue la última víctima de una mujer diagnosticada con esquizofrenia desde hace 20 años. La víctima vivió una pesadilla que terminó con cuatro heridas punzantes en sus piernas. La atacante intentó hacerle el mayor daño posible y hasta terminar con su vida sin razón alguna.

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Brenda Miraval fue la última víctima de una mujer diagnosticada con esquizofrenia desde hace 20 años. La víctima vivió una pesadilla que terminó con cuatro heridas punzantes en sus piernas. La atacante intentó hacerle el mayor daño posible y hasta terminar con su vida sin razón alguna.

Con más de 75 denuncias por agresión a lo largo de 10 años, se transformó en un alto riesgo para sus vecinos. Podría haber una marcha para que alguna institución se haga cargo de su internación.

El lamentable incidente tuvo lugar el pasado viernes en un almacén del barrio Islas Malvinas de la ciudad de Güemes. Brenda junto a un sobrino de 13 años fueron al negocio para realizar unas compras en una camioneta.

"Cuando llegamos mi sobrino se bajó e ingresó al negocio, yo me quedé demorada buscando mi billetera, cuando levanté la vista vi llegar a esta mujer, a quien yo le tenía miedo porque sabía de su agresividad. Por eso me quedé esperando en mi automóvil, sentada de costado, con las piernas hacia afuera, esperando a que se vaya. Sin embargo, ella vino directamente a atacarme", explicó Brenda, quien nunca había cruzado palabra con su atacante.

Por instinto, cuando la mujer se le tiró encima, hizo su cuerpo hacia atrás y comenzó a defenderse con sus piernas. "Estaba enfurecida, tenía una fuerza que me pareció descomunal, comencé a patearla para que no llegue hasta mi cara porque creí que quería golpearme en el rostro y la cabeza, no me di cuenta que tenía un cuchillo hasta que sentí que lo clavaba en mis piernas".

Brenda daba fuertes gritos de auxilio y de dolor, pero las personas que estaban cerca eran mujeres y le temían por lo que dudaron en hacer algo. "Estaba desesperada, creí que me mataba. A pesar del dolor yo seguía pateando con todas mis fuerzas y en uno de esos puntazos que penetró mi pierna la hoja del cuchillo sierrita quedó trabado y se salió el mango. La mujer entonces se enfureció aún más y quería rasguñarme, morderme y golpearme con los puños".

El ataque terminó cuando la agresora se retiró de la camioneta y se alejó sola del lugar. "Lamentablemente nadie vino a ayudarme, menos sus hermanas. Yo estaba sangrando mucho, pedía que me hicieran un torniquete, el dolor de las heridas era insoportable y no podía mover las piernas. Luego fui trasladada al hospital donde me realizaron puntos en dos cortes profundos que tenía, los otros dos eran también profundos pero pequeños y no los cosieron", relató la víctima.

Ya pasaron 5 días del ataque pero el dolor de las heridas persisten. "No puedo caminar y debo permanecer con la piernas estiradas, me duelen más que cuando me agredió. No solo perjudicó mi salud, también mi vida cotidiana porque yo vivo al día y para mantener a mi hija hago comida para vender. Tengo una pequeña venta de pollos y realizo otras tareas, pero por largo tiempo no podré hacer nada", comentó.

Comprende a la agresora y piden piedad

La familia de la víctima pide contención para la mujer enferma.

La familia de Brenda entiende que la agresora por su enfermedad puede no tener conciencia de lo que hace, por lo que piden que alguna institución o el Estado se haga cargo de ella. “Sabemos que la familia también es víctima de sus agresiones, pero algo deben hacer, ella no puede andar suelta porque es muy peligrosa”, dijo.
Y agregó: “Pudimos contabilizar que tiene 75 denuncias en su contra, por agresiones con arma blanca, con piedras y a golpes; algún día puede matar a alguien y eso sería lamentable, en especial porque es algo que se puede evitar, si es necesario vamos a realizar marchas por el bien de todos, incluyendo el de ella misma. Porque sabemos que ya está suelta nuevamente”, finalizó Miraval.
La familia de la mujer enferma no cuenta con un lugar donde contenerla, llevan 20 años lidiando con su enfermedad y sus reacciones agresivas. Ellos también piden una ayuda del Estado que hasta el momento no pudieron encontrar.
En base a la publicación de El Tribuno haciendo visible el temor de los vecinos por esta situación, se suman a diario nuevos testimonios.
 

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