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Messi a PSG, un movimiento que hace temblar al fútbol

El jueves, la noticia de su salida de Barcelona fue un shock del que él salió hacia adelante, con una negociación que lo conduce a París.
Domingo, 08 de agosto de 2021 06:21

Esta vez, el orden se invirtió. El que deslizó un dedo sobre el teléfono para atender la llamada fue Nasser bin Ghanim Al-Khelaïfi. Y el que unos segundos antes había marcado ese nombre en la agenda de contactos era Jorge Messi. Las turbulentas horas del jueves avanzaban en medio de un shock en Barcelona del que a todos les costaba salir. De pronto, lo que parecía una comida protocolar entre el padre del capitán de la selección argentina y directivos catalanes había virado en una noticia inesperada: Lionel Andrés Messi y el Fútbol Club Barcelona dejaban de andar juntos después de un camino común recorrido durante 21 años. El acuerdo que se venía conversando hacía meses no entraba en standby: se rompía con la fuerza de un tsunami. Por eso el estupor. El cambio repentino de planes. Y una llamada nocturna que inició una nueva era en el fútbol.

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Esta vez, el orden se invirtió. El que deslizó un dedo sobre el teléfono para atender la llamada fue Nasser bin Ghanim Al-Khelaïfi. Y el que unos segundos antes había marcado ese nombre en la agenda de contactos era Jorge Messi. Las turbulentas horas del jueves avanzaban en medio de un shock en Barcelona del que a todos les costaba salir. De pronto, lo que parecía una comida protocolar entre el padre del capitán de la selección argentina y directivos catalanes había virado en una noticia inesperada: Lionel Andrés Messi y el Fútbol Club Barcelona dejaban de andar juntos después de un camino común recorrido durante 21 años. El acuerdo que se venía conversando hacía meses no entraba en standby: se rompía con la fuerza de un tsunami. Por eso el estupor. El cambio repentino de planes. Y una llamada nocturna que inició una nueva era en el fútbol.

Más de una vez el qatarí dueño del Paris Saint Germain se había acercado a la familia Messi. En todas, matices incluidos, habían terminado en lo mismo: la nada. Pero esta vez era diferente. Por eso, el contacto lo inició el propio padre de Messi en el final de una noche agitada. El mismo día en que Joan Laporta les había comunicado que la renovación era inviable y que ahora sí, se separaban. Entonces, el glamoroso PSG no se situaba como la primera opción para Leo: era la única. “Vieron lo que pasó, ¿qué les parece?”, tanteó por teléfono, directo a la capital de Francia, quien lleva los asuntos contractuales del muchacho que, recién vuelto a casa de las vacaciones, se preparaba para sumarse a los entrenamientos que dirige Ronald Koeman.

Este domingo, Messi ya se habrá sentado en el auditorio del club catalán para, apuntan las fuentes, darle forma a su despedida oficial. Allí mismo, Laporta dio las explicaciones el viernes de este adiós no deseado. Faltaba la palabra del protagonista, nada menos. Pero mientras ese escenario se preparaba durante el sábado, en París pasaban cosas. Otras, más febriles y entusiastas. La orden bajó de un directivo del PSG hacia los empleados de comunicación, marketing y finanzas: el que estaba de vacaciones debía volver a su puesto de trabajo para empezar a darle forma al “proyecto Messi”. En boca de uno de ellos, había que crear un plan de negocios “realista” que desemboque en la firma de un contrato la semana entrante. Y no se podía perder tiempo.

La progresión fue muy marcada. Las primeras reacciones en el club que tiene a varios amigos de Messi en el plantel fueron negativas. “Imposible”, dijeron primero. “Muy difícil”, luego, conforme pasaban las horas y la salida de Messi de Barcelona se corporizaba. Hasta llegar al concepto de “realista” mencionado antes. En el medio hubo una segunda conversación telefónica entre las partes: el viernes, Jorge Messi y Leonardo, manager del PSG, retomaron la exploración que habían iniciado unas horas antes el mismo Jorge y Al-Khelaïfi.

La primera voz que admitió la posibilidad de manera oficial fue la de Mauricio Pochettino, el mismo viernes. Los periodistas tuvieron que preguntarle tres veces en la conferencia de prensa previa al debut de PSG en la liga francesa (se concretó este sábado, con un triunfo por 2-1 ante Troyes) hasta que el hincha de Newell’s aceptó que había una gestión en marcha. Pochettino, ante una pregunta de un cronista de L’Equipe (el principal diario deportivo del mundo) dijo que la superpoblación de futbolistas de ataque en el plantel no sería un problema. Que quién no querría a Messi. Después del partido, dio un pasito más: esbozó una sonrisa cuando respondió: “¿Si me llamaron para decirme que está firmado? No, todavía no...” En las oficinas del club, paralelamente, ya había empezado a germinar una idea nacida en el básquetbol…

Los Harlem Globetrotters de París

Nacidos en 1926 en los Estados Unidos, los Harlem Globetrotters crearon el concepto de deporte + espectáculo. Desde entonces, y con el lógico cambio de protagonistas, han viajado por todo el mundo ofreciendo su arte: juego, malabarismos, diversión. No compiten, entretienen. La mención a ese nombre propio no es antojadiza: la utilizan en los despachos del club parisino como una proyección. Tener a Messi, Neymar, Mbappé y Sergio Ramos juntos es demasiada atracción como para aprovecharla solo en el encuadre europeo. Los mercados asiáticos y el de Estados Unidos, como explica Marcelo Gantman en un artículo en LA NACION, son especialmente apetecibles para PSG, que penetra fuertemente allí con sus estrellas y contenidos. ¿Cómo no explotarlos en vivo y en directo en el futuro si el que está por llegar es nada menos que el mejor futbolista del planeta?


Girar por otras latitudes ayudaría a pagar las cuentas. No porque los fondos qataríes no alcancen, sino porque siempre está el ojo de la UEFA detrás, dispuesta a observar si se cumple con las reglas del Fair Play financiero. Aunque ese apartado, coronavirus mediante, tiene sus licencias en este tiempo. La pandemia hizo más laxos los límites, y mientras dure, la entidad que arbitra el fútbol europeo no obliga a los clubes a empatar las cuentas entre lo que ingresa y lo que sale. En el caso de PSG, lo invertido es monumental: sin Messi, ya calculaban pérdidas para la temporada entrante de entre 250 y 300 millones de euros.

¿Y cómo encajaría el contrato de Messi en esa maquinaria exorbitante? El mentado plan de negocios que se trabaja entre abogados, directivos y dueños del club apunta a hacerle una oferta similar a la cifra que Messi ya había acordado con Barcelona: alrededor de 40 millones de euros netos para el jugador por cada una de las dos temporadas que duraría el acuerdo. Al club la inversión le significaría el doble, de acuerdo a las normativas francesas. Para el jugador habría un beneficio común a cualquier trabajador que llega a Francia desde el extranjero: durante los primeros cinco años de residencia, los impuestos que se pagan son más bajos que en adelante. Y en los planes de Messi, París es una estación de paso, en principio.

Hoy puede ser un día con escenarios repartidos para los protagonistas visibles y ocultos de la novedad que conmueve al fútbol mundial. Se dijo: Messi hijo tenía agendada una conferencia de prensa al mediodía catalán (las 7 de la mañana en Argentina) en las instalaciones de su ahora exclub. Se esperan emociones, videos alusivos y mensajes de despedida que nunca podrán estar a la altura de semejante obra. Pero, mientras tanto, a no tantos kilómetros de allí, el siguiente paso puede tomar un rumbo definitivo. Tal como publicó L’Equipe, se espera que se concrete la primera reunión cara a cara entre Messi padre y los directivos del PSG. Se especula con dos posibles puntos de encuentro, cercanos entre sí y atractivos para quienes estén de vacaciones por allí: Mónaco y Niza. Aunque ninguno de los presentes llegará con la idea de tomar sol: se trata de una imperiosa reunión de trabajo. En el entorno del futbolista desmentían en la tarde del sábado las coordenadas de la reunión. No sería la primera vez que se utiliza la negación como argumento distractivo de una negociación tan compleja como urgente.

Mientras tanto, lo más jugoso de la historia resulta tan atractivo como difícil de confirmar. Que la presentación de Messi se hará en la torre Eiffel: “Tonterías”, le bajan el precio en el club. Que Neymar le ofreció la camiseta 10 a su amigo pero que Messi la rechazó y se inclinaría por el 19, un número que usó en Barcelona. Que, como Ney, se mudará con su familia al oeste de París, una zona residencial de casas con jardines, lujos que no tantos pueden ostentar en una ciudad donde cada metro cuadrado se cotiza muy alto...

A veces, las cosas más grandes ocurren simplemente así. Aunque todavía cueste asimilarlo, todos los caminos conducen a que París sea pronto una fiesta del fútbol. Si ya corren los juegos de palabras: los rayos de Messie Leo iluminarán pronto la Ciudad Luz, se lee por ahí. Al Parque de los Príncipes llega un nuevo rey, comenta otro. Detalles, al cabo, que colorean un movimiento velocísimo. El que, hasta el jueves, nadie siquiera imaginaba.

Fuente: La Nación
 

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