El 25 de noviembre de 2010 se aprobaba la ley nacional 26.657, por la cual se debía transformar en el país el modelo de atención en salud mental. Entre otros cambios, la norma apuntaba a que las internaciones psiquiátricas fueran un recurso excepcional y por tiempo limitado para cuando no hubiera otras opciones terapéuticas. A 12 años de la sanción, que se consideró histórica, el hospital Miguel Ragone logró "externar" a más de 130 personas pero aún hay 86 que no pudieron salir por problemas como falta de apoyo familiar o de recursos para sostenerse.
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El 25 de noviembre de 2010 se aprobaba la ley nacional 26.657, por la cual se debía transformar en el país el modelo de atención en salud mental. Entre otros cambios, la norma apuntaba a que las internaciones psiquiátricas fueran un recurso excepcional y por tiempo limitado para cuando no hubiera otras opciones terapéuticas. A 12 años de la sanción, que se consideró histórica, el hospital Miguel Ragone logró "externar" a más de 130 personas pero aún hay 86 que no pudieron salir por problemas como falta de apoyo familiar o de recursos para sostenerse.
"Desde el campo de la salud mental estamos interesados en que se resuelva y se respete lo que pide la ley 26.657. Pero no se puede 'deshospitalizar' de un día para el otro a pacientes que vivieron tanto tiempo ahí. Es un proceso que lleva tiempo y que se va realizando, pero muchos no tienen familiares y hay que buscarles un lugar o alguien que pueda hacerse cargo", dijo a El Tribuno Fernando Acuña, gerente del hospital de salud mental Miguel Ragone.
De las 220 personas internadas que había en 2020 , quedan 86. Sobre este total, la mayoría no tiene familia o la tiene, pero no hay un pariente dispuesto a vivir con ellas o apoyarlas, requisito fundamental para que puedan salir del hospital.
La ley nacional establece que las internaciones no deben prolongarse indefinidamente y que profesionales de la salud deben evaluar periódicamente si se justifica sostener el alojamiento en un hospital.
"El proceso de atención debe realizarse preferentemente fuera del ámbito de internación hospitalario y en el marco de un abordaje interdisciplinario e intersectorial, basado en los principios de la atención primaria de la salud. Se orientará al reforzamiento, restitución o promoción de los lazos sociales", sostiene la norma.
Trabajadores del hospital Miguel Ragone que vienen reclamando mejoras en la institución y más recursos para la salud mental desde hace meses plantearon en los últimos días que en Salta no se invirtió en la "desmanicomializacón", es decir, en programas alternativos para evitar internaciones innecesarias.
"Persiste la lógica manicomial en todos los ámbitos en que se ofrecen los servicios y en las prácticas asistenciales... sin proyecciones de desinstitucionalización que merecen los usuarios", denunciaron en un comunicado que hicieron llegar a los medios de comunicación sin firmas.
Consultado al respecto, Fernando Acuña afirmó que ahora se trabaja con una modalidad de internaciones breves y reiteró que externaron a un número significativo de pacientes.
Destacó que el hospital tiene actualmente 2700 usuarios que realizan tratamientos ambulatorios, es decir, que van durante el día a los consultorios o a talleres recreativos y de inclusión pero que viven afuera.
"Intentamos que entren en la guardia, que el cuadro se resuelva en ese ámbito y que luego vuelvan a hacer las actividades que venían realizando habitualmente. Si no se logra resolver en la guardia, en 72 horas pasan al sector de agudos, donde no están más de 60 días. Para irse , deben tener acompañamiento y supervisión", describió Acuña.
El gerente consideró que el cambio de paradigma fue importante. "Antes se internaban algunas personas con retrasos mentales o problemas neurológicos", recordó.