Las escuelas de San Bernardo de las Zorras, Potrero de Chañi y El Rosal, todas de la Quebrada del Toro, se reunieron para recordar al padre Chifri, a 11 años de su paso a la inmortalidad. La idea surgió de parte de los directores de las escuelas, quienes organizaron un acto para que los niños mantengan vivo el recuerdo de este sacerdote considerado un santo entre los habitantes de los cerros, a quienes los hizo visibles y les dio un propósito, evitando que tengan que emigrar de sus comunidades por falta de oportunidades.
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Las escuelas de San Bernardo de las Zorras, Potrero de Chañi y El Rosal, todas de la Quebrada del Toro, se reunieron para recordar al padre Chifri, a 11 años de su paso a la inmortalidad. La idea surgió de parte de los directores de las escuelas, quienes organizaron un acto para que los niños mantengan vivo el recuerdo de este sacerdote considerado un santo entre los habitantes de los cerros, a quienes los hizo visibles y les dio un propósito, evitando que tengan que emigrar de sus comunidades por falta de oportunidades.
Se eligió para hacer esta celebración la escuela de El Rosal, por quedar equidistante de las otras dos escuelas. "Los directores nos invitaron a este hermoso y merecido homenaje a Chifri, por ser la educación de los niños su mayor anhelo en vida. Nos recibieron en El Rosal el director Aldo Palacios, Susana Chávez directora de Potrero de Chañi y Gustavo Guitián, de San Bernardo de las Zorras. La escuela estaba adornada con globos, cintas y carteles de bienvenida y afiches con fotos de Chifri y frases que lo recordaban", relató Carlos Figueroa, vocero de la Fundación Alfarcito, creada por el sacerdote para obrar en favor de las comunidades de la Quebrada del Toro.
"Cada escuela preparó coreografías y el broche de oro fueron los niños vestidos de gauchos y paisanas, que cantaron algunas coplas en honor a nuestro querido padre Chifri, en las que relataban la vida de este ángel que los sacó de la indiferencia y que evangelizaba con sus títeres y su guitarra", describió Figueroa.
La alegría llegó al Rosal de la mano de Carlitos Melián, quien junto a su grupo de jóvenes artistas brindaron un show inolvidable dibujando sonrisas y carcajadas en grandes y chicos, con juegos, batucadas y bailes que nunca habían llegado tan arriba en los cerros del Toro. Es espectáculo se cerró con el trencito de la alegría.
"Finalmente compartimos un divertido almuerzo con los alumnos, maestros y amigos de la Fundación Alfarcito. Seguramente Chifri nos habrá estado observando con una enorme sonrisa desde ese cielo único que parece al alcance de las manos. Agradecemos a los directores por habernos invitado a este hermoso homenaje. Felicitamos por la ornamentación y el trabajo con los alumnos, especialmente por mantener el recuerdo de quien hizo tanto por las comunidades de la Quebrada del Toro", finalizó.