Marzo finalizó con protestas, acampes y cortes de calle y abril sigue con la misma tónica. Es que si uno analiza las últimas tres semanas, en la ciudad de Salta hubo cortes de calles y caos cada cinco días. El tema es que esto hace aumentar el malestar de las personas que ven disminuida su capacidad para movilizarse.
Esta situación de tomar y adueñarse del espacio público complica día a día a miles de familias. Es que si bien los reclamos de las organizaciones piqueteras que salen a las calles es totalmente legítimo por la profunda crisis social y económica que vive el país, también lo es el derecho del trabajador que no puede llegar a horario a su puesto laboral, del adulto mayor que pierde un turno médico por la congestión en el tránsito o de los miles de chicos que quedan entrampados en medio del bloqueo y no pueden volver de la escuela a su casa.
Lo peor es que los piquetes se extienden más allá de la ciudad y en el interior de la provincia son moneda corriente y los cortes lo realizan por cualquier cosa. En este terrible contexto, nadie interviene para despejar las calles o las rutas, ni las fuerzas provinciales ni nacionales. Hay un preocupante dejar hacer, donde los perjudicados son los que menos tienen. Hace unos meses hasta hubo una idea del Ministerio de Seguridad de poner en marcha una fuerza especial “antipiquete”.
inicia sesión o regístrate.
Marzo finalizó con protestas, acampes y cortes de calle y abril sigue con la misma tónica. Es que si uno analiza las últimas tres semanas, en la ciudad de Salta hubo cortes de calles y caos cada cinco días. El tema es que esto hace aumentar el malestar de las personas que ven disminuida su capacidad para movilizarse.
Esta situación de tomar y adueñarse del espacio público complica día a día a miles de familias. Es que si bien los reclamos de las organizaciones piqueteras que salen a las calles es totalmente legítimo por la profunda crisis social y económica que vive el país, también lo es el derecho del trabajador que no puede llegar a horario a su puesto laboral, del adulto mayor que pierde un turno médico por la congestión en el tránsito o de los miles de chicos que quedan entrampados en medio del bloqueo y no pueden volver de la escuela a su casa.
Lo peor es que los piquetes se extienden más allá de la ciudad y en el interior de la provincia son moneda corriente y los cortes lo realizan por cualquier cosa. En este terrible contexto, nadie interviene para despejar las calles o las rutas, ni las fuerzas provinciales ni nacionales. Hay un preocupante dejar hacer, donde los perjudicados son los que menos tienen. Hace unos meses hasta hubo una idea del Ministerio de Seguridad de poner en marcha una fuerza especial “antipiquete”.
Protesta
Ayer las columnas de manifestantes volvieron a copar las calles del centro. Se concentraron en la plaza Güemes, al frente de la Legislatura, y luego se movilizaron, con todo lo que implica el desplazamiento de unas 200 personas, hasta el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, en 25 de Mayo y Entre Ríos.
El reclamo se repite: exigen empleo genuino, más planes sociales y apoyo a los comedores comunitarios.
“Estamos obligados a salir a las calles porque no tenemos ningún tipo de respuesta a los reclamos. Tenemos problemas con los merenderos, porque la asistencia que se brinda no cubre a todos los comedores y merenderos que hay en Salta capital y en el interior donde casi no llega la asistencia social”, manifestó Ana Paula Batista, referente del Movimiento Sin Trabajo. Expresó también que todo es consecuencia de las medidas que tomó el Gobierno nacional y el acuerdo con el FMI. “Todo recae en los sectores más vulnerables”.
Por el brutal avance de la inflación, que el mes pasado estuvo cerca de 7%, el Gobierno nacional informó el pago de un bono de $12.000 en un solo pago a cobrarse en mayo en forma automática, para jubilados y pensionados que perciben hasta dos haberes mínimos. Y de $18.000, a pagarse el 50% en mayo y el otro 50% en junio para trabajadores sin ingresos formales, monotributistas de las categorías A y B, monotributistas sociales y trabajadoras y trabajadores de casas particulares.
Consultada sobre este punto, la dirigente social señaló que “exigimos que se incluya a todos (los trabajadores), es insostenible la situación actual. El bono ayuda, pero no responde a todos nuestros pedidos”.
Las protestas
El 30 de marzo pasado hubo una jornada nacional de lucha y 11 organizaciones sociales y políticas salteñas se sumaron a ella. El tema es que esa noche coparon la plaza 9 de Julio y acamparon. A nivel nacional, el piquete duró tres días, pero en la avenida 9 de Julio. El 31 de marzo esas agrupaciones realizaron marchas y movilizaciones por el centro de la ciudad.
El 8 de abril hubo una protesta por el centro y la principal concentración fue en el monumento a Güemes. Allí las agrupaciones piqueteras reclamaban por la libertad de militantes presos en Jujuy. Aprovecharon la visita a Salta de los gobernadores de las provincias del Norte Grande.
El 12 de marzo las agrupaciones sociales volvieron a salir a la calle. Cortes, caos, reclamo fueron una vez más la constante como una de las formas para reclamar.
“El corte es una extorsión”
El martes el ministro de Gobierno, Ricardo Villada, se había referido a los cortes de tránsito como una forma de protesta.
“Claramente los cortes no son la vía (para protestar). Le complican la vida a la gente y esto se debe terminar. El corte es una extorsión a la gente, no a los funcionarios, pero esto se debe terminar sobre la base del entendimiento, del diálogo. Sabemos que esto no es un problema que se da en Salta, sino que también ocurre en todo el país. Esto se tiene que terminar desde el convencimiento de la dirigencia política. Basta de esta forma de manifestarse”, sentenció luego de un corte de remises en Güemes.