El profesor Daniel Córdoba, creador del taller Física al Alcance de Todos y un gran descubridor de talentos ya no está físicamente, pero formó parte de la Universidad Nacional de Salta e hizo historia “paraleleándole” al sistema, como él mismo decía.
En 1991, el “profe” Córdoba comenzó con sus talleres de Física los sábados en el Instituto de Educación Media (IEM), que después, “sin autorización” fue extendiéndose a chicos de otros colegios, y sus clases pasaron a dictarse en la clandestinidad durante años, en un aula de la universidad. “La mortandad infantil en los proyectos educativos es muy grande porque en cuanto empiezan ya comienzan a morirse y el caso nuestro es medio raro”, había manifestado.
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El profesor Daniel Córdoba, creador del taller Física al Alcance de Todos y un gran descubridor de talentos ya no está físicamente, pero formó parte de la Universidad Nacional de Salta e hizo historia “paraleleándole” al sistema, como él mismo decía.
En 1991, el “profe” Córdoba comenzó con sus talleres de Física los sábados en el Instituto de Educación Media (IEM), que después, “sin autorización” fue extendiéndose a chicos de otros colegios, y sus clases pasaron a dictarse en la clandestinidad durante años, en un aula de la universidad. “La mortandad infantil en los proyectos educativos es muy grande porque en cuanto empiezan ya comienzan a morirse y el caso nuestro es medio raro”, había manifestado.
Por innovar, por tener visión, el profesor Córdoba se enfrentó al conflicto, incluso su taller había sido suspendido seis meses, pero recobró fuerzas, redobló la apuesta y siguió adelante. Luego el éxito y la masiva concurrencia de adolescentes de escuelas públicas y privadas a los talleres gratuitos de Física al Alcance de Todos trascendieron a nivel nacional e internacional.
Cuentan que el “profe” tenía magia para enseñar, que sus clases eran imperdibles, incomparables, divertidas. Él solía decir que el secreto estaba en dar una física no escolarizada: “Mitad Discovery Channel y mitad formal, algo que en la escuela no se puede hacer”.
El 2018, el Instituto Balseiro lo premió por su labor en la promoción de vocaciones científicas, dado que Salta es una de las provincias con más alumnos por cantidad de habitantes en dicho Instituto.
En marzo de 2019, la UNSa le entregó el título de doctor Honoris causa (la máxima distinción universitaria), declarado a fines de 2017 por el Consejo Superior. “Fue muy fuerte, me pasé más de un año esquivando el acto, he pasado muchos actos, pero este de la casa era muy fuerte”, le dijo Córdoba a El Tribuno en aquel entonces.
También fue distinguido por el Ministerio de Educación de la Nación y de Salta, la Cámara de Diputados de la Provincia, el Senado de la Nación y el Concejo Deliberante de Salta, este último lo distinguió como ciudadano ilustre. Recibió reconocimientos de facultades, fundaciones y disertó en numerosas universidades, donde contaba cómo era eso de convocar a adolescentes para que empiecen a vivenciar la Física y la entiendan de manera sencilla.
De su taller salieron físicos e investigadores científicos que actualmente trabajan en distintas partes del mundo. Con orgullo siempre contaba que el taller de Física tenía un medallero olímpico propio y hasta 2018 iba sumando 19 medallas de oro, 24 de plata, 34 de bronce y 20 diplomas de honor. Un gran descubridor de talentos.
Daniel Córdoba falleció el 27 de diciembre de 2019, a los 56 años, luego de luchar dos años y medio por su vida. Había nacido el 25 de mayo de 1963, en Jujuy. Era el menor de tres hermanos y cuando terminó la secundaria se vino a la UNSa a estudiar. Antes de recibirse ya era ayudante de cátedra.
Hoy su taller de Física continúa a cargo de su discípulo Maxi Valdiviezo.