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10 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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El periodismo, frente al desafío de la revolución tecnológica

El Tribuno, a 73 años de su primera edición. El primer ejemplar data de agosto de 1949. Era de doce páginas.  
Domingo, 21 de agosto de 2022 02:54
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El Tribuno cumple hoy 73 años. Su historia coincide con un período extraordinario en acontecimientos que cambiaron y cambian al mundo.

Vivimos un tiempo cuya dinámica impone la gestación de un nuevo periodismo. El diario de papel, nacido del genio de Gutenberg y de la avidez informativa de las sociedades de todos los tiempos, se convirtió en un instrumento esencial para la construcción de la democracia, la institucionalización de la libertad del hombre, generador de una dinámica que hizo posible la evolución cada vez más vertiginosa de la cultura a partir de la modernidad. Sin prensa libre no hay democracia ni pensamiento crítico. Solo las dictaduras tiemblan ante la independencia de los diarios, las radios y la televisión y, por eso, los cierran. Solo los gobiernos inseguros de su propia idoneidad con gestiones poco transparentes intentan amordazar a los medios, cooptarlos o sobornarlos. Es tan fuerte el peso de la opinión pública expresada en los diversos medios, que las nuevas dictaduras, cívicas y populistas pero con añoranzas del fascismo, buscan ahora colocar a los diarios, radios, canales y comunicadores en el papel de culpables de sus propios fracasos, al tiempo que pergeñan fábulas conspirativas que solo conducen a engrietar a la sociedad. El único periodismo que aceptan es el que responde al poder, el periodismo “militante”.

En muchos países de América Latina y del resto del mundo, innumerables periodistas son asesinados por el crimen organizado o por los gobiernos autoritarios, y muchos otros encarcelados, privados del derecho a comunicar o sus diarios, directamente embargados.

Sin embargo, la profesionalidad, el respeto al lector y el compromiso con la verdad y la libertad siempre terminan imponiéndose, a pesar del fastidio y las presiones de funcionarios o dirigentes.
A lo largo de siete décadas turbulentas, El Tribuno se mantuvo fiel a todos estos valores, incluso a riesgo de amenazas e intentos de censura. 

Multiplataforma 

Atravesando ya la tercera década del siglo XXI, nuestro gran reto es adecuarnos a los cambios del mundo. Por una parte, los cambios tecnológicos que modifican todas las formas de comunicación entre los seres humanos.

Nuestra página digital se incorporó en 1996, la primera en el interior del país; allí la redacción sube las informaciones a medida que se producen. El sistema multiplataforma del que participan todos los periodistas de El Tribuno no solo brinda instantaneidad al público, sino que permite optimizar la calidad informativa con jornadas de encuentros virtuales y presenciales, transmitidas en vivo y plasmadas luego en la edición de papel, pero reproducidas al instante a través de los teléfonos móviles y las redes sociales Facebook, Twitter, Instragram y hasta Tik Tok, además de quedar documentadas en el canal propio de Youtube y de facilitar el contacto directo del público a través de WhattsApp.

El ciclo Hablemos de lo que viene, dedicado a analizar los principales problemas del mundo contemporáneo, es un ejemplo exitoso que venimos desarrollando desde hace tres años dentro de esta modalidad.

La actualización periodística conserva aquel espíritu de 1967, cuando incorporó el primer sistema offset integral en el país y en 1974, cuando traslada la redacción desde el centro de Salta al predio de Limache, y por entonces con visible proyección y pujanza.

A lo largo de su historia, inspirado por el liderazgo de Roberto Romero, El Tribuno optó por observar críticamente la realidad presente del mundo y apostar al futuro. Es el mismo espíritu con el que sostenemos la necesidad de insertar a Salta en esta dinámica contemporánea que trasciende a nuestras fronteras, pero se hace presente a través de las nuevas plataformas. El caso del joven Mario Maximiliano Sánchez, de 17 años, miembro de la comunidad wichi y seleccionado como alumno brillante para una competencia internacional lo demuestra. A pesar de que su comunidad no tiene conexión digital, él se las arregla con el celular. Ese ejemplo se multiplica por miles; la realidad de la evolución del mundo se impone, aunque no siempre se manifieste en reformas de la administración del Estado, bastante alejado por cierto de las nuevas tecnologías y de todo lo que estas implican.

No es la tecnológica o los nuevos hábitos informativos el único reto de deben afrontar los diarios.

El Tribuno transita siete décadas en las que, tras las guerras más mortíferas de la historia, y a la sombra de la amenaza nuclear, la Guerra Fría se libró en varios frentes: la lucha por la hegemonía económica, la confrontación entre capitalismo y comunismo, la carrera espacial, las guerras periféricas, el progresivo final del colonialismo representan, a grandes pinceladas, la esencia de la época. De todo esto fue testigo y protagonista nuestro diario. Ese orden mundial, que pareció definitivo tras la implosión soviética hoy parece resquebrajado, no solo por el desafío de China a los EEUU sino porque hay una revolución tecnológica frente a la que Latinoamérica corre el riego de quedar aislada. Estamos quedando al margen de la transformación más profunda y vertiginosa que haya conocido la humanidad. Las maravillas del dominio de la genética, la energía nuclear y la revolución digital construyen un mundo inimaginable aquel 21 de agosto de 1949, cuando salió a la calle el primer ejemplar de El Tribuno.

Las dificultades económicas del planeta y las enormes diferencias en la distribución del ingreso comienzan a mellar la democracia. Al mismo tiempo, estos años incorporaron a la agenda pública las señales de alarma sobre el calentamiento global y los acuerdos internacionales para asegurar determinadas políticas ambientales.

El fin de las dictaduras y el repudio a sus atropellos colocó en el centro de la política internacional el problema de los Derechos Humanos, aunque el debilitamiento de la convicción democrática alimenta el avance de los nuevos autoritarismos. Al mismo tiempo, la reivindicación de los derechos de las mujeres adquiere perfiles revolucionarios y plantea un cambio cultural profundo y definitivo. Las tradiciones machistas siguen persistiendo, pero van siendo superadas por la misma evolución de la civilización. En este mundo, con logros extraordinarios pero con un futuro incierto, El Tribuno está dispuesto a mantener su presencia y seguir sosteniendo sus valores fundacionales; el respeto a la persona humana, la libertad, la democracia y el desarrollo sustentable de Salta y el país.

Vocación y el compromiso con la información 

El diario El Tribuno, de Salta, es el de más extensa trayectoria en la historia de la provincia. Roberto Romero, figura central del diario, puso en él su sello, su corazón y su enorme capacidad de trabajo.
Su primera edición salió a la calle el 21 de agosto de 1949.


Su mismo nombre fue tomado del “tribuno de la plebe”, un cargo de la antigua república romana, elegido por los ciudadanos para defender sus derechos ante el poder del patriciado.
Aquel primer ejemplar de agosto de 1949 era de doce páginas a seis columnas en formato tabloide, bajo la consigna de “Un cabildo abierto para el Norte Argentino”.

Los comienzos

Su primer director fue Ricardo Falú, y fue sucedido en la dirección del diario por Eduardo Meleq, Amadeo Rodolfo Sirolli, Salvador Michel Ortiz, Enrique Arana y Antonio Frumento. Poco después, Falú regresó y fue el director hasta 1955. La llamada Revolución Libertadora lo clausuró y confiscó.

En 1957 fue adquirido en subasta pública por la sociedad conformada por Bernardino Biella, Jorge Raúl Decavi, y Roberto Romero. El primer ejemplar de la nueva etapa tras dos años de intervención salió a la calle el 7 de septiembre de 1957.

  Roberto Romero

Bajo la dirección de Romero, y con el propósito de consolidar la independencia periodística y el espíritu federal, en 1976 se asocia con otros diarios de provincia para fundar Papel de Tucumán.

El diario es fundador de ADEPA y la Asociación de Diarios del Interior (ADIRA), además de participar de la fundación de la agencia Noticias Argentinas.

En 1983, Roberto Romero, antes de asumir la gobernación de la Provincia, deja la dirección del diario su hijo Juan Carlos. En 1986 lo sucedió Roberto Eduardo Romero, quien los dirigió hasta 2011. Su director actual es Sergio Romero.

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