Hoy, la toma de conciencia sobre los derechos de los animales y la preocupación de muchas personas por su bienestar, hizo que se crezca la presencia de comederos y bebederos en las veredas y en los frentes de algunas viviendas. Se trata de una actitud loable, en virtud de las carencias que viven los que se encuentran en situación de calle.
Ahora bien, si un animal en estas circunstancias ataca a una persona ¿quién es responsable por esta acción? Aquí se abre el dilema. ¿Es el propietario o residente de la vivienda donde se le da de comer y el animal se aquerencia? O es el Estado, al tratarse de un perro suelto en la vía pública.
Hay letrados que sostienen que la acción de alimentar a un animal convierte a la persona en dueño, por más que lo haga en la vereda. “El que les da de comer de manera constante pasa a ser el poseedor, el tenedor legal y responsable de ese animal”, sostienen. Quienes adhieren a esta postura señalan, además, que en muchos casos sucede en de la vida cotidiana que un vecino le reclama a otro que su perro lo mordió, pero este último no lo considera su animal, ya que solo le da de comer. "Es su perro porque lo está alimentando y es un animal de costumbres, que va a responder a quien le da de comer", sostienen los abogados que defienden esta postura. Por lo tanto –señalan- esa persona es responsable del animal y de los daños que pueda ocasionar.
“Que le de comer no lo hace mi mascota. Que no se confunda”
El reconocido estilista cerrillano Darío Yapura se niega a considerar que, el hecho de darle de comer a un perro convierte a la persona en su dueño o tutor. “Yo, si le doy de comer y le doy agua a un perrito de la calle, es porque lo necesita. Y aunque el perrito me agarre cariño, no lo hace mi mascota. Que no se confunda. No me une a él más que la solidaridad. Su conducta particular no es mi problema ni mi responsabilidad”, manifestó.
Por su parte, Mariana Torres, empresaria de esa misma localidad del Valle de Lerma, señaló: “El mismo perro muchas veces devela a quién considera su dueño o familiar, y lo hace moviendo la colita. Si el perrito se alegra y le mueve la cola a una persona, seguramente ese es el dueño. La naturaleza es sabia”.
Perros sueltos, una triste y peligrosa realidad
Los constantes ataques de perros sueltos a personas en la vía pública reavivaron el debate. Esta semana dos mujeres fueron salvajemente mordidas por una jauría, mientras caminaban en Rosario de Lerma. ¿Qué hacer?, ¿quién se hace responsable de los daños que pudieran ocasionar?, ¿hay legislación al respecto? Estos son algunos de los interrogantes que, hasta ahora, no tuvieron una repuesta concreta.
- Lo cierto es que la vía pública permanece poblada de perros. Esta situación genera un enorme riesgo para la gente y un sufrimiento innecesario para los animales.
En 2020 hubo un fallo inédito a nivel provincial y nacional, en el que la jueza de Garantías 6, Sandra Espeche condenó a S.P.I. por ser autora del delito de homicidio culposo en perjuicio de J.M.A. La condenada no tenía antecedentes penales, por lo que se le impuso una pena en ejecución condicional. Sin embargo deberá cumplir reglas de conducta por el término de dos años. El hecho por el cual tuvo que hacerse responsable se produjo el 16 de julio de ese año, cuando su perro llamado “Beethoven” mordió a una vecina en la parte trasera del tobillo izquierdo. La víctima cayó al piso. La herida le generó la pérdida de una gran cantidad de sangre. Mientras era trasladada al hospital San Bernardo sufrió un paro cardíaco y falleció, pese a las maniobras de reanimación.
En aquel momento, fuentes de diversas áreas del Estado señalaron: “Hay que avanzar en la tenencia responsable de animales, con cursos de capacitación en los barrios. El vecino tiene que conocer el derecho de los animales, tiene que tomar conciencia”. Dijeron, además, que la gente tiene que saber que es responsable del daño que pudiera cometer su mascota. En tanto indicaron que los perros de gran porte o porte considerable deben circular por la vía pública con correa y bozal.
Por el momento no hay avances significativos en Salta respecto a la problemática de los perros sueltos, situación que se agrava más aún en el interior. Por el momento, las castraciones y esterilizaciones parecen constituir la única herramienta disponible para controlar la población de animales, pero los resultados son insuficientes hasta el momento.