PUBLICIDAD

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
19°
28 de Diciembre,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

China es víctima de su propio sistema autocrático

Menos población y menos yuanes obligarían a reducir sus ambiciones políticas.
Sabado, 27 de diciembre de 2025 07:57
China dejó de tener altas tasas de crecimiento poblacional
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Por Agustín Barletti, doctor en Derecho, periodista y escritor. 

Plaza de Tiananmén, China, 4 de junio de1989. Miles de estudiantes y ciudadanos que protestaban pacíficamente contra la corrupción y pedían reformas democráticas fueronreprimidos brutalmente. El Ejército Popular de Liberación abrió fuego y usó tanques contra los manifestantes desarmados. Los muertos se contaron por miles en este trágico evento que el gobierno chino censuró y nunca reconoció oficialmente.

Esta masacre dejó a los chinos despolitizados y con temor. A tal punto estaban anestesiados que no les llegó ni siquiera una pequeña ola del tsunami producido por las revueltas de la Primavera Árabe de 2011.

Se rubricó entonces un pacto no escrito entre el gobierno comunista y los ciudadanos chinos: Pekín les garantizaba una pizca de prosperidad económica, y el pueblo resignaba sus libertades individuales.

Durante los años que siguieron, el gigante asiático no detuvo su crecimiento, al punto de acuñarse la frase "tasas chinas" para reflejar la situación de cualquier país cuyo PBI sube más allá que el promedio mundial.

En paralelo, el control de Pekín sobre sus gobernados tampoco paró de crecer. Como ejemplo, hoy hay más de 400 millones de cámaras de video vigilancia con reconocimiento facial en todo el territorio chino, o sea una cada tres habitantes.

Los millonarios surgidos de las últimas décadas de bonanza económica ya no quieren vivir en un país sin libertades. Su migración es una señal de alerta para el futuro económico del gigante asiático.

Los números son elocuentes: 1.600 individuos de alto patrimonio neto abandonaron China en 2022. La cifra trepó a 4.200 en 2023, y a 7.200 en 2024.

La primera reacción de Pekín fue la implementación de más restricciones.

Según directrices filtradas a medios locales, quienes hoy deseen viajar fuera del país deben obtener autorizaciones multilaterales que pueden implicar hasta cuatro niveles de aprobación. En algunos casos se exige la entrega indefinida del pasaporte a la autoridad, que solo lo devolverá si la solicitud es aprobada.

Viajar sin autorización puede derivar en sanciones disciplinarias,situación que preocupa a profesionales que participan en proyectos internacionales. La medida también limita la participación en programas de capacitación o investigación fuera de China, incluso cuando son financiados por organismos internacionales.

Expertos en comercio exterior aseguran que esta política complicará la cooperación global al dificultar el intercambio técnico y la formación de personal en el extranjero. También podría afectar proyectos conjuntos con empresas extranjeras que dependen del envío de delegaciones y especialistas.

Lo cierto es que China aumenta los controles internos mientras proyecta una imagen de apertura hacia el exterior. Para los analistas, es inviable un modelo que apunta a atraer inversión y comercio y que a la vez mantenga un férreo control sobre su población y sus cuadros técnicos.

La diáspora de los líderes empresarios contribuyó a la recesión que hoy afecta a la economía china. La explosión de la burbuja inmobiliaria produjo una gran crisis que derivó en el derrumbe de Evergrande, el mayor conglomerado inmobiliario chino y uno de los más endeudados del mundo. A su liquidación de enero de 2024 acumulaba una deuda estimada de USD 330.000 millones y en su caída a arrastrado a buena parte del mercado inmobiliario local y la ruina de sus principales inversores.

El efecto dominó se hizo sentir con todo su rigor. el comienzo de nuevos proyectos bajó un 48,5% en julio de 2025 con relación al mismo mes de 2024. En la comparación del mismo período, la venta de viviendas descendió 37% y la inversión inmobiliaria un 19%.

Los posibles compradores de vivienda se fueron del mercado. Mucho más preocupantes, sin embargo, son los millones de personas que esperan, a menudo durante años, casas por las que ya han pagado. Solo se ha entregado el 60% de las viviendas que se vendieron en preventa entre 2013 y 2023.

No es suficiente el plan de rescate del gobierno en este escenario: el programa de préstamos de USD 29.000 millones alcanza solo para el 10% de lo que se necesita para completar todas las casas sin terminar del país.

El comercio exterior, principal columna de la economía china también está colapsando.

Las exportaciones cayeron un 14,5% interanual en lo que va de 2025, dibujando una curva que no para de descender desde octubre pasado y que coloca al país en guarismos casi de pandemia.

Por la misma senda van las importaciones, que descendieron un 12,4%, y muestran una baja constante en los últimos nueve meses.

Para 2025, la meta era alcanzar un crecimiento del 5%, algo poco probable por lo que se está viendo. Aún si lo lograra, estaría muy lejos del 12% registrado en 2007. No en vano los inversores se muestran dubitativos a la hora de financiar a Pekín.

Bancos como Goldman Sachs, JP Morgan y UBS, que habían previsto un año récord para China, modificaron desde entonces a la baja sus previsiones y hoy se cuestionan el valor de invertir en el país.

En 2024, la población de China se redujo drásticamente, algo que sucedió por primera vez en 60 años. Se registraron un total de 9,56 millones de nacimientos, mientras que las defunciones ascendieron a 10,41 millones, según datos de la Oficina Nacional de Estadística.

La población china envejece con relación a otros países con los que compite en varios segmentos del mercado como India, Vietnam o Filipinas.

Menos habitantes y menos yuanes, dos razones que obligarían a China a reducir sus ambiciones políticas, diplomáticas y económicas en los próximos años.

Daron Acemoglu, uno de los diez economistas más citados del mundo y coautor, junto a James Robinson, del libro "Por qué fracasan los países", asegura que China ya empezó a declinar y se está "pudriendo desde la cabeza".

Frente a este escenario, un pueblo que se olvidó de la democracia, y que dejó el país en manos de la elite del Partido Comunista esperando recibir una cuota de libertad económica, se da cuenta ahora que ni siquiera eso obtendrá.

Es lógico entonces que los ciudadanos se animen y salgan tímidamente a las calles a enfrentar el duro aparato represor de Xi Jinping porque les coartaron la libertad, pero también les afectaron el bolsillo.

La respuesta de Pekín sin duda será más control y castigo y así el país entrará en un espiral sin fin que le imposibilitará alcanzar ese destino de grandeza para el que creen estar destinados.

Por la recesión china, la lógica y la ciencia económica indican que el país debería reducir el ritmo de sus importaciones de materias primas.

En realidad, está ocurriendo lo contrario. Numerosos informes de inteligencia coinciden en asegurar que Xi Jinping está acumulando reservas secretas de materias primas, principalmente granos, gas natural y petróleo.

En 2024 las compras chinas de muchos recursos básicos batieron récords, y las importaciones de todo tipo de materias primas aumentaron un 16% en volumen. Y los siguieron haciendo durante este año: un 6% en los cinco primeros meses de 2025.

Su capacidad de almacenamiento de crudo aumentó de 1.700 millones a 2.000 millones de barriles. Las cuevas subterráneas de gas multiplicaron su volumen por seis hasta alcanzar los 15.000 millones de metros cúbicos.

Fotos satelitales reflejan como China construyó una docena de tanques para almacenar gas licuado a lo largo de su costa. La idea es lograr que el acopio de este producto estratégico alcance los 85.000 millones de metros cúbicos en 2030. Con lo que ya acumuló, las existencias de trigo y maíz son suficientes para cubrir la demanda de un año.

Las existencias de soja, la mayor importación agrícola de China, alcanzó los 42 millones de toneladas al final de la temporada. Es doble la lectura que se puede realizar de este fenómeno singular: O se prepararon con tiempo para la guerra arancelaria que impuso el gobierno de Donald Trump en Estados Unidos. O esta acumulación de reservas es la que China busca para sobrevivir a un conflicto armado, tal vez mientras invade Taiwán.

Todo está aún por verse.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD