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La interna de la hinchada de Central Norte, fracturada desde hace muchos años en distintas facciones que se disputan el poder de la tribuna, sumó este lunes un episodio más de tensión. En horas de la mañana, socios y transeúntes advirtieron la presencia de pintadas intimidatorias en las paredes de la sede social ubicada en Avenida Entre Ríos, donde se leyeron mensajes directos contra el presidente y la Comisión Directiva.
Entre las frases escritas con aerosol negro destacó una de las advertencias más duras: “(Leandro) Etchezar y CD con la hinchada no se jode hay balas para todos”. La amenaza, explícita y apuntada a la Comisión Directiva, generó inmediata preocupación en el club y reavivó el debate sobre el nivel de violencia que atraviesa al mundo cuervo.
El hecho ocurre apenas un día después de la pelea registrada en pleno macrocentro salteño, donde dos grupos de la barra -parte de esta interna de larga data- se enfrentaron a golpes. En esa ocasión, un hincha terminó herido de una arma blanca, tras recibir una puñalada durante la reyerta. El afectado fue trasladado a un centro asistencial donde se recupera.
Si bien los enfrentamientos entre las facciones no son nuevos, el salto hacia amenazas armadas dirigidas directamente a la dirigencia representa un nivel de gravedad mayor. En el club se analiza el contexto, mientras la Policía trabaja para determinar quiénes realizaron las pintadas y si están vinculadas con los violentos sucesos del domingo. Las pintadas fueron fotografiadas y denunciadas, y fueron removidas rápidamente, aunque el trasfondo del conflicto permanece intacto.
La interna, que lleva años fragmentando a la hinchada cuerva, vuelve así a tomar protagonismo en las puertas mismas del club, poniendo en alerta a socios, autoridades y a toda la comunidad futbolera salteña.
Para el próximo 30 de noviembre está previsto amistoso superclásico entre Central Norte y Juventud Antoniana, pero en este contexto es muy difícil que se pueda llevar adelante teniendo en cuenta el nivel de agresividad que desataron los "cuervos" en las últimas horas.
La escalada deja al descubierto un viejo problema: una interna enquistada, con múltiples actores y una tensión permanente que esta vez golpeó directamente las puertas mismas de Central Norte.