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La segunda temporada del ciclo Todos al Escenario, presentado por Fernanda Bruno, regresa con tres conciertos dedicados a Chopin, Beethoven y Schumann, el 23 de febrero, 9 y 16 de marzo, respectivamente. La cita es en el Teatro Provincial, Zuviría 70, allí destacados pianistas interpretarán obras maestras de estos compositores.
El primer concierto es este domingo, a las 20.30, y estará centrado en el arte de Frédéric Chopin. La primera parte contará con las cuatro baladas del compositor polaco, la Op. 23, Op. 38, Op. 47 y Op. 52, y dos scherzos -el No. 1 en Si menor, Op. 20, y el Scherzo en Si bemol menor, Op. 31-, interpretados por Fernanda Bruno y Franz Collivadino.
En la segunda, Bruno continuará en el escenario acompañada por el cellista Martín D’Elia para interpretar la “Sonata para piano y cello en Sol menor, Op. 65”.
Las entradas están disponibles en saltaticket y en la boletería del Teatro Provincial.
Un encuentro con historia
El ciclo Todos al Escenario comenzó hace 19 años. “Se interrumpió cuando me fui dos años a vivir en Buenos Aires”, cuenta Fernanda Bruno en diálogo con El Tribuno sobre la propuesta que ha marcado la música en Salta.
“Se llama Todos al Escenario porque la gente sube al escenario, el público está arriba del escenario”, señala, y puntualiza: “Y hubo todo tipo de música: académica, folclor, tango, integración de las artes con la literatura, con la pintura, con el movimiento... era un espacio que la palabra ‘todos’ abarca”.
“Yo ya estoy jubilada, no es que me retiré, nunca me voy a retirar de la música”, dice y cuenta que fue invitada por la Secretaría de Cultura para continuar con el proyecto.
“La palabra ‘todos’ implica también que miremos Salta, porque muchas veces se trae gente de afuera pensando que acá no hay valores, y acá hay mucho, mucho valor. Lo digo porque he recorrido el mundo y he hecho giras, no solamente sola, sino con el Cuarteto Ars Argentina, y he visto”, argumenta. “Estos dos años en Buenos Aires también di conciertos, di conferencias, y acá hay mucha excelencia y no es mirada”, suma la maestra.
“El músico joven es pasado por alto, y eso es lo que quiero romper, con ese decreto de que porque es de acá, porque es joven, porque está al lado... porque -como decía eI Cuchi Leguizamón- ‘cómo va a ser bueno este que vive al lado de mi casa’. Hay un poco eso, que yo quisiera romper”, reflexiona, y agrega: “No soy salteña, pero ya me considero salteña, viví acá 20 años y me volví a Buenos Aires y ahora vivo en Salta. Elegí vivir acá”.
Escuelas
“Voy a abrir con todo un programa de Chopin, voy a hablar de la escuela pianística de Chopin, de los distintos métodos, de las distintas escuelas”, cuenta sobre la primera de las presentaciones, la del domingo 23, y recalca: “De las escuelas que impiden, de los profesores que no adelantan a sus alumnos, que no los llevan al escenario. Hay que darle una oportunidad siempre a los jóvenes que están en esta provincia y que no son mirados”.
“Es un poco fuerte y contestatario decir que una persona que toca mal, entonces no nombro, pero he visto solistas de afuera que acá los superan absolutamente”, ejemplifica.
En Todos al Escenario la impronta de la Orquesta Sinfónica es constante. La pianista lo señala: “Tocó prácticamente toda la Orquesta y repertorio universal, todo. Zamba, tango, música académica de la que se hace en Europa. Este ciclo fue conocido, fuimos a Buenos Aires, no tuvimos la oportunidad de que viniera gente del Festival Argerich porque no había presupuesto, pero sabe el grupo Argerich que existimos. Todavía no saben que volvemos. Y confío en los medios”.
“Que se vea a nuestros músicos. Todas las provincias dan una salida y una oportunidad. ¿Cómo un joven va a pagar una sala privada 600 mil pesos?, ¿cómo va a hacer un pianista para pagar una sala y cobrar la entrada y recuperar si van 10 personas?”, pone en valor las políticas públicas que apoyan el talento y la necesidad de espacios.
“Resto musical hay, y hay excelencia. Una vez que se consigue la excelencia y que uno puede dar cuenta de lo que hace en un escenario o en un aula, entonces sí se puede argumentar por qué digo esto”, analiza.
La experiencia de la Sinfónica, el hecho de que haya músicos con diversidad de procedencias, incluida la de Salta, genera un encuentro virtuoso. “Los músicos de la Orquesta han sido protagonistas, porque en un cuarteto los miran, los conocen de a poquito, de a dúos, de a tríos... Estos pianistas son grandes pianistas, son alumnos míos, yo enseño interpretación a gente que ya toca mucho”, cuenta.
“Soy pianista pedagoga, pero me dedico más a la pedagogía. Voy a presentar, con un programa bastante jugado, Chopin y un alumno mío, que hace 6 meses que está y no leía música, va a tocar dos scherzos de Chopin, tiene 19 años”, dice.
Conocimiento
“A los chicos les gusta todo, a mí me gusta todo. Hay que pasar por todo; los grandes jazzistas han estudiado la música de Bach, porque Juan Sebastián Bach ha sido el gran improvisador, improvisaba para sus alumnos”, resume, y agrega: “Lo que falta es el conocimiento y lo que abunda es el facilismo, lo fácil. ‘Esto no se puede, es difícil’, y no se hace. Hay que poner las cosas en su lugar, tratar de acomodar y dar oportunidades”.
“Yo quiero a esta orquesta, porque todos colaboraron y han tocado obras, han ensayado. Había un quinteto de vientos inolvidable con las maderas de la Orquesta, que va a cumplir 25 años. Y me parece que merece grandes solistas, grandes directores, merece una fiesta. Costó hacer esta orquesta. Yo vine un año después que se formó”, se emociona.
El público
“Siempre me comunico con el público y les cuento que todo es música, todo es valioso. Chopin escribía como el Cuchi, escribía las mazurcas, música popular en Polonia, era música popular el vals, Dvorak, también. Todos se inspiraron en su lugar y después lo academizaron”, cuenta sobre la dinámica de los conciertos y las músicas.
“La zamba, por ejemplo, no hay una cosa más hermosa que la zamba. Es como una mazurca de Chopin, de las más lindas. El folclor es hermoso, cálido y rico, pero no podemos todo folclor, siempre, y dejar de lado todo”, señala, y suma: “Hay que incursionar en todos los géneros porque se necesita, por conocimiento. Por eso es un espacio descontracturado”.
“El público puede ser cualquier persona que quiera tener esta experiencia, es como una película, es como ir al cine. No necesitás ser cineasta para ver una película. Todos los que quieran pueden ir, sin saber nada puede gustarte. La música se siente, no es necesario aprender para sentir que una melodía te gusta. De eso nos encargamos los músicos”, concluye.