inicia sesión o regístrate.
Por Agencia Tartagal
La crisis económica, con la pérdida del poder adquisitivo del peso argentino a consecuencia de la devaluación, el aumento en los alimentos, en el combustible y en los artículos de primera necesidad, ya comienzan a dar otro tipo de señales que van más allá de las restricciones. Si bien la víspera de la Navidad y el Año Nuevo tuvieron a los supermercados y a la venta de prendas de vestir con actividad casi normal, la semana que concluye mostró un panorama totalmente diferente. El aumento de un 27% en los combustibles repercutió de lleno en las góndolas de los supermercados y comercios de venta de alimentos y bebidas pero donde se notó un cambio rotundo fue en las zapaterías y ventas de prendas de vestir.
Y es que el mismo martes 2 abrieron varios comercios de ventas de ropa usada, las llamadas ferias americanas aunque algunos no venden ese tipo de prendas de vestir sino que es la misma familia la que junta y acondiciona las prendas de vestir, el calzado que ya no utiliza para venderla a precios muy módicos comparados con los de cualquier comercio del rubro. Otro detalle es que las ferias se ubican en pleno centro, a diferencia de antes, donde se realizaban los fines de semana y en alguna plaza de la periferia.
Una mujer mayor sentada en la vereda de su casa con un mesón con ropas explicó: "Algo tenemos que hacer porque la plata no alcanza y ahora cuando aumenten los servicios se pondrá peor. Yo ya viví varias crisis y en los 90 surgieron los clubes de trueque donde intercambiábamos alimentos, verduras, calzados y hasta juguetes. Recuerdo que una funcionaba en el Centro Español y yo era muy joven, tenías mis hijos chicos. Ahora ya soy abuela y nunca imaginé que íbamos a volver a pasar por esta situación" se lamentó.
Gustavo es propietario de una feria de ropa usada que instaló hacen dos meses en una esquina con mucha actividad y movimiento en Tartagal. "Gracias a Dios nos está yendo bien porque tenemos buenos precios y tratamos de poner los precios justos para ganar en la venta, pero no abusarnos. Otra ventaja es que muchas prendas usadas son de calidad y hay algunas de marcas muy conocidas. Me acaban de llegar remeras de primera calidad que las vendemos a $3.500. Las que recibí la semana pasada las tenemos a $3.000, pero la gente no solo mira el precio, sino la calidad porque de eso depende que mantengan los colores y la textura".
Ya no hace falta cruzar la frontera
Los precios en otros usados son similares y allí se encuentran dos camisas mangas largas de algodón por $5.000, algo impensado para una prenda nueva de ese tipo que ronda los $20.000. Pero algunos más previsores que antes iban a las ferias americanas de Yacuiba o San José de Pocitos y ahora encuentran las prendas en Tartagal, ya están comprando camperas y camperones para que el invierno y los meses más fríos no los sorprendan.
Otro usado del centro de la ciudad ya comenzó a incursionar en la venta de calzado -zapatos, zapatillas y sandalias-. "Las zapatillas son de origen americano, de primeras marcas y están casi al mismo precio de las nacionales nuevas; pero el precio no tiene comparación con un calzado original de marca internacional sin uso comprado en Argentina que puede multiplicar por 10 el precio que se paga en el usado" explicó el vendedor.
Si antes eran las familias de más escasos recursos que buscaban ropa y calzado usado en Bolivia, ahora es mucha más gente de mejor condición económica- la que también busca las ofertas en estas tiendas que proliferan en Tartagal.