inicia sesión o regístrate.
El CEO del JP Morgan, Jamie Dimon, arribó este miércoles a Buenos Aires para encabezar el encuentro anual del gigante financiero y mantener reuniones con el ministro de Economía, Luis Caputo. Su llegada, anticipada desde hace meses, cobra una relevancia clave en el actual contexto económico argentino y en medio del plan de salvataje impulsado por Donald Trump, quien días atrás advirtió que “Argentina pelea por su vida”.
El desembarco de Dimon se interpreta como una señal política y financiera: el JP Morgan, junto con otros cuatro grandes bancos de Wall Street, analiza cómo estructurar un crédito de USD 20.000 millones destinado al país. La operación tendría respaldo en los Derechos Especiales de Giro (DEG) que Estados Unidos posee en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El vínculo con Caputo y el plan financiero
El ministro Luis Caputo, que fue jefe de trading del JP Morgan entre 1994 y 1998, participará de los encuentros privados previstos para el viernes. Según trascendió, el funcionario viene de reunirse la semana pasada con directivos del banco en Washington, donde ya se avanzó en las conversaciones preliminares.
El JP Morgan es también la entidad elegida por el Gobierno para la operación de recompra de bonos, dentro de un programa denominado “Deuda por Educación”, en el que intervendrán el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Según el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, la propuesta busca mejorar el perfil de deuda argentina a cambio de destinar fondos a políticas educativas.
Los bancos involucrados -JP Morgan, Bank of America, Goldman Sachs, Citigroup y Morgan Stanley- exigen garantías concretas antes de liberar fondos, que podrían incluir activos soberanos o el respaldo directo del Tesoro estadounidense, de acuerdo con fuentes citadas por The Wall Street Journal.
Un banco con historia y señales de alerta
Con 125 años de presencia en Argentina, el JP Morgan mantiene su sede regional en Buenos Aires y ha financiado históricamente obras ferroviarias, bancos y empresas públicas. Sin embargo, en junio pasado encendió una luz de alarma: recomendó a sus inversores “tomarse un respiro” en posiciones locales y evitar los bonos Lecap antes de las elecciones, en una postura mucho más prudente que la que había adoptado en abril, cuando alentaba el carry trade tras la salida del cepo.
Ahora, la visita de Dimon busca reforzar la confianza en el sistema financiero argentino y abrir la puerta a nuevos acuerdos bilaterales, tanto en deuda como en inversión privada. En paralelo, la filial local del banco anunció una inversión filantrópica de USD 6 millones para capacitar a 2.000 jóvenes en los próximos cinco años.
Un foro con nombres de peso
El foro del JP Morgan, que se realiza en el barrio porteño de San Telmo, reúne a figuras políticas y empresariales de primer nivel. Entre los invitados sobresalen el exprimer ministro británico Tony Blair, quien preside el consejo del banco y fue recientemente convocado por Trump para integrar una “Junta de Paz” sobre la Franja de Gaza, y la exsecretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice, socia del banco y referente de política internacional.
En el plano empresarial, participan Amin Nasser, CEO de Saudi Aramco, interesado en inversiones en Vaca Muerta; Marcos Galperin, fundador de Mercado Libre; Eduardo Escasany del Grupo Galicia; Armando Loson de Albanesi; y Mariano Bosch de Adecoagro.
El evento incluye un almuerzo exclusivo con Dimon, un cóctel de gala en el Teatro Colón el jueves y una agenda social que cierra el sábado con la final del Abierto de Tortugas, uno de los torneos más importantes del polo argentino, con los equipos La Natividad-La Dolfina frente a Ellerstina-Indios Chapaleufú.
Trump, Dimon y el tablero geopolítico
El encuentro del JP Morgan se enmarca en el nuevo eje de diálogo financiero entre Washington y Buenos Aires, impulsado por Donald Trump, quien busca articular una ayuda de emergencia que combine préstamos privados e inversiones directas de compañías estadounidenses.
Mientras tanto, la presencia de Jamie Dimon -una de las figuras más influyentes de Wall Street- en territorio argentino se interpreta como un gesto de respaldo político y financiero hacia el Gobierno, aunque con una condición implícita: el compromiso del país con un plan económico sostenible y reglas claras para el retorno del capital extranjero.