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11 de Octubre,  Salta, Centro, Argentina
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Valle de Sianca o de Cianca: documentos muestran que es con C

El nombre le fue conferido al valle tras el asesinato del colono Juan de Cianca en una expedición.
Sabado, 11 de octubre de 2025 01:43
La firma de Juan de Cianca se aprecia con la letra C en este documento.
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Existe una controversia, con respecto a cómo debería escribirse el apellido de uno de los primeros españoles asesinados por originarios en el territorio que hoy es la provincia de Salta, y que le confirió su nombre a una región. ¿Juan de Cianca o Sianca? Para algunos, quienes aseguran tener documentación respaldatoria, el apellido se escribe con S, mientras que otros historiadores, aseguran contar con documentación donde el apellido aparece escrito con C. En cuanto a esta polémica que persiste con los años, vamos a conocer la historia del apellido, a través de la documentación que obra en poder del Investigador en Arqueología e Historia, Gustavo Flores Montalbetti.

Juan de Cianca fue el primer español al que los naturales del valle de los Xuríes y luego del Moxotoro, dieron muerte en un enfrentamiento armado durante los primeros días del mes de enero de 1566. A partir de ese momento, las cartas y crónicas que relatan los hechos acaecidos, identifican con su apellido al accidente geográfico y al río que lo surca, sector de la provincia que conocemos como el Valle de Cianca, muchas veces escrito con S, lugar donde actualmente se encuentra el departamento de General Güemes.

Su padre, el licenciado Andrés de Cianca, fue nombrado Oidor de la Audiencia de Lima y llegó a Perú en 1546. Su hijo Juan llegó pocos años después, y se destacó como hábil comerciante estrechamente ligado a la actividad minera, y al creciente mercado de la ciudad de Villa Rica de Potosí. Por esos años, la ocupación del noroeste estaba en su apogeo. Hacia los últimos meses de 1565, Juan de Cianca fue convocado por la Audiencia de Charcas para integrar una expedición militar que debía marchar a la ciudad de Santiago del Estero, con la misión de tomar prisionero al Gobernador de Tucumán Don Francisco de Aguirre. La columna estaba formada por 130 hombres al mando del capitán Martín de Almendras; para esa misión, a Juan de Cianca le otorgaron el título de "Maestre de Campo".

La importancia de este documento para Gustavo Montalbetti, escrito de puño y letra por Alanís, es que en reiteradas oportunidades menciona a Juan de Cianca, escribiendo su apellido con la letra C, lo que respalda sus afirmaciones sobre el apellido del colono que le confirió su apellido al Valle de Cianca.

Mientras la columna pasaba por la Quebrada de Humahuaca, Almendras murió al ser alcanzado por una flecha en un enfrentamiento con los nativos Omaguacas. A partir de allí, la expedición continuó al mando de Gerónimo González de Alanís. Esta era la primera entrada de gente foránea a este sector del Gran Chaco, y lo hicieron sin conocer su geografía. Una semana más tarde, tuvieron un enfrentamiento con un grupo de nativos, probablemente Palomos, que dieron muerte a dos de sus integrantes: al maestre de campo Juan de Cianca y al soldado Castro Verde.

Juan de Cianca estaba casado entonces con la joven Petronila de Castro, unión de la que habían nacido tres niñas: María en 1561, Antonia en 1563 y Juana en 1564. Existen quince documentos que llevan su rúbrica, donde se puede apreciar la letra C al inicio de su apellido. Estos datos son parte de un extenso trabajo de investigación realizada durante años por el Investigador e Historiador Gustavo Flores Montalbetti.

Una carta que relata la trágica muerte de Juan de Cianca

En una extensa carta fechada el 21 de mayo, que Gerónimo González de Alanís dirigiera al Presidente de la Audiencia de Charcas, licenciado Lope García de Castro, entre otros temas ocurridos durante aquella accidentada jornada, relató la trágica muerte de Juan de Cianca: "(…) Yo di cuenta de todo lo sucedido a estos señores y dentro de cuatro días me partí para hacer mi jornada al valle de Jujuy, porque era extrema el hambre y necesidad que teníamos, y con la misma necesidad caminamos algunos días hasta llegar a una cordillera de monte, adonde por no hallar paso, pensamos perecer de hambre; y habiendo enviado a Juan de Cianca que llevaba por Maestre de Campo, a buscar el camino, y al cabo de seis días volvió, perdida la esperanza de hallar paso; y así por esto como por la gran hambre que teníamos, que no comíamos sino nuestros mismos caballos, me aconsejó y dijo que no había otro remedio que volver al Perú, y a trueque de no hacer esto determiné de morir o pasar; y otro día antes que amaneciese fui en persona a buscar el paso, y no me había apartado media legua del real, dejando en él a Juan de Cianca, cuando los indios naturales de la tierra dieron en el campo salió a ellos Juan de Cianca con veinte soldados a pie y como los indios de maña se retiraron al monte, entro tras de ellos sucedió que le mataron y hirieron otros seis…":

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