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24 de Diciembre,  Salta, Centro, Argentina
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El Valle de Lerma bajo el agua: una crisis anunciada que sigue sin respuestas, y una historia que se repite 

Las inundaciones registradas entre el domingo y el martes no son un hecho aislado ni imprevisible. Canales de riego sin mantenimiento y falta de obras.  
Miércoles, 24 de diciembre de 2025 17:04
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Siguen los anegamientos. Responden a una combinación de factores conocidos, advertidos y reiteradamente expuestos, que siguen sin resolverse de manera estructural. Quijano se inunda, Rosario de Lerma y El Carril deben lidiar con los canales de riego que cruzan estas comunidades porque desbordan e inundan calles y espacios públicos. La Merced es igual, Cerrillos otro problema.  

El sistema pluvial urbano en al región tiene un límite claro: los canales están diseñados exclusivamente para evacuar el agua de lluvia que cae sobre las calles. Para que funcionen correctamente, existe un factor clave que muchas veces se ignora o no se cumple: el cierre inmediato de las compuertas de los canales de riego durante las precipitaciones. Cosa que los finqueros no cumplen. Todo lo contrario.

En Rosario de Lerma ocurrió lo más grave este domingo. Estas compuertas debían cerrarse para impedir que el agua del río ingrese a la ciudad. Sin embargo, durante el último temporal permanecieron abiertas. El resultado fue crítico: el sistema debió transportar al mismo tiempo el gran volumen de lluvia local y el caudal del río. Esa suma de dos caudales masivos supera ampliamente la capacidad de diseño de los canales y provoca su colapso, con desbordes que terminan inundando calles y barrios, aun cuando los canales se encuentren limpios.

Se registraron 40 litros por metro cuadrado, una cantidad elevada pero que el sistema podría haber manejado si las compuertas se hubieran cerrado como se solicitó formalmente el 15 de diciembre al consorcio de riego de esa zona. La falta de esa acción anuló el efecto de las tareas preventivas realizadas por el municipio.

Desde el ámbito técnico es claro: la prevención municipal estuvo, pero sin coordinación hídrica y sin responsabilidad por parte de los consorcios de riego, el riesgo se multiplica.

Un problema regional que se agrava

La alerta amarilla anunciada para el domingo se cumplió a rajatabla en el Valle de Lerma y se extendió lunes y martes. En poco tiempo se registraron lluvias intensas, fuerte actividad eléctrica y ráfagas de viento. Los mayores volúmenes se concentraron en Campo Quijano y Rosario de Lerma, con registros que alcanzaron los 70 milímetros en cortos períodos, mientras que sectores periféricos de Chicoana también resultaron seriamente afectados.

En la Ruta Nacional 68, especialmente en el tramo entre La Merced y El Carril, la acumulación de agua y el arrastre de sedimentos volvieron extremadamente peligrosa la circulación para automovilistas y motociclistas. En Rosario de Lerma, la correntada ingresó a distintos sectores de la ciudad, dejó vehículos y motos varadas y provocó cortes de energía que se extendieron hasta altas horas de la noche. En Cerrillos, el fenómeno se manifestó principalmente con fuertes vientos y caída de ramas, obligando a la intervención de cuadrillas municipales.

Consorcios de riego y un conflicto sin resolver

En Rosario de Lerma, Campo Quijano y El Carril, el problema se repite con un patrón conocido: los consorcios de riego, integrados mayoritariamente por propietarios de fincas, no realizan el mantenimiento adecuado de los canales ni respetan los protocolos durante las lluvias. En épocas en las que necesitan agua para riego, las compuertas se mantienen abiertas, incluso en medio de tormentas intensas. En sectores cercanos al río Carabajal, esta práctica permite que el río ingrese directamente a la ciudad de Rosario de Lerma, agravando una situación que ya es crítica. Es un conflicto histórico, reiterado y nunca resuelto, que expone la falta de control y de decisiones de fondo.

Obras que no alcanzan y planificación ausente

Mientras espera la construcción de la Autopista del Valle de Lerma, una obra provincial de 22 kilómetros viales que incluye un canal colector de 12 km para mitigar inundaciones, amplios sectores quedan al margen de esa solución. Rosario de Lerma, Campo Quijano y El Carril, ubicados en el extremo oeste del valle, continúan expuestos a los mismos problemas estructurales de siempre.

Las últimas lluvias del verano de 2025, dejaron en evidencia la falta de planificación integral y la ausencia de obras pluviales en casi todas las localidades de la región. Lo que antes eran anegamientos puntuales, hoy se ha transformado en una crisis generalizada que afecta a municipios enteros.

 

 

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