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A un costado de las vías del ramal C-14, en un campo colindante con zonas habitadas y cercano al Parque de la Salud, en el acceso principal a Rosario de Lerma por la ruta 23, fueron hallados varios animales muertos tirados a la intemperie.
Se trata de al menos 18 vacas lecheras y 6 ovejas, algunas en avanzado estado de descomposición y otras recién fallecidas, cuyos cuerpos permanecen expuestos sin ningún tipo de resguardo. La situación puso en alerta a los vecinos que advierten actitudes sistemáticas de este tipo, en una zona donde los límites de la producción ganadera y la zona urbana se desdibujan.
El macabro hallazgo fue advertido por personas que transitaban la zona y por un grupo de deportistas que suele entrenar en el lugar. Algunos vecinos, indignados por la postal de animales hinchados, huesos esparcidos y carroñeros revoloteando sobre el terreno, alertaron a la Policía Rural.
Por otro lado, la Policía de Rosario de Lerma fue notificada de inmediato y la Fiscalía Penal dispuso la intervención de un grupo especial de investigaciones. El propietario del establecimiento agrícola, habría manifestado informalmente que los animales murieron por una enfermedad particular y que en sus fincas suelen trasladar los cuerpos hasta ese sector para abandonarlos allí. Sin embargo, hasta el momento no hubo ninguna confirmación oficial ni diagnóstico sanitario que explique la mortandad.
La versión del dueño no despejó las dudas. Al contrario, encendió aún más la preocupación de los vecinos, que se preguntan si se trató de una infección, de un envenenamiento o de otra causa que podría tener impacto en los campos cercanos, donde también hay animales en pie. La incertidumbre aumenta frente a la pasividad de las autoridades, que hasta ahora no ordenaron el retiro de los cadáveres ni una investigación sanitaria profunda.
Especialistas consultados por El Tribuno, advierten que dejar animales muertos a cielo abierto no solo representa un acto de crueldad y abandono, sino que además genera un riesgo ambiental y sanitario concreto: la descomposición de los cuerpos libera bacterias y fluidos que contaminan el suelo, los carroñeros pueden diseminar restos contaminados, y hasta los vientos pueden transportar partículas peligrosas.
La gravedad del hecho se acentúa por la ubicación: ya no se trata de un campo aislado en plena zona rural, sino de un terreno próximo a áreas urbanas, con barrios y espacios públicos a pocos metros.
Una macabra postal de la indiferencia
En Rosario de Lerma los límites entre lo rural y lo urbano se desdibujaron hace tiempo, lo que vuelve aún más alarmante que se permita acumular cadáveres de animales sin tratamiento alguno. Esta situación es advertida desde hace tiempo por los vecinos que viven cerca de estas zonas.
Para algunos vecinos, se trata de un problema recurrente: "Cada vez que muere una vaca la tiran ahí y listo. Lo hacen desde hace años y nadie controla nada", denunció un vecino de unos loteos cercanos. Para otros, la situación es directamente un horror, una postal de desidia en pleno 2025.
La pasividad del propietario y la indiferencia de las autoridades sanitarias dejan expuesta una peligrosa naturalización: animales muertos amontonados como si fueran basura, en una finca lindera a la ciudad, sin que nadie se haga cargo de los riesgos ni del impacto.
Lo que para algunos es apenas "parte de la rutina del campo", para otros constituye una amenaza directa a la salud pública.