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Una economista advierte: “Llegar a la jubilación con la casa propia cambia por completo la estabilidad financiera”

La economista Natalia de Santiago sostiene que llegar a la jubilación con la vivienda pagada es una de las decisiones financieras más determinantes. Propone priorizar el crecimiento profesional antes de los 40 y recién después evaluar la compra de una casa como estrategia de estabilidad a largo plazo.
Miércoles, 03 de diciembre de 2025 09:12
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La economista y divulgadora financiera Natalia de Santiago sostiene que contar con una vivienda en propiedad antes del retiro no solo aporta estabilidad, sino que se convierte en una de las decisiones económicas más determinantes de la vida adulta. Su análisis plantea una hoja de ruta clara: antes de los 40, invertir en uno mismo; después, pensar seriamente en comprar.

En una conversación reciente para el pódcast Tenía la duda, de Santiago explicó que la discusión entre alquilar y comprar suele estar rodeada de mitos. Uno de los más repetidos es considerar al alquiler como un gasto inútil. La especialista lo desarma sin rodeos: “Poner un techo sobre tu cabeza nunca es un despilfarro. Es un gasto necesario y digno, sobre todo en el corto plazo”.

Comprar no siempre es rentable al principio

La economista remarca que la compra solo se vuelve beneficiosa con el paso del tiempo. En los primeros años de una hipoteca, gran parte de la cuota va a intereses y costos financieros, por lo que revender la vivienda a los cinco años muchas veces apenas permite recuperar lo invertido.

Comprar es un proyecto de ahorro a largo plazo. Ese ahorro empieza a consolidarse recién cuando la deuda comienza a bajar de verdad”, señaló.

Por qué antes de los 40 conviene priorizar el crecimiento profesional

De Santiago sostiene que, hasta la cuarta década de vida, la clave es aumentar la capacidad de generar ingresos. Estudiar, mudarse por trabajo, asumir desafíos profesionales o emprender fortalecen lo que llama learning potential: el potencial futuro de crecimiento económico.

Una hipoteca demasiado temprana -advierte- puede inmovilizar decisiones importantes y limitar oportunidades laborales.

A los 40, el escenario cambia

Con el correr de los años, los criterios se invierten. Llegar a los 40 sin haber iniciado el camino hacia la casa propia puede transformar la jubilación en una etapa vulnerable: los créditos son más difíciles de obtener, los plazos se acortan y una deuda activa en la vejez puede volverse insostenible.

Tener la vivienda pagada al momento de jubilarse es una ventaja enorme”, resume. No depender de un alquiler ni entrar al retiro con una hipoteca pendiente permite mantener el nivel de vida, ordenar gastos y ganar estabilidad emocional y financiera.

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