A una semana del tan esperado superclásico con Boca, River Plate se olvidó de lo bueno que hizo en las últimas fechas y lo pagó caro, porque Quilmes se aprovechó de eso y le ganó, con justicia, por 1 a 0.
El partido resultó malo de principio a fin, con el juego muy trabado y pocas llegadas de ambos lados.
En la primera parte, fue el millonario el que trató de tomar la iniciativa mientras que el local se dedicó a esperar, y en esa pelea prevaleció el cervecero porque agrupándose atrás y ganándole la pelota en el medio impidió que el equipo dirigido por Matías Almeyda progresara en ataque.
A pesar de esa situación, Carlos Luna tuvo una gran chance para quebrar el cero a los 7 minutos, pero definió mal y permitió la atajada de Emanuel Trípodi.
Nada cambió en el segundo período, el juego continuó siendo discreto. Pero a los 14 minutos llegó el horror de Bottinelli. El defensor recibió la pelota solo, se acomodó y rechazó muy mal. El balón le cayó a Cauteruccio, quien sacó un derechazo cruzado y puso el 1 a 0. Al millonario se le vino la noche. Sin ideas y desorientado, se lanzó al ataque. Almeyda modificó su esquema con los ingresos de Rogelio Funes Mori y Ariel Rojas pero no hubo caso. Lo mal que jugó River genera preocupación, a una semana del duelo con Boca.
Una tarde para el olvido
Fue el máximo responsable de la jugada que terminó en gol de Martín Cauteruccio, con que Quilmes derrotó a River. Jonathan Botinelli, desde que llegó al millonario venía mostrando un nivel aceptable pero ayer estuvo desconocido. Pero no se lo debe señalar como el único culpable, porque el equipo conducido por Matías Almeyda no jugó para nada bien, no tuvo ideas claras y no supo encontrar el camino para abrir la defensa rival. Pero es inevitable remarcar que la jugada del gol del cervecero llega pura y exclusivamente por un gravísimo error de Bottinelli. El defensor quiso despejar lejos de su área y terminó sirviéndole la pelota a Cauteruccio, quien aprovechó la situación. Si bien el nivel de la defensa en general no fue bueno, ya que todos los jugadores del fondo estuvieron dubitativos a la hora de manejar el balón, lo de Bottinelli fue lo más flojo de la última línea. Por si fuera poco, el ex jugador de San Lorenzo acumuló la tercera tarjeta amarilla en seis partidos jugados con la camiseta del millonario y se perderá el superclásico.
Le tiraron dos gallinas
El folclore del fútbol, tan creativo en ocasiones, suele ser bien recibido pero, a veces, se pasa de la raya. En la previa del partido en cancha de Quilmes, tras la salida de los equipos, los hinchas locales tiraron dos gallinas a la cancha con camisetas de River. Esto no solo demoró el inicio del partido, sino que sometió a los animales al maltrato mientras los sacaban.
"Le ganamos a un rival directo...”
Tuvo una y no perdonó. Martín Cauteruccio fue el verdugo de River y le dio a Quilmes un triunfo que lo sacó de la zona de descenso.
El delantero destacó la importancia que tuvo para su equipo el triunfo ante un rival importante, para levantar la parte anímica del plantel, luego de acumular siete partidos sin éxito.
“Creo que este triunfo significa mucho para nosotros. Es sumamente importante haber ganado para levantar la parte anímica, además de conseguir tres puntos valiosos”, resaltó el uruguayo. “Es doblemente meritorio lo que conseguimos. Le ganamos a un rival directo (por la permanencia en al categoría) es un equipo grande y sabiendo que venía de golear era importante que el triunfo quede en nuestra casa”.
