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El juicio por la megacausa de la UNSa se reanudó ayer en la Ciudad Judicial con el patético relato de un exdetenido y perseguido político de la última dictadura. La audiencia estuvo cargada de tensión a raíz de los fuertes cruces de la fiscalía y las querellas con uno de los defensores.
Enrique Cobos contó que por su militancia en la Tendencia Peronista que apoyaba al exgobernador Miguel Ragone tuvo que exiliarse en Francia con su esposa y dejar al cuidado de sus padres a una hija de apenas un mes. Dijo que debió tomar esta determinación luego del 24 de septiembre de 1976, cuando un grupo armado asesinó a su hermano de 17 años.
“Fueron a buscarme a la casa de mis padres y como no me encontraron se la tomaron con mi hermanito, quien se asustó y escapó por la terraza; al saltar a la calle lo acribillaron”, relató Cobos. Dijo que todo sucedió en momentos en que su hermana Cristina buscaba a su esposo Víctor Brizzi, quien había desaparecido del distrito militar Salta mientras realizaba el servicio.
“El Ejército me detuvo el 24 de marzo de 1976 y así permanecí hasta el 1 de mayo. Sufrí todo tipo de torturas y vejámenes”, aseguró y sostuvo que fue liberado por el imputado Joaquín Cornejo Alemán, segundo del Ejército. Adolfo Diez, defensor del militar, se quejó en todo momento por las preguntas del fiscal Ricardo Toranzos y el querellante David Leiva y anunció que renunciaría al patrocinio por diferencias con el desarrollo del juicio.