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El decir de don Arturo Jaureche: “no se trata de cambiar de collar, sino en dejar ser perro”, bien puede referirse a la actual “oposición” al gobierno kirchnerista.
Oposición de politiqueros que no proponen ninguna solución ni tienen entre sus referentes personalidades de conductas a imitar. Sólo parece que aguardan “su turno” para ocupar el Estado, en el marco de una perversa alternancia política que ya lleva décadas sumiéndonos en creciente decadencia.
Recursos
El hacer ruido y gritar consignas, es un primer paso. Es indispensable, inexcusable y esencial la propuesta de ideas, estrategias, planes y proyectos destinados a todos, reitero a todos los argentinos, k y no k . Es necesaria la artillería de medios y medidas necesarios para superar uno a uno los graves problemas de inestabilidad económica, la inseguridad, la inflación, la desculturización popular, la corrupción rampante, la indefensión nacional, las deficiencias en la educación y salud pública, la indigencia de los más pobres a quienes se pretende conformar tirándoles migajas de asistencialismo a cambio de apoyo político votante.
Todo de nuevo
Es necesario empezar todo de nuevo.
La gravedad institucional argentina no admite más “parches”. Se debe comenzar a construir un nuevo país desde cero.
Desde su Constitución, las leyes, y disposiciones básicas de una nueva organización nacional.
Otros países lo hicieron. Algunos en forma reiterada. En Francia De Gaulle creó la Quinta República en 1958.
¿Por qué no podemos formar nosotros una Segunda República? ¿Un nuevo Estado Nacional Soberano?.
Sobre bases claras, sólidas, que todos entiendan y compartan, en una visión de la Argentina anhelada, un diagnóstico de las raíces de los males que nos aquejan, un proyecto de análisis del peligroso mundo en el que vivimos, una propuesta concreta, práctica y secuencial que posibilite en los plazos necesarios el resurgimiento de un Estado Argentino que alguna vemos dimos en llamar: “Argentina potencia”.
El mundo global de estos días tiene por claro objetivo dividirnos en nuestra geografía. Y lo que es más dramático dividirnos absolutamente como pueblo, como nación, instaurar entre nosotros un odio irreconciliable que se magnifique hasta el logro de una masacre de pobres contra pobres.
No podemos permitirlo.
La unión del pueblo argentino debe ser la finalidad de todos los ciudadanos. Bien pueden tomarse como referentes de cohesión el logro de los siguientes fines:
1.- Refundar el Estado Nacional Soberano
2.- Recuperar la Moneda Soberana.
3.- Rechazar el sistema de deuda “Eterna” en una seria investigación de su legitimidad, legalidad, moralidad.
4.- Rescatar las Instituciones Republicanas del dominio del poder del dinero.
5.- Restaurar nuestros valores tradicionales.
Acordando sobre estos mínimos puntos básicos y el desarrollo conceptual que cada uno de ellos significa, podremos encontrarnos como pueblo hermano y como Nación en una honesta superación de antinomias que intencional y adredemente pretenden crearnos.