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Efectivos de la Brigada de Investigaciones 1 de Salta iniciaron una búsqueda frenética de los dos motochorros que asaltaron a una mujer el jueves pasado, quien falleciera luego de 59 horas de penosa agonía en el hospital San Bernardo.
La víctima, Sara Enrique de Díaz, de 57 años, fue atacada a las 20.15 de ese día, cuando caminaba hacia su domicilio en el barrio Morosini, luego de asistir a la iglesia del barrio Casino, situada en la zona sur del macrocentro capitalino.
Sara se desplazaba por avenida Suecia, entre Checoslovaquia y Dinamarca, cuando sorpresivamente un sujeto trató -y lo consiguió- de arrebatarle el bolso que llevaba en bandolera. Por el tirón, la mujer cayó al piso y golpeó la cabeza contra el cordón cuneta. Quedó desmayada, inerte, en el suelo. Luego fue trasladada hasta el hospital San Bernardo por su propio marido, ya que la ambulancia del Samec nunca llegó al lugar de los hechos. En el nosocomio quedó internada en la unidad de terapia intensiva, aunque dejó de existir el domingo a las 7.45.
El caso, que en primera instancia había sido caratulado como “lesiones graves en ocasión de robo” y se estaba tramitando en el ámbito de la Fiscalía Penal 3, a cargo de Facundo Ruiz de los Llanos, pasó a manos del juez de Instrucción Formal 2 Esteban Dubois, quien lo recaratuló como “homicidio calificado en ocasión de robo”. De la misma manera, las actuaciones, que estaban a cargo de la comisaría 15, de barrio San Remo, pasaron a la Brigada de Investigaciones 1. Un equipo especializado de detectives está abocado en forma exclusiva al caso. Ya entrevistaron a testigos y determinaron que los protagonistas fueron dos hombres jóvenes, y ahora están repasando los archivos de causas análogas con objeto de ir cerrando el círculo en torno de los delincuentes.
“Estamos haciendo un trabajo investigativo intensivo. Tenemos definidas algunas líneas; hemos logrado, parcialmente, reconstruir las características fisonómicas de los motochorros, así como una aproximación del tipo de vehículo que utilizaron en el hecho. El caso es difícil y nuestras órdenes son terminantes: dar con el paradero de los culpables”, dijo uno de los oficiales de la Brigada 1.