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Sueldos bajos, accidentes de tránsito, adicciones, el fenómeno de las ferias americanas, obras de infraestructura y la inseguridad. Algunos de esos temas eligió El Tribuno para dialogar con los vecinos, los reales protagonistas. Aquí, algunas de las apreciaciones más destacadas del año.
No existen radiografías de lo social y es muy difícil concluir en conceptos categóricos sobre la opinión de la gente. Pero el diálogo con las personas de distintos barrios de la ciudad, para dar marco testimonial a los informes de La Encuesta (publicados a lo largo del 2012), permitieron ilustrar algunos de esos escenarios. Brotaron a la luz los problemas que ellos mismos identificaron, pero también hablaron de soluciones. Muchas miradas, sobre los más sensibles temas tratados, apuntaron a la insuficiencia de políticas del Estado. Otras, más bien, fueron miradas mucho más introspectivas y reflexivas, sobre las responsabilidades que les cabe a cada uno, como ciudadano. La autocrítica, entonces, es la primer reflexión posible.
Y los vecinos alzaron sus voces. El flagelo de las drogas y las adicciones, devenido luego en otras cuestiones como la inseguridad, aparecen entre los problemas que más preocupa a los salteños. Dijeron que faltan políticas que apunten a mermar los hechos de delincuencia y a disminuir la lista que se engrosa mes a mes con los nombres de víctimas de accidentes de tránsito. Faltan también obras de infraestructura, regularización del comercio, del empleo, más oportunidades.
Muchas veces, el diálogo con los vecinos encendió luces de alerta sobre algunas realidades invisibilizadas. Sobre las otras caras de un mismo problema. Sobre lo que ocurre en cada hogar, individualizado, y que disparó otras perspectivas posibles para nuevos análisis.
Subyace en cada informe el “mea culpa” del vecino respecto a algunas temáticas. La profunda y conciente convicción de la complejidad de un entramado social del que todos somos parte.
El flagelo de la violencia familiar
Muchos salteños no saben cómo frenar este problema. El diálogo con los vecinos fue para abordar esta problemática. A muchos la violencia familiar los tocó al menos a través de los medios de comunicación y los ha vuelto testigos de historias como la de María, de barrio San Benito, quien hace algunas semanas comenzó a vivir el capítulo más triste de su propia historia cuando, tras una discusión, su marido mató a la pequeña hija de ambos y luego se quitó la vida. A esa historia, personal del 911 y la sociedad toda llegaron tarde. Un caso, de los cientos que ocurren puertas adentro que la mayoría de las veces se vuelven invisibles al resto del mundo.
El sondeo realizado por este matutino en la capital salteña consistió en la interpretación de respuestas bastante categóricas. Pese a que la mayoría de las personas consultadas aseguró no haber presenciado directamente un caso de violencia familiar, dijeron que la violencia se ha exacerbado notablemente y que los medios dan cuenta de ello a diario. La violencia está a la vuelta de la esquina, pero la gente no sabe cómo actuar al respecto. Hay desconocimiento sobre los lugares a los que debe dirigirse para intervenir desde el lugar de cada uno, si la violencia los ha puesto como protagonistas o sólo como testigos.
Inseguridad: los vecinos toman las riendas
Cuán de moda estuvo eso de la “sensación de inseguridad” y quizás sí sea una sensación. De miedo. Un sentimiento que se traduce en la violencia exacerbada, las adicciones, el delito. Todas cuestiones que echaron raíces mucho antes: en la falta de empleo, la pobreza, la inequidad social, la falta de oportunidades.
El ataque reiterativo y violento de vándalos a un destacamento policial de barrio Unión, en la zona norte de la ciudad, por sólo citar un ejemplo, hizo reflexionar a más de uno. “¿Qué pasa en Salta? Antes estas cosas no ocurrían”, decían algunos nostálgicos que se acuerdan de la Salta tranquila de hace años, pocos años, atrás. Otros, mejor, avanzan sobre sus propias conclusiones. El miedo, para algunos, es el combustible que pone en marcha la acción. Eso es involucrarse. Por eso también trascendieron las iniciativas de muchos grupos que se unieron por el vecindario e idearon planes que buscan la integración de aquellos que muchas veces, excluidos, acaban por volverse protagonistas de la violencia, casi naturalizada, por marginal. Del Estado señalan la insuficiencia de políticas, sencillas, que se traduzcan en el sentirse cuidados.
De este andar por los barrios, conocimos las historias de vecinos, casi como héroes y heroínas anónimas, atreviéndose a mirar más allá de su medianera y conformar centros barriales con actividades deportivas y culturales, por la integración.
Principales obras en los barrios
La obra pública es uno de los temas que más se habla en los barrios. Las necesidades son enormes sobre todo en una ciudad que crece a pasos agigantados en términos de población y en el que el desarrollo urbano sobrepasó cualquier planificación anterior.
Además de los reiterados pedidos de los vecinos por repavimentación de calles, cordones cunetas, construcciones de centros de salud, de playones deportivos y de salones de usos múltiples, entre otras. Sin embargo hubo obras que no se deben dejar de nombrar.
Se encararon trabajos de canalización sobre el río Arias y Arenales y en el arroyo Isasmendi que confluyen a la altura de barrio Solís Pizarro, Santa Luía y El Progreso para evitar inundaciones en la zona sudoeste. El trabajo de encauzamiento en el río Arenales, la construcción de un aliviadero sobre el canal de calle Lavalle y la instalación de la cañería cloacal para los vecinos de barrio Ceferino y 13 de Abril. Los vecinos de estos barrios sufrieron fuertes daños por las inundaciones. En noviembre se concretó el llamado a licitación para la construcción del canal subterráneo de Los Manzanos. Algo que beneficiará a vecinos de diez barrios.
Desde el Programa de Mejoramiento de Barrios (Promeba) II en el que se hacen obras en los barrios de los segmentos más pobres y asentamientos de la ciudad se desarrollaron obras principalmente en barrio Solidaridad y La Paz. En el primero se concretó la construcción de dos Salones de Usos Múltiples (SUM) y cinco plazas. En barrio La Paz se realizó la conexión domiciliaria de agua y cloacas.
En materia de viviendas, unas 200 familias que pertenecían al exasentamiento San Juan de Dios, más otras tantas de Gauchito Gil, fueron trasladadas a una zona más alta en la que no podrán inundarse. Se trata del barrio Justicia en el que se construyeron módulos habitacionales de 15 metros cuadrados con todos los servicios. En zona norte, hay que sumar la tercer entrega de los monoambientes del Instituto Provincial de la Vivienda. Aún restan 96 etapas más.
El primer Núcleo de Acceso al Conocimiento (NAC) también es parte de los avances alcanzados en los barrios.
Ingreso salarial: Hay que hacer magia
Los ingresos con los que cuenta una familia, el tipo de trabajo de cada uno de ellos y las estrategias que utilizan los vecinos para llegar a fin de mes, también fueron parte de los temas que El Tribuno abordó este año por los barrios de la ciudad.
Las respuesta de los consultados en diferentes oportunidades, indicaron que hay familias en donde los ingresos del grupo no llegan a $3000, prevalece el trabajo informal o las changas para sumar unos pesos. Esto no solo en los grupos de menos recursos sino hasta en aquellos que por ejemplo tienen un trabajo registrado, pero que para cumplir con las necesidades básicas se ven obligados a sumar trabajos extras.
Un grupo importante de los vecinos consultados en la ciudad también expresó que cobraba el Plan Universal por hijo, o el plan Argentina Trabaja o la Tarjeta Social. Para estas familias, esto significa el único ingreso fijo del mes.
Los jubilados no están fuera del grupo que tiene que rebuscárselas para sumar un pesos más; en general los que respondieron las encuestas de El Tribuno cobraban la mínima o para el caso pensiones.
En el interior el panorama es semejante. En promedio, el 90% de los encuestados mencionó que no les alcanzaba para llenar a fin de mes. Prevalecen además, los trabajo en negro y los planes sociales.
Algunas de las estrategias que ponen en practica las personas para hacer que la plata alcance es utilizar el fiado en los almacenes más cercanos o conocidos; la libreta del almacenero está más vigente que nuca para suplir los alimentos básicos de día a día. El sector con ingresos superiores utilizan las tarjetas para la compra del mes de comestibles.
El comercio ilegal
Los “hongos azules” parecían haber copado toda la ciudad. El de las ferias americanas fue todo un tema en el repaso de este 2012 que ya casi se va. Todos compraban en la feria, todos presumían de alguna prenda importada que adquirieron en muy buen estado y a un precio bastante más razonable que el original y todos, también, pensaban que debía regularizarse. Paradojas.
El tire y afloje entre los vecinos y los feriantes duró semanas enteras tras dictarse la Ley 7700, que buscaba regularizar su situación. La ley se implementó. Conclusión: un gran logro. Hoy casi no hay ferias americanas instaladas en espacios públicos.