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Carolina Piparo y su marido, Juan Ignacio Buzali, iniciaron hoy una demanda por 6,6 millones de pesos al banco Santander Río por la trágica salidera bancaria que padeció en una sucursal platense de esa entidad a mediados de 2010.
La demanda de los Piparo quedó radicada en el Juzgado Civil y Comercial N°16 de La Plata, a cargo de Enrique Gorestegui, ante quien el matrimonio reclamó la suma de $6.668.000, según pudo saber el diario El Día de la capital provincial.
Carolina y su marido -patrocinados por Fernando Burlando como en la causa penal-, responsabilizan en su demanda al banco por entender que fueron los culpables de lo que pasó, y afirman que de haber tomado la entidad normas de seguridad, ella no habría sido víctima de la trágica salidera de La Loma.
Entre otras cuestiones, Carolina critica la actitud del cajero que el 28 de julio, un día antes del brutal ataque, le dijo que no tenía dinero para entregarle y que volviera al día siguiente a pesar del avanzado estado de embarazo que ella demostraba estar transitando.
‘Pero la conmoción pública que generó este hecho aberrante -relata la víctima en la demanda-, la colaboración y solidaridad de toda la sociedad puesta al servicio de esclarecer el ilícito, no tuvo su correlato en la actitud asumida por las autoridades de la sucursal del banco...‘.
Agrega, que en ese sentido, desde el banco le negaron a la justicia las filmaciones de las cámaras de seguridad y obligaron a que se ordenara su secuestro.
Según la demanda, ‘hemos podido apreciar al igual que el conjunto de la sociedad -porque las imágenes fueron difundidas públicamente por todos los canales de televisión-, que en el momento de proceder a la extracción del dinero en la caja del
Banco Santander Río, fui literalmente ‘marcada‘ por un sujeto que se encontraba desde momentos antes en el interior de la sucursal, sin realizar operación o trámite alguno y ante la escandalosa pasividad del personal de seguridad. A tal punto que esta persona se retira del banco en el momento en que ve que el cajero me entregaba el dinero‘.
Al momento de reflexionar sobre los padecimientos, los accionantes relataron que ‘verdaderamente esperábamos la llegada
de Isidro, nuestro primer hijo, con mucha ansiedad y felicidad‘.
Luego agregan que ‘este daño adquiere extrema gravedad no solamente por su intensidad sino por su perdurabilidad ya que se prolongará a través de toda nuestra existencia. Difícilmente se conciba una lesión espiritual mayor que la pérdida de un hijo. La vida de los hijos representa para los padres desde el ángulo sentimental un valor incomparable‘.
El brutal ataque, para Carolina, ‘alteró radical y definitivamente mi vida afectiva y de relación‘.
El brutal episodio se produjo el 29 de julio de 2010, cuando Carolina -embarazada de 8 meses de su bebé Isidro- fue acompañada por su madre a retirar 10 mil dólares y 13 mil pesos del banco de 7 y 42.
Después de retirar el dinero, pero antes de llegar a su casa, Carolina fue interceptada por ‘motochorros‘, que luego de robarle le dispararon: el balazo le ingresó por la mandíbula y le perforó un pulmón, por lo cual llegó en grave estado al hospital.
Isidro nació por cesárea aunque logró sobrevivir una semana. Su mamá estuvo internada 42 días, tras lo cual le dieron el alta y comenzó a recuperarse lentamente.