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Una de las ciudades del norte provincial que más fue noticia por las irregularidades en su manejo y las protestas sociales durante los últimos años fue la de Salvador Mazza.
El municipio, que administra por segundo período consecutivo el intendente del Partido Renovador de Salta (PRS) Carlos Villalba, atraviesa una delicada situación y, desde la gestión anterior viene a los tumbos.
Al cuestionado manejo de los caudales públicos, ahora se le sumó una denuncia contra dos de sus principales asesores (los hermanos Calvo Moscoso) por el atentado incendiario que sufrió en su domicilio, el 25 de marzo pasado el delegado gremial de ATE, Rubén Moreno. Villalba sostiene que su gente no tiene nada que ver con este hecho.
Los paros en el municipio por los atrasos salariales son una constante, a los que se suma la carencia de obras y el precario estado de sus calles, pese a que la intendencia recauda para esos fines una suma millonaria por el cobro de “peaje” a la gran cantidad de camiones de carga que ingresan diariamente al pueblo.
Solicitada
Para contrarrestar los cuestionamientos a su gestión, Villalba sorprendió a propios y extraños con una solicitada publicada el 9 del corriente en El Tribuno. En ella habla maravillas de su gestión y defiende enfáticamente a sus colaboradores al señalar que se trata de personas “que con su trabajo y compromiso colaboran para el engrandecimiento, properidad y desarrollo de mi pueblo”.