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La Liga B de primera división en el torneo Preparación 2012 cuenta entre sus filas con dos equipos en plena formación. Gran Bourg, incorporado en la presente temporada, y Universidad Católica que encara su segundo año en la categoría.
Más allá de los logros competitivos, estos dos combinados representan el crecimiento de la disciplina en los distintos ámbitos. Por un lado, un club chico que mantiene al hockey dentro de una serie de deportes que ofrece a sus asociados y, por el otro, un servicio que se les brinda a alumnas y exalumnas de la universidad.
“Mi sueño era llegar a primera con mi club. Es hermoso sentir que jugás por esos colores. El que hoy podamos presentarnos en el torneo es muy importante para nosotras”, dijo Luciana Palacios que a sus 18 años es la encargada de vestir la cinta de capitana de Grand Bourg.
Desde hace varios años, el hockey arribó a las inmediaciones de la calle Figueroa Alcorta al 900 del mencionado barrio, pero fue recién a partir de este año que lo hace en el torneo donde juegan los “grandes”.
Bajo las órdenes de Jorge Romano (exentrenador de Cachorros) el equipo va disputando las fechas del certamen sin otro objetivo que el de ascender a la A.
“Cuando un entrenador cuenta con un grupo que tiene ganas de jugar se pueden fijar objetivos claros, y el nuestro es ascender en este torneo o más tardar en la segunda mitad del año”, aseguró Romano.
Sin cancha sintética y con los medios básicos para practicar este deporte, el club Grand Bourg no deja de ilusionarse con llegar a jugar contra equipos tradicionales y de la “elite” salteña,
“Aquí no hay obligación ni de padres ni de familias, ellas juegan porque les gusta y tienen la oportunidad de hacerlo”, dijo sin dudar José Luis Medina, entrenador del equipo de primera división de la Universidad Católica de Salta.
La “cato”, como se lo conoce al equipo, no es otro más que el que conforman un puñado de alumnas y exalumnas de la Ucasal que entre clases y exámenes se dan tiempo para jugar al hockey.
Lo cierto es que fue largo el camino que tuvo que recorrer el Departamento de Deportes de la institución para contar con un equipo de primera división. Hoy es una realidad que le permite la mejor proyección.
Con una edad promedio de 24 años, el grupo milita también en la B con la diferencia que para sus jugadoras la prioridad sigue siendo formarse profesionalmente.
Dos historias que se escriben con un mismo sentimiento: jugar al hockey sin ser favoritas pero con las ganas intactas de seguir creciendo