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Durante su gestión, Cristina Kirchner realizó diferentes lanzamientos de planes de créditos hipotecarios para mejorar el acceso a la vivienda propia, algo que se convirtió en una misión casi imposible para gran parte de la población en los últimos años. Desde 2008 a la fecha, se realizó por lo menos un anuncio por año de créditos hipotecarios financiados por parte del Gobierno nacional, a través de distintos organismos. Un informe del sitio abeceb.com destaca una extensa cronología.
En el año 2008, a través del Banco Nación se creó un plan para beneficiar a cerca de 8.500 trabajadores afiliados a los sindicatos, con una tasa inicial del 14,8%. Los préstamos otorgados por el banco eran por un monto máximo de $210.000 . El ahorro previo debía ascender al 10%, las provincias financiaban otro 10%, en tanto que se financiaba el 80% del valor de la vivienda.
Durante el año 2009, en medio de la crisis y frente a un año electoral, llegó el segundo anuncio del período de la Presidenta. El Gobierno se comprometió a volcar hasta US$1.600 millones de los aportes previsionales que administra la Anses en líneas de crédito que beneficiarían a alrededor de 40.000 familias, para que pudieran cambiar su vivienda o adquirir una nueva. Esta vez el ejecutor del plan fue el Banco Hipotecario, con el ofrecimiento de una tasa fija del 10% para la nueva casa y del 19,96% para los que optaran por una vivienda usada. Este plan era considerablemente auspicioso. El volcar US$1.600 millones al stock de créditos hipotecarios del sistema, en ese entonces, significaba incrementarlos en un 30%. El resultado fue que de ese entonces a hoy, los créditos para viviendas del Banco Hipotecario crecieron sólo un 9%, cuando deberían haber aumentado un 385% para cumplir con la meta.
En 2010, mediante el Banco Nación, se ofreció una tasa fija del 12,75% en los primeros años y luego variable, con el objetivo de entregar entre 15 mil y 20 mil créditos para vivienda, los que se iban a sumar a los 52 mil que ya tenía otorgados (es decir, la cantidad de préstamos se iba a incrementar en nada menos que un 28% y 38%).
Finalmente durante 2011, tras las elecciones de octubre, se diagramó un plan de viviendas que nunca llegó a ser anunciado, también con la idea de ser financiadas por la Anses.
El plan inquilinos
En 2006, Guillermo Moreno lanzó en la Casa Rosada el Plan inquilinos, que prometía el acceso a la vivienda propia pagando “una cuota idéntica a un alquiler”. Habría entonces créditos a 20 años, partiendo de cuotas de 700 pesos. El plan involucraba a varios bancos. Desde su comienzo, los responsables de llevarlo a cabo no fueron explícitos en cuanto a su implementación, las entidades bancarias que habían adherido al acuerdo desconocían las condiciones de los préstamos y un mes después del anuncio oficial solo el Banco Francés ofrecía la novedosa modalidad a sus clientes.
La distribución
La distribución geográfica -según el monitor social del Ieral- destaca que la población no resulta una cuestión a ser desatendida por la política habitacional. En este sentido, la disposición en el espacio nacional de las tierras fiscales que serán destinadas a la concreción del plan da una indicación del grado de respuesta que conlleva la nueva política a las dificultades habitacionales ciertas de la población. El anexo del Decreto 902/2012 muestra algunas asimetrías en la distribución regional de las 1.820 hectáreas de tierras fiscales (ver infografía), ya que más de 41% corresponden a la provincia de Buenos Aires (749,3 ha), y 18%, a la de Córdoba (327,7 ha). Destaca la disparidad en la asignación entre algunas provincias que podrían considerarse de características socio-económicas similares (como Córdoba y Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero o La Rioja y Catamarca), como así también el hecho de que no se asignaron tierras fiscales para las jurisdicciones de La Rioja y Capital Federal, por lo cual sus residentes solamente podrán acceder al crédito si poseen terreno propio.