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El seleccionado argentino de vóleibol masculino perdió con el de Italia por 3-1, en un partido de la segunda fecha del grupo A de los Juegos Olímpicos Londres 2012, que se llevó a cabo en el estadio Earls Court.
El equipo albiceleste, que atravesó momentos positivos a lo largo del encuentro, cayó con parciales de 17-25, 25-21, 17-25 y 23-25, tras 1 hora y 46 minutos de juego.
Argentina, que tuvo un gran debut al vencer a Australia por 3-0, ayer no pudo ante el poderío y la experiencia de un rival de jerarquía. Sin embargo, los argentinos (con un promedio de edad que oscila los 22 años) mostraron algunos aspectos positivos (sobre todo en el segundo set y en el epílogo del cuarto) que sirven para pensar en la clasificación.
Argentina con un triunfo más avanzará a los cuartos de final, pero sería bueno sumar otra victoria para tener un cruce más favorable. Hoy está segunda con tres unidades -junto a Polonia-, a tres del líder Bulgaria, que tiene puntaje ideal.
El seleccionado nacional jugará mañana ante Polonia, ganador de la última Liga Mundial, a las 12.45 (hora de nuestro país). Y luego se medirá con Bulgaria (4/8, a las 16) y Gran Bretaña (6/8, a las 12.45).
“No sé si me voy caliente, aunque creo que fallamos muchísimo en ataque. No nos lastimaron con el saque, pero sí con los bloqueos. Y esto, a este nivel y con este tipo de rivales, no puede pasar”, sostuvo el entrenador del seleccionado albiceleste, Javier Weber.
En el segundo parcial se vio lo mejor de Argentina, porque ajustó la recepción y sumó más en ofensiva. El 25-21, tras 28 minutos, niveló el marcador en su set por lado.
“Creo que fue lo mejor que hicimos en el partido. Me voy con un poco de bronca porque si hubiésemos jugado así todo el juego, la historia habría sido otra”, opinó el punta Facundo Conte.
El cuarto set merece una mención especial: fue parejo hasta que Italia se despegó, pero sobre el final Argentina mostró su sello, ya que con mucha garra levantó cuatro puntos de partido y quedó cerca de forzar un quinto parcial. Pero, tras 28 minutos, el equipo europeo se lo quedó por 25-23.
“El equipo no se entregó nunca. El alma está intacta”, fue una de las últimas frases de Weber.