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Ha pasado julio y no fue un mes fácil. La agudización de los problemas en Europa, especialmente en España, y la desaceleración económica, tanto en Estados Unidos como en el Viejo Continente, encendieron las alarmas de los inversores. Todo eso influyó en la Argentina, un país que exporta commodities.
Es por eso que el maíz ha vuelto a marcar récords en Chicago y finalizó el mes pasado con la mayor suba mensual de las últimas dos décadas. El argumento sigue siendo el mismo: la sequía norteamericana. La soja también operó al alza por los mismos motivos.
La nota la dieron los precios agrícolas, en particular de algunos cultivos: la soja, más el trigo y el maíz, con subas del 44%, 26% y 21%, respectivamente. Por el sector de los metales, el oro ganó casi el 4% por su arremetida final y la plata recuperó terreno para concluir el período con una suba del 1,7 por ciento. Pero la peor parte entre las commodities se la llevó el petróleo, cuyo precio retrocedió el 9,1%.