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En nuestro medio, las micros, pequeñas y medianas empresas, son los agentes económicos que le dan vida a la actividad económica de la Provincia. Son las que transforman los distintos recursos materiales, humanos y financieros, para poder producir un bien y/o prestar un servicio.
La producción total de cada empresa, es el resultado de la conjunción de cada uno de esos factores, con una tecnología disponible. De allí que la productividad es definida como “la relación entre la cantidad obtenida por un sistema de producción y los recursos utilizados para su obtención”. La productividad evalúa la capacidad que tiene un sistema para elaborar los productos (bienes y/o servicios) que son requeridos y, a la vez, el grado en que se aprovechan los medios utilizados, es decir, su valor agregado. Hasta aquí, el marco teórico.
¿Que está pasando en algunas empresas de la Provincia? Mi experiencia profesional me permite observar que, en algunos agentes económicos del medio, el incremento de la productividad -que en definitiva se traduce en un aumento de la rentabilidad- se ve limitado en su desarrollo. Son varias las causas que se manifiestan en este proceso. Entre ellas están:
- Desaceleración de la demanda de los bienes y/o servicios;
- Baja inversión en reemplazo de tecnologías, alguna ya obsoletas;
- Políticas monetarias que impiden la compra de los insumos materiales;
- La tendencia en alza de las tasas de interés bancarias, que dificultan el acceso a los créditos corrientes;
- Las exigencias del entorno por una mayor calidad del producto y de los procesos productivos, que demanda una renovación tecnológica, a la que algunas empresas del medio no ven como factibles a su acceso en el corto plazo por las limitaciones financieras;
- El ingreso restringido a las políticas crediticias de largo plazo y de tasas promocionales para la renovación de su estructura de bienes de uso, etc.
Lo peligroso de este proceso que se observa en el medio, está en los efectos que puede llegar a producir, fundamentalmente relacionado con la disminución de:
a) La productividad laboral por hora trabajada (reducción de la carga horaria, suspensiones temporarias, no renovación de los contratos a términos, disminución de pasantías, recortes de horas extras, congelamiento de vacantes, programas de retiros voluntarios, etc.).
b) La productividad en los recursos materiales (insumos, materiales, materias primas, etc.), ante la obsolescencia de las máquinas y equipos, que generan un rendimiento ineficiente de los mismos;
c) La calidad de los bienes y/o servicios, como así también de los procesos productivos, como consecuencia de lo anterior.
En mi opinión, se requiere de acciones inmediatas, que permitan ver en un futuro muy cercano, la eliminación de las limitaciones que impiden un aumento en la productividad de las empresas, que esté asociada con un crecimiento económico y un desarrollo tecnológico sustentable, que impactará, en definitiva, en el nivel de vida de la ciudadanía (a través de un incremento de la productividad laboral y del mantenimiento de la fuente de trabajo). Además de continuar garantizando el acceso a créditos de largo plazo con tasas subsidiadas, el Estado Provincial debería ampliar el campo de apoyo crediticio hacia las micros y pequeñas empresas, financiando estudios técnicos destinados a:
a) Determinar la competitividad de cada sector;
b) El incremento de la capacidad productiva que genere más empleos;
c) Determinar que empresas podrían estar a la vanguardia de reemplazar productos importados y ganar en la productividad doméstica;
d) Determinar las necesidades de nuevas tecnología en función de esa capacidad requerida; etc.
Solo de esta forma se podrá lograr revertir esta tendencia que se observa en las micros, pequeñas y medianas empresas de la provincia. Caso contrario los efectos se agravarán y los esfuerzos realizados hasta el presente por todas las partes involucradas, quedará en la nada.