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El Cuervo cayó 1 a 0 ante Central Córdoba ante Central Córdoba de Santiago del Estero. El gol para el conjunto ferroviario lo hizo el ex Gimansia y Tiro, Víctor Beraldi en tiempo adicional, 50 minutos del segundo tiempo (Ampliaremos)
Central Norte viene de mal en peor desde sus mismas bases. El camino arrancó torcido en agosto y, hasta el momento, ni el DT Gustavo Coleoni (su futuro estará condicionado por el partido de esta tarde) ni los jugadores ni los dirigentes lograron enderezarlo, pese a las esporádicas muestras de reacción (el clásico por el Argentino A con Juventud y la victoria sobre San Jorge en el Gigante).
En ese contexto de malaria, pobreza y chatura, sin lugar a dudas la semana que pasó fue la más tensa y complicada del cuervo en lo que va del ciclo: la caída en un nuevo clásico con el santo, esta vez por la Copa Argentina, repercutió muy mal en los hinchas azabaches, sobre todo por las escasas respuestas actitudinales y futbolísticas.
Esta situación, la eliminación temprana de la Copa, sumado a la irregularidad constante y la bajísima productividad de un equipo que arrancó con todas las expectativas (el cuervo está último en el certamen del Consejo Federal, junto a Gimnasia y Tiro) más la calentura de los jugadores tras la derrota con el antoniano -que derivó luego en una reunión de jugadores, en la que se dijeron de todo y se “sacaron la bronca”, según dijo un jugador; componen un cóctel desfavorable.
Con este panorama, una hipotética derrota del cuervo esta tarde, a las 18.30, ante Central Córdoba -jugarán en el estadio Alfredo Terrera- podría marcar una bisagra en el futuro deportivo. El DT cuervo, Coleoni, está condicionado y los jugadores -la mayoría con actuaciones individuales insatisfactorias- están bajo la lupa.
El entrenador azabache aún no confirmó el equipo que saldrá esta tarde a “jugarse la ropa” en la Madre de Ciudades ante un equipo también obligado, Central Córdoba.
Deberá ganar y esperar que no lo haga el albo para salir del “infierno”.
“No nos damos por vencidos”
Quien salió a hablar tras una semana complicada y luego de las peleas en el vestuario fue Mario Campos. El volante afirmó que los encontronazos que tuvo el plantel puertas adentro resultaron “positivos”, y que le sirvió a todo el grupo. “Nos sirvió para abrir la cabeza y pensar en todo lo que ponemos en juego”, dijo.
“Necesitamos con urgencia los tres puntos y llegamos a Santiago con esa idea. Vamos a una cancha complicada, enfrentaremos a un equipo durísimo, pero es un gran desafío. Tienen jugadores hábiles que manejan los hilos, pero ellos se deben preocupar de nosotros”, expresó el futbolista salteño, para luego añadir: “Nos quedamos sin margen y no podemos darnos el lujo de volver a perder. Pero tenemos mucha fe, no será descabellado terminar el año cerca de la zona de clasificación si ahora agarramos una racha. Nadie esperaba esto cuando arrancamos, pero es la realidad que nos toca vivir. Le estamos poniendo el pecho y los primeros que queremos salir de esta somos nosotros”.
Campos también se refirió al golpe que significó que haya sido justamente Juventud el rival que expuso las flaquezas futbolísticas del cuervo para dejarlo afuera de la Copa Argentina. “Nos dolió bastante, por eso tuvimos una reunión para mejorar, para decirnos las cosas y salir adelante. Hicimos una autocrítica y nos enfocamos en salir del fondo y no pensar más en el descenso, sino en la clasificación, porque vamos a estar cerca si ahora se nos empiezan a dar los resultados”, se esperanzó el mediocampista azabache, en diálogo con El Tribuno.
“Hay confianza, convicción y el grupo está entero; si no, no seguiríamos peleándola. Más allá de nuestra situación en la tabla, se nota en la cancha que hay rebeldía, que no merecemos estar donde estamos. Las cosas nos salen mal, pero damos lo mejor, el grupo está fuerte y daremos pelea hasta el final. Aunque en Central Norte pareciera que siempre tenemos que estar sufriendo. No nos damos por vencidos”, dejó en claro.
Campos concluyó: “Nos debíamos esa reunión para limar asperezas y enfocarnos en el mismo objetivo. Nos abrió la cabeza y nos hizo pensar más en el compañero, en el grupo, en la familia”.